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Placeres prohibidos

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Todos salieron del carro, la tensión se vio eminente, todo estaba que hervía…

Yo estaba en la parte trasera del auto, el en la parte de adelante en el asiento del chofer, hubo un silencio desesperante pero a la vez excitante. La atracción era mutua y muy evidente pero, también era consciente de que era una persona prohibida para mí. No dijimos absolutamente nada durante un tiempo y el ambiente se volvía cada vez más candente.

De repente, nuestras miradas se cruzaron en el retrovisor, ambos sabíamos muy bien lo que nos decíamos con la mirada. Entonces en cuestión de segundos, la lujuría nos invadió y nos fundimos en un beso apasionado y lleno de deseo, estábamos fuera de sí. Rápidamente él, de un movimiento me jaló para enfrente y me puso encima de él, wow, yo no pensaba ni razonaba, sólo dejaba guiarme por la pasión y la calentura. El comenzó a besar mi cuello, mientras con una mano acariciaba una teta y el bulto en su pantalón crecía y crecía. Wow sentía muy rico sentir su paquete creciendo, era tan excitante… Seguía besando mi cuello he iba bajando hasta mis pechos, bajó la blusa y el brasier y comenzó a comerse mis tetas, mmmm lo hacía taaaan rico que inmediatamente comencé a gemir y a mojarme, wow lo hacía tan delicioso, las chupaba, las mordía las succionaba, lamia los pezones, las estrujaba, era tan cachondo y apasionante que me estaba volviendo loca.

‘El no pudo resistir mucho, se bajó el cierre del pantalón y se sacó su pene, estaba super erecto y se veía muy apetitoso, en cuanto lo sacó me subió la falda y me recorrió la tanga y yo me lo clave de un sentón en mí sexo. Uffff empecé a cabalgarlo wow, estaba de un tamaño muy exquisito, no era enorme pero, si tenía muy buen tamaño, el suficiente como para quedar satisfecha. Empezamos a gemir los dos, no nos importaba nada, ni que fueran a regresar, ni que el fuera prohibido o el hecho de saber que estábamos en pleno estacionamiento público y al mediodía, sólo seguíamos gimiendo y cogiendo, el seguía besándome y comiéndome las tetas mientras yo lo montaba rico ¡mmmmm! Mientras me besaba me manoseaba las tetas, las apretaba rico, las estrujaba, yo estaba fuera de mí, solo quería sentir su  pene dentro de mí y que me cogiera todo el día.

Él también estaba gimiendo de tanto placer que derramábamos los dos, de la excitación comenzó a darme nalgadas, dolía un poco pero era tanta la pasión que eran muy excitantes y me ponían más cachonda y hacía que acelerara mis movimientos.  Me tomó de las caderas y aceleró la velocidad wow esa sensación de sentir como el me dirigía y me empalaba a su ritmo fueron más fuerte que yo tuve un gran orgasmo, fue delicioso. El aún no se corría así que rápido me quite de encima, me pasé en el asiento del copiloto, y me puse a chupársela mientras le acariciaba los testículos, se estaba revolviendo de la excitación gemía y gemía, no paraba de gemir. Estaba mamándosela más y más rápido entonces el  comenzó a masturbarme, woooow, tiene unos dedos exquisitos y los sabía mover tan bien el condenado que me prendió muchísimo, así estuvimos un rato, hasta que el se corrió y yo tuve mi segundo orgasmo. Fue increíble, excitante, rico y sobretodo, prohibido. 

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