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El soplido del diablo

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Esa tarde de viernes  mi esposa viajo a Chiapas a ver a su hermana que dio a luz y se estaría con ella por espacio de una semana, Yo no pude acompañarla por mi trabajo y mi suegra no fue ya que tendría cita médica con el especialista del seguro social la próxima semana y no ir implicaría que la nueva cita se la dieran en dos meses más, ya sabemos cómo se las gastan los servicios médicos que ofrece el estado.

La vimos partir no sin antes darme mil recomendaciones, que no me fuera a desatrampar el fin de semana por quedar solterito y sin compromisos y le decía a su mama:

- Ahí te lo encargo, me lo cuidas y atiendes bien

Al tiempo que soltaba la gran carcajada a lo que mi suegra contesto:

- Vete sin cuidado que yo le hecho un ojito

Y ella también soltó la risa, mientras yo mustiaba entre dientes una pequeña mueca intento de sonrisa franca.

Después de despedirla nos fuimos a la casa y llegando cada quien a su cuarto y a dormir, yo los sábados trabajo medio día y había que descansar para no ir todo maltrecho a laborar.

Al otro día me levante como siempre y cuando me disponía a salir para ir a desayunar a alguna fonda, debido a que mi esposa no estaba, cual sería mi sorpresa  que mi suegra ya me había preparado un suculento desayuno y mientras me servía me decía.

- Ya ves como si cumplo lo que le prometí a mi hija, te cuido y te atiendo muy bien ja ja ja

Agradecí también con la misma risa y me dispuse a desayunar, lo que sea de cada quien mi suegra cocina muy rico, ya cuando termine y estaba por irme me pregunto que se me antojaba de comer, y le pedí entonces que me hiciera sino era mucha molestia una pancita de res picosita, me dijo que si y le deje el dinero para que comprara todo lo que hiciera falta, también le di  para unas cervezas para acompañar tan suculenta comida.

Salí como a medio día y me dispuse a irme a la casa, ya me saboreaba esa rica pancita de res, aunque le había dicho a mi suegra que me comprara una cervezas pensé en un trago más fuerte, para complementarlo y pase al súper por una botella de tequila, cual sería mi sorpresa que había una promoción de llévate tres botellas y pago solo dos, pensé estas ofertas no se dan seguido y además puedo guardar dos para lo que se ofrezca, pero recapacite y pensé en mi suegra, que se había portado muy bien y que merecía que le llevara una de las botella de brandy de la que a ella le gusta.  Salí feliz con mis adquisiciones dos botellas para mí y una para mi suegrita.

Llegue y como era de suponerse mi suegra se puso feliz por su regalo y si de por si me está consintiendo, pues con ese detalle aún más. Destape dos cervezas al tiempo que ella servía la comida y se me ocurrió poner música suave balada pop, y de las cervezas pasamos a las botella yo con mi tequila y ella con su brandy. Yo bien caballero le quise servir su cubita ligera, pero ella protesto y pidió que se la diera cargadita ya que no todos los días se tomaba su brandy que tanto le gusta. Yo accedí y se las prepare como a mí me gusta a lo que ella dijo.

- Ay malvado esta si esta cargadita… pero está bien, salud yernito querido, por el gusto de convivir como lo estamos haciendo el día de hoy.       

Así seguimos una copa tras otra y muy alegre el asunto, de repente sonó mi celular y eran unos amigos que me invitaban a un nuevo antro para ir a ingerir unos tragos y bailar. Les agradecí y les dije que no iría ya que no estaba mi esposa. Mi suegra que escucho me dijo.

- Si quieres ir ve, no creas que voy a ir de chismosa con mi hija, ja ja ja

Le dije que no, porque nada más seria puro tomar ya que pues no me sentiría cómodo de bailar con alguien más. A lo que ella me dijo.

- ¿Si verdad? No vaya a ser que  tu fuego, la mujer estopa llega el diablo y sopla y para que te cuento, no te la acabas con mi hija ja ja ja

Me reí de su comentario y le dije que si quería otra copa,  yo ya la veía un poco mareada pero aun así quiso que le sirviera. Así seguimos por otro buen rato. De repente mi suegra se para y puso unas cumbias para bailar y me dijo

- ándale yernito para que no te quedes con las ganas de darle duro al taconazo.

Y sin nada que decir comencé a bailar con mi suegra, de pronto del estéreo empezó a sonar una salsa balada lo que obligaba a bailar agarrados y pegados, a lo que no supe que hacer y nuevamente ella sentencio.

- A no, no me dejes picada, además esa canción me encanta  y desde que me divorcie de tu suegro hace cuatro años que no bailaba así de sabroso como hoy, anda no tengas pena y báilame ja ja  ja.

Yo con las copitas de tequila que ya sumaban más de 8 pues me anime y baile con mi suegra pegaditos y entre el baile y lo mareada que ya estaba mi suegra me empezó a rozar con su candente cuerpo, que si bien era una señora de 42 años, tenía un excelente cuerpo mejor que una de 30 bien delineado y curvilíneo. Yo empecé a inquietarme, a final de cuentas era la mama de mi esposa, pero al momento de sujetarla y darle las vueltas su enorme y rico trasero se pegaba a mi pelvis peligrosamente lo que comenzaba a excitarme para dejar de ser el yerno y ella la suegra, además ella lo había sentenciado antes. “El hombre es fuego, la mujer estopa”… nada más faltaba que se diera el soplido y pensando esto me separe y le ofrecí a mi suegra si quería otra cuba a lo que ella dijo que sí.  

Excusando un poco de cansancio me senté en el sillón de la sala, mientras que mi suegra cambio de música y puso la canción reguetonera del momento y se puso a bailar sola, la cubas ya habían hecho su efecto y ella estaba totalmente desinhibida y al momento de doblarse en cuclillas la falda se le alzo más de los debido y dejo ver sus preciosos muslos que todavía se veían duros y firmes, al final de los muslos dejaba ver la pequeña pantaleta de color rojo que apenas cubría lo necesario. Fue entonces cuando llego el diablo y soplo, pues mi miembro se comenzó a endurecer brutalmente, a tal grado que tuve que reacomodarme en el sillón para dejar mayor soltura en el pantalón y tratar de disimular que se me había puesto totalmente erguido.

Ella me invito a seguir bailando y esta vez no dude, me pare como impulsado por un cohete y comencé a bailar al compás del perreo; ella ya estaba demasiado tomada y no se percataba que al chocar conmigo yo ya traía tremenda carpa en el pantalón a punto de explotar, pero me contuve y seguía disfrutando ese baile sensual, cachondo y a su vez libidinoso. 

Se acabó la canción y me pidió que le sirviera otra cuba en lo que iba al baño, diciendo esto se acabó la mitad de la que tenía y me dio su vaso; esa fue mi última oportunidad para dar marcha atrás, ya que entro en mi cabeza un momento de lucidez  la cual me aconsejo que mandara a mi suegra a dormir y que yo hiciera lo mismo, pero no contaba con que mi suegra se resbalo en el baño y no podía ponerse de pie y me pidió ayuda, cuando entre y la vi sin su ropa interior y pude ver su vagina hermosa y pidiéndome a gritos que la succionara, de nuevo apareció la gran carpa, mientras que ella entre pena y risa me dio la mano para que la sujetara y la levantara, ya de pie le ayude a subirse su pantaleta y se la acomode mientras mis manos rosaban  sus piernas , nalgas y pelvis, sentí que me ahogaba en una asfixiante agonía por querer poseer a mi suegra y ella me dio las gracias y me pidió que la llevara a su cuarto.

Ya estando ahí me pidió su cuba y se la traje, me dio nuevamente las gracias y me dijo.

- Le dije a mi hija que te iba a atender muy bien y es lo que voy hacer exactamente, atenderte muy bien.

Sin más puso su mano y empezó a frotar sobre mi pantalón al mismo tiempo que desabrochaba mi cinturón, yo no proteste ni dije nada, me deje llevar por ella y ahí comenzó lo que tanto temía y a la vez quería.

Mi pene al quedar expuesto fue presa fácil de la boca de ella que de una bocanada lo succiono todo hacia su interior, ella estaba como desesperada, ansiosa como el sediento en el desierto, cuatro años de su divorcio y dos de distanciamiento con el que había sido su último hombre marcaban un tiempo suficiente para que ella estuviera deseosa de sentirse nuevamente amada, de ser poseída, de sentir nuevamente mujer.

Su boca expulsaba y succionaba con rapidez mi miembro y de vez en vez tomaba aire no sin dejar de darle sendos lengüetazos a mi glande que ya empezaba a escurrir una pequeña cantidad de líquidos espermal y que mi suegra se lo tragaba con gran deleite.  

Mientras yo manipulaba su cabeza a modo de  querer ahogarla con mi pene, ella no protestaba, al contrario se dejaba llevar por el momento, la levante y la avente a la cama ya ahí me le abalance y le subí la falda para poder bajarle casi desagarrarle su pantaleta que me estorbaba para deleitarme con su húmeda cueva que ya escurría líquidos por todas partes y que dejo escapar una gran cantidad mientras mi lengua jugueteaba con sus labios vaginales, primero muy despacio, después casi casi mordiéndolos suavemente, mi suegra lanzaba quejidos de amor, de pasión, de locura cuando me dijo extasiada…

- Hazme tuya, hazme el amor, viólame, cógeme lo que quieras pero hazlo necesito de ti, quiero sentirte todo dentro de mi haaaaa.  

Eso me éxito más y a la vez me di el espacio para seguir gozando de aquel templo de amor que esta deshabitado ya hace mucho tiempo, mis manos le masajeaban sus pechos y ella cogía mis manos y las chocaba contra sus senos pidiéndome que pellizcara sus pezones…  

- Soy tuya papi haz de mi lo que quieras.

Ya no aguantaba más y le abrí sus piernas para inmediatamente penetrarla era tanta la pasión que arremetí con tal fuerza que pensé que la podría lastimar, ella solo se mordía el labio inferior y se me quedaba viendo con ojos de dolor y de satisfacción,  aguantando la embestida como toda una hembra deseosa de su macho. Sentí que me venía y bruscamente cambie la posición para quedar yo abajo y ella encima de mí y las embestidas no pararon, ahora era ella que con toda su fuerza me daba tremendos sentones y sacaba y metía mi verga de su vagina devorándola una y otra y otra vez, mientras que yo la nalgueaba y apretaba fuertemente sus senos. Estábamos tan calientes los dos, pero eso para mí no bastaba en el hecho mismo de la tremenda cogida que le estaba dando, quería escucharlo de ella, que me lo gritara que me lo dijera que me confirmara el torrente de lujuria que yo le provocaba. Era excitante saber que una mujer me deseara tanto y le dije…

- ¿te gusta cómo te estoy cogiendo? ¿Te gusta mi verga?      

- Si papito, eeeeres mi reeeey me encanta tu vergaaaaaaaa, cógeme más, mas, maaaaas.

Eso fue un revulsivo que provoco que mi verga se pusiera más dura de lo que ya estaba y ella lo sintió diciendo…

- aaaaay así, así, mas, mas mételo todo papi maaas, haaa

Y después de muchos años mi suegra volvió a experimentar… ¡un orgasmo!, empecé a sentir como un cumulo de jugos vaginales humedecían exageradamente mi pene y mis testículos. Mí querida suegra estaba prácticamente eyaculando encima de mí al tiempo que me decía…

 - Eres mi macho, eres el hombre que espere por mucho tiempo, no pares y sigue cogiéndome asiiiiii mmggm.

La baje de encima de mí y la puse a que me chupara la verga, que me limpiara con su lengua a lo que ella accedió muy complaciente y al mismo tiempo que me la mamaba, su mano frotaba mi pene de abajo hacia arriba y viceversa para no dejar que se cayera y siguiera erguido como un corcel que tenía muchas leguas que recorrer todavía.  Yo aproveche y le metí mis dedos en su hirviente e inundada vagina y era una sensación rica, viscosa y oliendo a sexo del bueno, de repente ella me dijo…

- Sigue cogiéndome, haz que me vuelva a venir

No lo hubiera dicho dos veces por que inmediatamente me enderece y la puse en la posición del perro tras su perra, pero ante se me ocurrió poner un espejo enfrente de ella para así poder verle la cara al momento que me lo estuviera nuevamente cogiendo, quería comprobar si nuevamente lograría el efecto logrado en el primer orgasmo.

Me puse detrás de ella y comencé a lamerle sus labios vaginales y ella empezó a emitir gemidos que casi se vuelven gritos.

- haa… haaaa… mmggmm….. haaaaa

Yo quería llevar la faena despacio, había aguantado de manera monumental el no venirme, ya que tenía en mente cogérmela al final por su ano y entonces ahí si venirme todo, procedí a ponerme de rodillas y le metí de poco a poco mi verga en su lubricadisima vagina, ella seguía gimiendo de placer y le pregunte…

- ¿Lista suegrita para recibir mi verga a tope?

- Si mi amor… haaa dámela toda por favor, haaa  mmmgmm ya cógeme

- ¿Te gusta mi verga? Le preguntaba mientras mi pelvis chocaba con sus grandes nalgas al momento de metérsela y sacársela repetidas veces  en un compás suave pausado, tomando fuerza para la brutal embestida.  

- Si me gusta tu verga, mmm haaaa cógeme más haaaa más mmggg

- ¿Quién es mi perra y que quiere mi perra heeee? Mientras la nalgueaba con fuerza y le jalaba dócilmente pero con fuerza su cabello para que volteara a verme a la cara. Había entrado a una fase de macho dominante dueño de toda acción y deseo, podía ver en el espejo su rostro que emanaba satisfacción y que deseaba aun todavía más.

- haaaa yo soy tu perra, haaaa mmggmm haaaa y quiero que me cojas con todas tus fuerza y haaaaa me des toda tu leche, haaaaaaa quiero toda tu leche haaaaa

Eso basto y mi verga estaba nuevamente a tope y empezó la brutal embestida en donde con toda mi fuerza la empecé a poseer, ya no me importaban sus quejidos ni lo que dijera, ella era mía, mía y de nadie más, ahora si gritaba de placer…

- haaa me destrozas, siiiiiiii haaaa sigueee no pares haaaa

Eso gritos me excitaron hasta la locura me enderece y a ella la embroque en la cama, quería meterle en su vagina mi verga, mis testículos, “todo yo” quería estar dentro de esa hembra que aguantaba a pie firme la arremetida de mi verga y sucedió el segundo orgasmo despiadado y liberador de ella.

- haaaa  haaaaaa

Gritaba ella al mismo tiempo que agarraba con brutal fuerza las sabanas de la cama y su cuerpo sudoroso y temblante no se doblaba ante mi acometida.  Fue ahí donde le saque mi verga y se la dirigí a su culo no sin antes ponerle bastante líquido vaginal que ella había expulsado de su cuerpo y que me serviría de lubricante.

- Ahora si suegrita agárrese porque va la mía, ¿mi leche quería? Pues mi leche tendrá. A lo que ella me contesto…

- Si mi amor nunca nadie me ha cogido por el culo y tú te has ganado ese privilegio, desahógate mi amor dame tu leche calientita haaa ya por favor  haaa

Y empecé a meter y a sacar una y otra y otra vez, la sensación de reventar ese culito que por más de 40 años se mantuvo inmaculado y yo solo yo sería su dueño, la penetración no fue fácil, que para ella fue dolorosa pero a su vez gustosa, pero mi suegra estaba dispuesta a complacerme y yo seguí metiendo y sacando mi verga una y otra vez, mientras mi suegra se apretaba toda y aguantaba entre gemidos de placer y de dolor y me decía…

- Ya mi rey vente dentro de mi quiero tu leche, dámela ya mi amor, dame tu lechita, damelaaaaa yaaa haaaa

Esos últimos quejidos fueron la gota que derramo el vaso, pues ya no me pude contener y comenzó una danza entre fuerza y rapidez que sentía que me quemaba mi verga con el roce de su culo y entre esa calentura  descargue todo el semen retenido en mi durante todo ese tiempo dejando ahora yo escapar un tremendo…

- haaaaaa… haaaaa… haaaaa

Dejándome caer hacia atrás como quien recibe una descarga eléctrica… y ella quedo ahí inerte, empotrada en la cama sin fuerzas para nada, yo veía como mi semen salía de su ano como agua que cae en cascada de alguna montaña y que escurría por el dorso de sus muslos y piernas.

La tarea estaba hecha y más que cumplida, como pudo mí suegra se volteo y se acurruco en mi pecho y yo la abrace con cierta delicadez, poco a poco el fuego incendiario de nuestros cuerpos comenzó a bajar y la pasión dio paso a la razón…  

- ¿Arrepentida suegrita? Le pregunte y ella me contesto…

- Para nada, hoy ha sido el mejor día de mi vida hoy volvió la mujer que se creía perdida… ¿y tú yerno?  ¿Te sientes mal por cogerte a la mama de tu esposa?

- Para nada, hoy le hice el amor a una mujer deseosa de sentirse deseada y amada.

Y cerramos nuestro pacto  con un beso que fue el preámbulo de una noche llena de pasión a más no poder, y así nos amaneció.  Nos levantamos, nos bañamos y desayunamos juntos, vimos una o dos pelis, comimos y después cada quien se fue a su cuarto a descansar plenamente.

Han pasado poco más de 2 años de aquel encuentro amoroso y mi suegra se ha convertido en mi segunda mujer, en las reuniones familiares la saco a bailar, en su cumpleaños, día de la madre y navidad le doy sus buenos regalos. Cuando mi esposa sale con sus amigas yo le digo que aprovechare e invitare a su mama al cine o a ir a cenar y ella hasta me lo agradece cuando en realidad nos vamos al hotel a darnos tremendas encerronas.

Ahora que mi esposa está esperando a nuestro primer hijo, mi suegra me dice que tendrá que estar más al pendiente mío, para satisfacer mis instintos naturales de hombre para que yo no ande buscando el calor ajeno; así es mi historia tirando a mi esposa y al mismo tiempo a mi suegra, vaya vida la mía.

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