Las horas se hacen cortas cuando el sueño se hace realidad. La vida se abre paso ante sus ojos una vez más, pues Martín y Lucas se encuentran tras la orilla de la mar, desnudos la pasión se hace eterna y el sentido del amor y el corazón los hace uno solo.
La verga de este muchacho le tiene comida la cabeza, la forma de moverse en la cama y los músculos de su cuerpo hacen ego en su interior provocandole unaa erección instantánea- Martín se quedó perplejo- No sabía que hacer, si llamarlo o satisfacerse el solo.
Cuando el amanecer hace mella en la suave arena de aquella playa, Martín suspira por su querido compañero. Sabe que no siempre van a tener la oportunidad de tenerse el uno al otro tan cerca y eso se debe a que no a ojos de todos sus seres queridos está bien visto esta unión, aquí comienza el duelo por lo prohíbido.
“Un destino compartido, destino que unió sus esperanzas”
Todo comenzó cuando Martín despertó, sentado sobre la cama sus brazos fuertes y sus piernas desnudas reposan sobre las sabanas que en días anteriores fueron testigo de un sexo incondicional, una pasión desenfrenada llena de noches de ardiente deseo de amar.
Como cada día, ese despertar era su sueño, pero no todo lo pintaban como querian y Lucas a pesar de haber saboreado el dulce deseo de entregarse plenamente a su querido Martín lo invadió el miedo a dar a conocer su auténtico yo.
Pues ahora ya nada de esto tiene razón cuando no se quieren revelar ante los que ensucian el verdadero significado del amor, cuando por culpa de comentarios y sentimientos que nos separan de nuestros intereses nos acaban derrocando.
…La historia de una noche fugaz, una noche que amaneció en la playa donde aun se recordará ese amor prohíbido. Prohíbido no por ellos, por el miedo que infundieron en ellos sus propios seres queridos al no dar el apoyo que se merecieron.
Su cuerpo pidiendo guerra queda en la mente de el pero busca reencontrarse una vez más cada mañana en esa playa...