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El Baño de la Duda Caliente

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Era nuestra última noche en aquel viaje de negocios. Todas las noches salimos pero la verdad, aparte del buen alcohol, no habíamos encontrado un ambiente que realmente nos gustara. Casi todo era música muy ajena a lo que acostumbramos nosotros. Esa noche, Ana y varios de nuestros amigos le pedimos al taxista que nos llevara a algún antro de ambiente más citadino.

Nos llevó a un lugar donde pagabas una bicoca y la cerveza era a libre demanda. Desde luego eso nos dio buena espina desde el principio a todos los que íbamos y decidimos quedarnos ahí.

El grupo que estaba tocando en vivo la verdad es que era bastante bueno y estuvimos pasando un muy buen rato aderezado por bastantes cervezas, al punto de que estábamos tan cómodos que el grupo se fue dividiendo dentro del antro para admirar el show del grupo desde su punto de preferencia. Ana y yo nos quedamos en una esquina cerca de los baños y de la salida.

De pronto Ana se acercó a mi oído y me dijo:

"Éste chavo que va pasando está guapísimo"

Yo lo vi ya de espalda. No era muy alto pero a pesar de traer ropa muy informal se le notaba que era de clase alta.

Ella fue por cervezas para los dos varias veces pero el muchacho no parecía darse cuenta de ella porque estaba enfrascado conversando con sus amigos. De hecho parecia bastante popular porque cambiaba de grupo constantemente y en todos actuaba con bastante compañerismo y familiaridad.
Ana seguía mirándolo así que le dije:

"¿Quieres ver si lo convencemos de irse al hotel con nosotros?"

"No sé si se anime. No parece hacerme caso" me contestó ella. "Pero la verdad... si se me antoja el cabrón. Está muy guapo. Hace mucho no veía un hombre tan atractivo"

"Pues abórdalo y dile tú" le ofrecí.

"¡Nooo! Me moriría de la pena si me rechaza"

"Tú sabes" le dije. "Yo te apoyo y te ayudo mientras me parezca algo sin riesgos"

Seguimos tomando otro rato. En una de las vueltas de Ana a traer cerveza tardó un poco más y al regresar me contó que había dejado una servilleta en la bolsa de su pantalón con el celular de ella.
"A ver si le da curiosidad marcar o escribir"

Pasó un rato y el sujeto en cuestión se mantenía bastante ocupado platicando con sus amigos.

Se estaba haciendo un poco tarde y Ana comenzaba a verse un poco impaciente. 

Le dije:

"Voy y le digo o le dices tú"

Ella me miró y me dijo:

"¿Quieres que vaya y le diga o me le aproximo y le doy un beso para que sepa que es en serio? ¿Te gusta la idea?"

"Haz lo que te late amor, ya hay que sacarnos la espina"

El tipo en ese momento estaba cerca de la puerta de los baños. Ella caminó hacia él tan decidida que el volteó a mirarla porque la verdad mi novia es muy bonita y con su figura llama bastante la atención. Cuando llegó junto a él,  en vez de besarlo Ana lo tomó por el brazo y lo jaló hacia el baño de mujeres y desaparecieron de mi vista.

Lo divertido de este relato es la infinidad de cosas que pensé y sigo pensando sobre lo que pasó en ese baño.

Ana y yo siempre hemos tenido una relación muy abierta y hemos aprendido no solo a disfrutar sino hasta a ayudarnos a gozar con plenitud y sin restricciones de nuestra sexualidad no sólo de pareja sino hasta la individual.

Reconozco que al principio me molesté porque se lo llevó al baño. Luego recordé que yo la había incitado y que precisamente la idea era ser muy convincentes con él porque de verdad que los dos eramos muy afectos a organizar tríos. Era obvio que en el baño no podía gozarse igual que en nuestro hotel. Luego comencé a imaginar que tal vez estaba hablando con él  a la entrada del baño. Fui a asomarme con temor por no parecer un degenerado intentando ver mujeres orinando. Al menos en la entrada no había nadie. Esperé un poco. Nada. Me acerqué a una chica y le pedí me dijera si mi novia estaba en el baño. Ella se asomó y me dijo que no había nadie adentro.

Más imaginación.

¿Y si no vi que se fueron juntos del antro?¿el celular de Ana se había descargado?¿y si estaba en tratos con el tipo y yo interrumpía se cebaría nuestro plan del trío?

Por último, la hipótesis más plausible era que estaba en uno de los excusados encerrados en cuyo caso era obvio lo que estaría ocurriendo. Me excitó la idea de unirme a la fiesta pero sentí importante quedarme afuera para vigilar si alguno de nuestros amigos estaba cerca del baño para la hora que saliera ella. No quería que se dieran cuenta para no ser obvios en caso de que el tipo aceptara irnos juntos al hotel así que opté por esperar.

Seguí pensando que también podía ocurrir que me equivocara de puerta o que el sujeto se asustara y se nos echara a perder toda la diversión. Casi 20 minutos después salieron casi juntos del baño. Ella llegó nerviosa junto a mí y me abrazó risueña y visiblemente agitada. 

"Está loco el tipo... eyaculó encima de mi"

"¿Te lo cogiste?" Le pregunté.

"De verdad que no. Si quería él y la verdad yo también pero no había condón así que le dije que no"

"¿Y por qué dijiste que eyaculó encima de ti?" Le pregunté. 

Ella me contestó: "porque si estuvimos fajando y comenzamos a masturbarnos pero sólo él terminó"

"¿Le dijiste que se viniera con nosotros?" Le pregunté un poco molesto porque consideré que le había dado demasiado como para que le dieran ganas de irse con nosotros.

"Dijo que lo iba a pensar" Respondió ella.

Con esa respuesta yo di por hecho que no pensaba irse con nosotros.

Esperamos un rato más. Inclusive le enviamos una de nuestras llaves de la habitación. La aceptó pero no dio señal alguna de querer irse del antro en ese momento.

Estuvimos un rato más en el antro y decidimos irnos a descansar. En el camino discutimos un poco porque yo seguía pensando que ella sólo debería haberlo tentado para hacerlo sentir ganas de irse al hotel.

Cuando llegamos al cuarto seguimos con el tema. Finalmente ella reconoció:

"Mira amor, tu estuviste de acuerdo que me acercara y tú sabes que no es posible asegurar como van a ir las cosas. Yo sentí que era mi único momento para aprovechar y lo dejé que me llevara"

"Entonces sí te lo cogiste" afirmé ya con otro tono porque comencé a imaginar cómo pudiese haber sido la escena y la verdad me excitó ese pensamiento.

"No me lo cogí y siento que estamos perdiendo el tiempo discutiendo en vez de estar nosotros cogiendo rico. Tengo muchas ganas"

Yo seguía tratando de imaginar que habría pasado en el baño. Así que le pedí que me contara.

Al principio ella muy a regañadientes accedió:

"Me lo llevé al baño y lo metí directamente al cuartito más grande, el de discapacitados. El me preguntó qué onda conmigo y yo sólo me me encogí de hombros mientras le ponía el seguro de adentro a la puerta y me recargue en la pared detrás de mí. Él se me acercó y apoyó un brazo en la pared por encima de mi hombro. Comenzó a tocarme por encima del vestido y me preguntó por qué no me había visto antes. Le dije que era de fuera y le pregunté si no le daba vergüenza haberse dejado llevar tan fácil al baño de damas. Me contestó que en ese antro ya lo conocían muy bien y que nadie le decía nada. Al contrario. El me preguntó que con quién venía y le dije que con mi novio. Entonces de verdad que eres bien cabrona me dijo. Yo le dije que me habías dado permiso para ver si lo invitábamos al motel. Él me dijo que si qué tenía para ofrecerle y comenzó a besarme mientras me manoseaba. La verdad yo ya no me aguanté y comencé a tocarlo abajo. No sé ni en qué momento ya lo tenía de fuera y ya me había abierto todo el vestido por enfrente mientras me seguía tocando toda. Me dijo que estaba buenísima y eso me puso más caliente. Se echó para atrás solo para decirme que le enseñara las tetas. Me subí el sostén y comenzó a besármelas. Yo como podía lo estaba masturbando. Quiso bajarme las pantaletas y no lo dejé. Me pidió que lo dejara penetrarme y la verdad que yo si quería pero como me dijo que no traía condón no lo dejé"

En ese punto yo la tomé de la cintura y le dije: "por favor enséñame como estaban parados"

No traíamos nada de ropa encima porque así nos gusta dormir a ambos. Ella se recargó en la pared y me jaló hacia ella.

"Estábamos así y cuando no lo dejé bajarme el calzón metió su mano por arriba"

Yo le metí la mano y le pregunté: "¿sólo te tocó o te metió los dedos?"

Ella excitada apenas podía hablar, hizo una pausa y contestó: "primero me tocó y cuando vio que estaba mojada metió los dedos y comenzó a masturbarme."

Yo entonces le metí mis dedos a ella y le pregunté: "¿así? ¿y luego qué pasó?"

Estuvimos así un rato y el seguía pidiéndome que me dejara penetrar."

Yo seguía masturbándola: "¿y tú? ¿qué querías hacer amor? ¿por qué no lo dejaste? Ya estabas ahí y tenías ganas. Estabas caliente"

Ella casi sin poder hablar confesó: "yo sólo pensaba en que me diera la vuelta y me penetrara bien duro desde atrás.

“¿querías que te la metiera por la vagina?”

“Siii, muy fuerte”

“¿se te antojaba su pene?”

“Siii sólo pensaba en que me volteara y me penetrara bien fuerte desde atrás y yo le decía que mejor se viniera con nosotros al motel y el me decía que sí pero no dejaba de fajarme y manosearme. Yo quería cogérmelo con calma pero al mismo tiempo veía yo que ya lo tenía ahí conmigo y realmente tuve que esforzarme para no dejarlo que me cogiera”

“Pero ya estabas ahí. Tenías el acuerdo conmigo. Te lo hubieras cogido”

“tiene un pene bien rico y yo sólo pensaba en me penetrara pero sin condón no"

“¿Estabas muy caliente? ¿Por qué?” le pregunté sin dejar de fajar y acariciarla mientras la tenía atrapada contra la pared.

“Todo me excitaba… que alguien nos descubriera; que estabas afuera imaginando no sé qué; me excitaba saber que el tipo quería cogerme ahí mismo; me ponía bien caliente pensar que podías entrar y entre los dos cogerme ahí mismo en el baño. Me excitaban mil cosas.”

Entonces le di la vuelta y la obligué  a inclinarse un poco contra la pared: "o sea que ¿querías que te cogiera así? ¿Desde atrás?"  Y antes de que me contestara se la dejé ir dentro sin más aviso.

Ella sólo alcanzó a decir: "siii, así  quería que me cogiera, riiico"

Ella apoyó ambas manos en la pared y me dejó que le diera un buen número de empujones desde atrás. A momentos se le doblaban las rodillas de las ganas de estar echada pero yo no la dejaba.

"Sígueme contando amor, ¿qué más pasó?"

Ella apenas podía hablar. Hizo una pausa mientras recibía mis empujones:

“Se hizo para atrás y me dijo que le enseñara mis bubis, en cuanto me abrí el sostén se puso a tocármelas y me dijo que si no lo dejaba metermela por la vagina entonces me diera la vuelta para penetrarme anal. No quise.”

“¿y luego? ¿Qué hiciste mi cielo?”

“Se siguió masturbando y yo ya nada más me recargué en la pared porque él volvió a meterme los dedos y se me acercó a besarme en el cuello, me decía que estaba bien buena. Me repetía eso mucho y escucharlo decir eso me ponía más y más caliente”

Yo hice lo propio con mis dedos en la vagina de ella mientras me masturbaba al mismo ritmo que yo movía los dedos dentro de su vagina. Fuimos incrementando el ritmo, yo creo que pensando en la misma escena previa del baño.

“y entonces… ¿acabaste o no con sus dedos?” le pregunté.

“Lo sentí ponerse más duro de su verga y me di cuenta que se estaba viniendo porque sentí que me salpicó todo su semen en mi piel. Cuando sentí él estaba moviendo sus dedos más fuerte y síii me hizo venir bien rico pero yo seguía pensando en que me cogiera o que me cogieras rico!”

Escuchando aquello era inevitable, explotamos los dos en un enorme orgasmo que deben haber escuchado todos los demás huéspedes del piso. La verdad es que para mí fue tan intenso que difícilmente recuerdo otra corrida tan fuerte y tan larga en mi vida.

Podrá parecerles una historia muy corta pero para esa hora ya comenzaba a clarear el amanecer. Nos dormimos por un buen rato abrazados antes de prepararnos para irnos al aeropuerto.

Todavía casi dos años después, a veces fantaseamos con repetir una escena como la de aquella noche en ese baño caliente.

Sobre lo que pasó en el baño en realidad, ¿quién sabe?

La verdad prefiero imaginar que se cumplió el deseo de Ana. Prefiero pensar que le dio la vuelta y desde atrás la hizo inclinarse para adelante. Supongo que levantó su vestido y con la completa complacencia de Ana le bajó las pantaletas solo lo suficiente para penetrarla bien fuerte tal y como ella quería. Me gusta imaginar que debe haberle dado hasta cansarse y ella debe haberse venido bien fuerte y prolongado, más por la emoción del momento increíble que por la penetración en sí misma. Tal vez antes de venirse él ella se dio la vuelta para besarlo y siguió masturbándolo precisamente para que él se viniera encima de la piel de su vientre para sentir su semen caliente encima tal y como le encanta a mi Ana.

No sé cuál sea la versión real… ¿para mí? Si me lo preguntan, a mí me excita cualquiera de las versiones contadas aquí pero sería bienvenida cualquier otra que pudiera surgir mientras en todas esas versiones mi Ana salga con tan buenas ganancias.

(9,30)