Nuevos relatos publicados: 13

Almuerzo

  • 5
  • 37.184
  • 8,89 (55 Val.)
  • 2

Hace poco menos de dos horas me diste uno de tus desayunos matutinos. Ahora me encuentro en la cama, apenas despierta. Acerco mi mano hacia tu lugar de la cama y noto que no estas, entonces escucho el agua de la ducha y el vapor saliendo  por  arriba de la rendija de la puerta. La puerta estaba entreabierta y sabia perfectamente lo que eso significaba: Gatito quiere que gatita le de ahora el almuerzo.

Con una sonrisa pícara, me levante y me quite  sin prisa las bragas y la camisa tuya que llevaba puesta. Todo era perfecto entre nosotros, tu un argentino realmente amoroso,  bien dotado y muy sumiso o muy posesivo cuando el momento lo requería. Yo una colombiana, con todos era muy distante y fría, menos contigo, tu me cautivabas con un beso o una mordida y me hacías derretir con esos ojos oscuros cuando me implorabas una chupadita a las 2 am. Ambos llevábamos más de 4 años, uno de ellos a larga distancia.

Pero ahora estaba yo, en la puerta del baño, desnuda y viendo como frotabas tu escultural cuerpo blanco con jabón aromatizante. No te percatabas de que estaba ahí y como siempre, empezaste a masturbarte mientras el agua caliente bajaba por todo tu cuerpo. Esa escena era deliciosa para mi, pero no estaba bien que te divirtieras tu solo.

Con cautela me dirigí hacia ti, estabas tan concentrado que no sentiste mi tierno beso en tu espalda. Inevitablemente el instinto me invadía y mordí con fuerza tu espalda para que me prestaras atención. Al notarme, toda tu cara se puso roja y te pusiste nervioso, eras como un gatito indefenso y solo, eso…. Eso a mi  simplemente me enloquecía.

-¿A…mor que haces aquí?

-Eres un gatito muy  malo, te diviertes tu solito aquí y me dejas solita en la cama. Mereces un castigo por eso- dije dándote media vuelta y arrinconándote  contra la pared húmeda-.

-Pe..pero yo no…. Gatita déjame, s..solo  me duchaba- decías con esa voz dulce mientras yo acariciaba suavemente  tus labios con mis dedos-

-Castigo – susurre-.

Bajaste la mirada, signo de que me dejarías ser  hoy tu dueña.

-Mi pequeño gatito sumiso – me pare de puntitas y te bese con mucha lujuria intentando no tocar tu miembro, que no cesaba de estar erecto-.

-A..amor debo irme.. tengo trabajo y… yo… -  mentira, ninguno de los dos trabajaba  ese día-.

-No te me vas a ir gatito mentiroso-.

Me di media vuelta y con suavidad, empecé a frotar mi trasero ya mojado con tu miembro. Lo hacía de manera  tan suave que apenas si sentía que te tocara. Sin mirarte podía adivinar tu cara de antojo y de placer.  Intentaste penetrarme pero no te dejé, debías ser castigado.

-Vamos putita mía, déjame hacerte el culito. No me antojes así mujer cruel.

-Es tu culpa por divertirte tu solo mi amor

Estuve un rato mas haciendo  que me desearas, el agua  estaba fría en comparación a la calen tura que ambos teníamos. Finalmente te dije:

-Hazlo mi gatito – mientras que con una mano separaba mis nalgas- vamos gatito, demuéstrame que eres un hombre otra vez.

El hecho de que te suplicara así te hacía poner como un animal, y que te pidiera un anal era para ti el cielo, pues ocurría pocas veces debido a que no me gustaba hacer eso en la cama. Pero en la ducha estaba bien para mí.  Apoye mis manos en la puerta corrediza y me prepare para el placer.

Antes de que dijese algo ya sentía una dura embestida por mi culito. Ambos dimos un primer gemido.

-Ahh.. Dios, amor me encanta hacerte el culito ahh Te amo.

-Te amo...ahhh, vamos amor dame duro como solo tu sabes hacerlo.

-Como ordenes mi amor.

Sentía como tu pene entraba en mí cada vez con más fuerza, haciendo que el agujerito se abriera. Yo no dejaba de gemir tu nombre mientras sentía como mis pechos rebotaban con cada embestida. Tus gemidos de placer hacían que mi vagina se llenara mas y mas de fluidos, entre gritos, agua caliente y sudor, me hacías tuya como todos los días.

-Ahh gatitaa, gati..ta.. ahh que estrechita estas amor, me fascinas.

-Tu verga me encanta mi amor, es tan dura y deliciosa ah.. vamos bebé sabes lo que quiero, sabes lo que quiero ahh…ahhh..

-Si mi amor, pero tardará un rato , no quiero parar de gozar de tu cuerpito .

Quería cada vez con más ganas que me llenaras de tu lechita. Sentir esa sensación cálida y suave dentro de mi culito.  Me embestías mas y mas, en un momento me tomaste de mi cabello y lo jalaste hacia ti.

-¿Quieres leche puta mía?

-Si, si.. la quiero, por favor dámela toda – decía mientras contenía mis gemidos-.

-Puta..ahh  Angie que puta eres ahhh .. ahhh

-Solo para ti Alex ahhh .. ahhh

Empecé a sentir un dolor indescriptiblemente delicioso y sentí como un chorro de semen me llenaba el culito, luego otro mas y suave y otro. Creí que pararías y que eso sería todo.  Pero entre gemidos de cansancio, mientras sacabas tu verga de mi culito, me susurraste:

-Espérate a la cena mi amor, a la noche tu gatita, sentirás el cielo en la tierra.

Con una sonrisa pícara me diste vuelta y me diste un tierno beso. Nos terminamos de duchar juntos y pasamos la tarde en el parque comiendo helado, caminando y riendo como dos niños inocentes.

(8,89)