Nuevos relatos publicados: 13

Fatal adicción

  • 9
  • 19.953
  • 9,06 (53 Val.)
  • 1

Yo siempre he sido adicta a algo: cuando era pequeña, los cigarrillos fueron mi primer vicio serio; luego descubrí el sexo solitario y me pasaba las noches masturbándome, pensando en el momento en el que alguien pudiera calmar esos ardores que no me dejaban dormir tranquila.

Tuve muchos tonteos, nada serio, todo por encima de la ropa y en rincones oscuros; lo más, alguna chupadita, por supuesto, por parte de ellos, a mí me daba asco ni siquiera acercarme a esa "cosa" grande y peluda, que además, la mayoría de las veces olía fatal.

Tiempo después, me enteré que había una especie de concurso a ver quien se lo hacía conmigo por primera vez. La verdad es que yo ya estaba mas que preparada, necesitaba llegar a mas, pero no con ninguno de los chicos que conocía, ni tampoco en la oscuridad de un portal, después de salir de clase.

Le conocí por casualidad, era un hombre bastante mayor que yo (entonces tenia 15) pero aparentaba bastantes más; no os he dicho que mido1.80 y mis medidas son 100-70-95, las mismas de entonces. Le engañé, haciéndole creer que tenía más edad, y entre refrescos (yo todavía no bebía ni cerveza) y películas de cine, al poco tiempo acabamos en su casa.

Tengo que decir que se tomó su tiempo, me tuvo un mes esperando, sus caricias me ponían a cien, ni comía ni dormía pensando en él. Perro cuando, por fin en el momento de la verdad, al sentir su pene que se abría paso en mi, no note nada; si acaso un poquito de dolor. Por supuesto el se corrió enseguida y me dejo con una tremenda excitación que no quiso o no supo aprovechar. Nuestra relación siguió así durante mucho tiempo y aun continua; por supuesto, empecé a fingir los orgasmos; asi todo acababa antes.

Con el tiempo me fui alejando de mis amigos, a nadie le gustaba mi "novio", y puestos a elegir, me quedaba con él. El sexo se convirtió en una rutina, casi siempre previsible los sábados por la noche; a mí siempre me ha gustado hablar, le iba poniendo a cien mientras cenábamos y luego, en dos minutitos, se acabó.

Todo habría seguido así, si no llega a hacer acto de presencia mi segunda adicción: el alcohol. Me di cuenta que la vida se me hacia más llevadera con dos o tres copas de más; afortunadmente no me faltaba dinero, y empezó una nueva rutina: por la noche, a las 10 le dejaba en casa y con mi coche salía por los pubs de la zona. Conocí gente que no merecen ni un minuto en mi pensamiento; pero no todo fue malo; tambien conocí al segundo amor de mi vida: Julián. Era una pasada, estábamos juntos y lo pasábamos bien, pero por que no decirlo, el tema sexual era igual que siempre, aunque hubo un par de sesiones memorables en mi coche. Lo nuestro no podía durar, no nos queríamos y yo no estaba dispuesta a dejar a mi "novio". Nos dijimos adiós una noche y le he vuelto a ver hace un tiempo. Sentó la cabeza y le va muy bien.

A partir de entonces empecé una vorágine de salidas nocturnas, copas, polvos en cualquier sitio y con cualquiera que me hiciera minimamente gracia: A veces en una noche desfilaban por mi cuerpo dos o tres hombres distintos; a mis borracheras habia que sumarles las de ellos, asi que me resigné a seguir llevando esa vida hasta que el cuerpo me aguantase. Incluso llegue a ir a un cine porno y dejé que un completo desconocido me metiera mano, esa vez si me corrí, y de la impresión salí corriendo y no he vuelto a pasar por esa calle.

Todo cambió una noche, estaban cerrando un bar cerca de mi casa, eran las tantas y ya iba muy cocida. De repente el dueño apagó las luces y vi que quedábamos solo dos hombres y yo. no pude ni intentar escaparme, imaginando lo que vendría después. No me equivoqué; me pusieron una copa en la mano y ala! para dentro como si fuera agua. Lo siguiente que recuerdo es que se la estaba chupando a uno de los dos y el otro me la metía casi sin darme cuenta, ya que la tenia muy pequeña. Se corrió y cambiaron; el otro si que la tenia grande, pero ni por esas sentí nada. Me la quisieron meter por el culo, pero no estaba dispuesta ni me apetecía y empecé a amenazarles con chillar. Recuerdo que todo el rato estaba llorando y diciéndoles que no, pero eso les excitaba más. El pequeño volvió a la carga, esta vez con un enorme consolador, pero nada de nada. Unas horas después, cuando ya no pudieron hacerme nada mas, abrieron las puertas del bar y me dejaron ir. Mi tanga se quedó en el suelo, manchado del semen y la saliva de los dos animales.

Ese fue el punto de inflexión; al día siguiente deje de beber y me empecé a comportar como una buena chica. Cuando mi "novio" me dejaba en casa, allí me quedaba, no salía ni con mis hermanas.........

Pero eso no iba a durar mucho, mis adicciones acechaban, la siguiente fue el bingo. Empecé poco a poco, 1 o 2 veces a la semana, no hablaba con nadie y pasaba el rato hasta la hora de quedar. Cuando ya estaba enganchada sin remedio, reapareció la mas fuerte, hasta el momento, de mis adicciones. Me dio un bajón enorme el 11-s, no sé por que y volví a tomarme mis copas, eso sí, siempre en el bingo. Como tengo un buen trabajo y mi dinero es mío, no tuve problemas hasta que el alcohol me enredo otra vez; ya no iba a jugar, era solo un pretexto para agarrarme unas buenas cogorzas.

Así estaba, medio tranquila cuando irrumpió en mi vida la PEOR de mis adicciones: Manolo. Le conocí, por supuesto, en el bingo. Yo no lo sabia, pero él me había estado observando hacia tiempo, y un día paso al ataque. Cuando le vi, me quede impresionada, era espectacular: grande, fuerte, simpático, con unos ojos negros y muy, muy profundos y lo mejor de todo: parecía que yo le gustaba. El gusanillo no tardo ni un segundo en empezar a recorrer mi sexo, creo que esa fue la primera vez que me excitaba hablando con alguien en una mesa con otras muchas personas; todas las palabras, las miradas, los gestos eran solo para mí, y evidentemente, al rato salimos juntos.

Estábamos en la zona centro y fue fácil encontrar una farmacia y comprar preservativos; me llevó a un motel asqueroso y mientras me duchaba, me pidió 50 euros para pagar, ya que el no tenia. Se los di sin problemas, pero al no darme la vuelta, ya debía haberme imaginado algo, tonta de mí...... El sexo no es que fuera una maravilla, pero estando acostumbrada a la de mi "novio" la suya me pareció descomunal. Imagine que no me cabria entera, pero poco a poco entro en mi y me hizo, casi sin moverse, sentir el primer orgasmo de verdad en mi vida. Estuvimos toda la noche en la cama, sin parar; al día siguiente tenia tantas agujetas que casi no me pude levantar. Esto duró unas semanitas y cuando no era en un motel, era en mi coche; eso sí, siempre pagaba yo, el nunca llevaba dinero.

Cuando ya me había gastado los pocos ahorros que tenia y pedido un crédito al banco, un día desapareció, imagino que se dio cuenta de que no iba a sacar nada de mí. Me quede echa polvo, ya que estaba totalmente enganchada, miraba por las esquinas a ver si le veía, pero nada.

Pasaron unos meses y como por arte de magia, me cayó una herencia de 70.000 euros. No lo comenté con nadie, pero imagino que tuvo que notarse; ropa nueva, coche nuevo. Y reapareció Manolo como por arte de magia, entonces ya tenia casi claro a por lo que venia. Al principio no sabia que hacer, tampoco coincidíamos mucho, supongo que la gente que se gana la vida de esa manera tiene sus procedimientos, y si él llevaba 15 años viviendo así, pues yo era pan comido. Lo primero que hizo fue deshacerse de todos los "amigos" y "amigas" con los que tenia algo, para que no molestaran a sus intenciones. Luego fue algo de ropa, claro, el pobre no tenia nada nuevo, y yo como tonta, a pagar; incluso estuvimos 10 días en las islas, a todo trapo, claro; salidas hasta las 8 de la mañana, comidas en los mejores restaurantes, y risas, muchas risas. No sé, en algunos momentos me hacia ( y me hace) sentir como si yo fuera la única persona del mundo; y me seguia poniendo a 100. Un día estábamos en una calita y solamente con sus palabras me hizo llegar al orgasmo más grande que he tenido en mi vida. Ya en mi ciudad, salíamos casi todos los días, casi siempre acabábamos en la cama, y él con 50 o 100 euros en el bolsillo, pobrecito.

Esto duró mas o menos un año, hasta que se me fue acabando el dinero, claro. Él volvió a sus andanzas de antes, pero en este tiempo algo muy fuerte se había ido forjando entre nosotros. El tenia (y tiene) pareja que se dedica a lo mismo que él, pero viven juntos mas bien por conveniencia de los dos, no por amor. A veces le descubro mirándome a los ojos y entrando dentro de mi alma, por supuesto sabe que estoy enamorada de el, y en el fondo, el también lo está de mí, pero tiene miedo a tantas cosas...

Hace un año que no voy al bingo, no tengo dinero para gastarlo, pero todos los días, viene a verme al bar donde me tomo mis copas antes de ir a casa con mi "novio", por supuesto, pago yo, pero lo máximo que me pide es dinero para tabaco y poco mas. No comprendo por que sigue viniendo a verme y llamándome para que salgamos al campo si ya no soy interesante, económicamente hablando. El no lo sabe, pero dentro de poco voy a vender una casa que compré con un socio hace tiempo y volveré a tener dinero, no mucho, eso sí, pero lo suficiente como para que volvamos a la vida de antes una temporadita, y francamente, creo que solo se vive una vez, estoy enamorada y soy totalmente irresponsable.

¿Quién sabe lo que haré?

(9,06)