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Cumpleaños con final feliz

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Eran las siete de la tarde y ya me estaba preparando para la fiesta de cumpleaños que mi amiga Lucia iba a dar en su casa. Llevaba tantas semanas sin salir por los dichosos exámenes que hoy tenía más ganas de lo normal y por ello dedique tres largas horas a arreglarme y a decidir mi modelito. Finalmente escogí una pequeña minifalda negra y una ajustada camiseta de color burdeos, que realzaba mi generosa delantera. La verdad que a pesar de no ser muy alta no me puedo quejar de mi cuerpo, pues soy delgadita y tengo tanto un buen culo como unas buenas tetas.

A eso de las diez, me dirigí a casa de mi amiga. Cuando llegué aquello era ya todo un bullicio de gente, pues Lucia quería celebrar sus 20 años por todo lo alto y había invitado a sesenta personas de las cuales no conocía ni a la mitad, ya que muchos eran amigos suyos de la uni o de otras cosas. Como pude me adentre en la casa y fui en busca de Lucia. Finalmente la encontré en el jardín charlando un grupillo de chicos y su novio Marcos.

Lucia al verme se abalanzo sobre mí y me dio un fuerte abrazo pues llevábamos mucho tiempo sin vernos. Después me presentó ante sus dos amigos, en los cuales ni siquiera me había fijado todavía. El chico de su izquierda fue el primero que se me presento, este debía medir sobre 1.85, lucía una pomposa melena de cortos tirabuzones rubios y tenía unos hermosos ojos azules que me hipnotizaron en cuanto los vi. Se acercó hacia mí y dándome dos suaves besos en las mejillas me susurro “Hola, yo soy Pablo, encantado de conocerse guapísima”, ante esto no pude evitar sonrojarme. Seguidamente el otro chico, que se llamaba Mateo procedió a presentarse, simplemente dijo su nombre y me dio dos besos. Mateo era algo más bajito que Pablo pero tenía un cuerpazo impresionante que se completaba con su peinado rebelde y sus ojazos verdes. Tras los formalismos charlamos un poco aunque la verdad es que resultaba complicado concentrarse en la conversación. Pasado un rato me fui con unas amigas.

La fiesta trascurrió sin más, unas copas por aquí, unos bailes por allá, amigos que se lían…, pero sobre la una y media de la madrugada la cosa se empezó a apagar, ya que mucha gente decidió irse a un pub en el que pinchaba un Dj famoso. Finalmente quedábamos solo Pablo, Mateo, el novio de Lucia, un par de amigas más, Ana e Isabel, y yo. Lucia se entristeció ante el resultado de su fiesta, así que su novio decidió que los que estábamos podíamos jugar a algo. Entre la mayoría decidimos jugar al típico juego de la botella.

La primera ronda comenzó tirando la botella Pablo y casualmente me tocó a mí. Me pregunto que si quería prenda o prueba y elegí prenda, sacándome un zapato. Después tiro Mateo y le toco a Ana quien eligió de nuevo prenda. Las rondas continuaron así hasta que tres rondas después Pablo y Marcos estaban con los pantalones, Mateo en calzoncillos, Lucia en sujetador y falda, Ana con la blusa y en braguitas e Isabel y yo únicamente con el sujetador y la braguita.

En este momento se decidió que ya no se podría elegir más veces prenda, serian todo pruebas. La primera tirada toco a Isabel quien se tuvo que dar un pico con Ana. Luego a Marcos quien tuvo que sacar la falda de su novia usando únicamente la boca. En la siguiente tirada le toco a Pablo quien tuvo que darme un beso con lengua. Casi me da algo, con su beso me puso súper cachonda. Después le toco a Ana quien se besó con Mateo. En la siguiente me tocó a mí y me hicieron sentarme sobre Mateo y menearme sobre él durante 30 segundos. La cosa cada vez estaba más caliente.

Lucia y Marcos ya no podía más y decidieron subir a la habitación. El resto continuamos. En la siguiente tirada a Isabel le toco masturbar a Ana lo cual no le importo y comenzó a hacer delante de todos. Como parecía que iba para largo los chicos decidieron seguir conmigo. Mateo tiro la botella y le toco a Pablo quien tenía que poner un hielo en mi braguita y presionarlo hasta que se deshiciera. En cuanto lo introdujo en mi braguita un escalofrió recorrió mi cuerpo, el cual hizo que emitiera un pequeño gemido. Mi cuerpo estaba que no podía más y Pablo y Mateo no tardaron en notarlo, ya que el hielo no tardo ni 30 segundos en deshacerse.

Pablo continúo con su mano sobre mis braguitas y comenzó a trazar círculos con sus dedos. Mientras Mateo se acercó por mi espalda, desabrocho mi sujetador y me empezó a masajear mis pechos. Ante tales caricias leves gemidos se empezaron a escapar por mi boca. A continuación Pablo se deshizo de mis braguitas y tumbándome en el suelo me separo delicadamente las piernas e introdujo su cabeza entre ellas. No tarde en notar como su lengua se habría paso entre mis labios lo cual me hizo suspirar de placer. Mateo entonces cogió mis pezones y empezó a devorarlos con su boca succionando, mordiendo y estirándolos, lo cual hizo aumentar mi excitación. Estaba en un estado máximo de placer lo cual hizo que comenzara a gemir como una loca, haciendo que alcanzara un tremendo orgasmo.

Tras esto me llevaron hasta uno de los dormitorios de la casa y se intercambiaron las posiciones. Pablo si despojo de sus pantalones y su calzoncillos y descubrí su inmenso miembro. Este se sentó sobre mí y me indico que se la chupara. Mientras Mateo me introducía sin dificultad un par de dedos a la par que se masturbaba su miembro, el cual no era excesivamente largo pero era de gran grosor. Poco después acerco su miembro a mi rajita y me lo introdujo de una sola embestida ante lo cual no pude evitar pegar un grito al notar como mis paredes se habrían para hacer sitio a ese grueso miembro. Poco después comenzó a bombear aumentando la intensidad mientras que Pablo seguía masturbándose en mi boca. Al poco los dos estallaron dentro de mí, provocándome otro tremendo orgasmo a la par que me tragaba la leche de Pablo.

Sin tan siquiera tiempo de reaccionar Pablo me coloco en perrito he introdujo su largo miembro en mí. Mateo no tardo en incorporarse de nuevo a la fiesta. Este se acercó a mí y cogió mis tetas que se balanceaban con cada embestida de Pablo y las estrujaba y presionaba como si estuviera ordeñando las de una vaca. A la vez que realizaba esto, acerco su miembro a mi boca y me lo empezó a introducir hasta conseguir meterlo todo lo cual me provoco alguna que otra arcada. De nuevo con los dos dentro de mi bombeando a buen ritmo, notaba como estaba a punto de venirme, ante lo cual comencé a chuparle el pene a Mateo como una loca haciendo que este sacara su miembro de mi boca y se corriera sobre mi cara. Pablo a su vez me estaba dando unas embestidas brutales que me hacían gozar cada vez más hasta que finalmente llegue a mi tercer orgasmo de la noche. Pablo al notarlo saco su miembro de mí y se masturbo hasta correrse poco después y desparramar toda su leche sobre mí. Finalmente los tres caímos extasiados sobre la cama.

Cuando conseguimos reponer fuerzas, recuperamos nuestras pertenencias y nos despedimos, no sin antes intercambiar nuestros teléfonos para poder quedar en un futuro. 

(8,03)