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Las Sensuales Piernas de mi Hermana

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Tengo 20 años y mi hermana cerca de cumplir los 19. Nos queremos como cualquier pareja normal de hermanos. Pero ella no sabe que además de eso hay algo que me atrae muchísimo de ella: sus piernas.

Ella está en su último año de colegio, y como viste de colegiala, tengo el placer de mirar sus lindas piernas. Ella las luce con su falda corta a cuadros y sus medias negras que le llegan hasta debajo de la rodilla. Es hermosísima, pero lo es más aún cuando la veo acariciarse sus piernas con sus propias manos.

Ella estaba un día en su cuarto. Con su look colegial, con una mano leía un libro y la otra mano se la pasaba por sus piernas y medias. Alcancé a ver que una araña se subió a la cama. Vi cómo ella la miró, sonrió y se desmayó. Cayó en el suelo y me acerqué. Y me puse a contemplarla. Sus lindos ojos cerrados, la sonrisita de su rostro... y desvié la vista hacia sus piernecitas. Unas piernas hermosas, sensuales con medias y una falda corta. La tomé y la puse sobre la cama. Y el impulso me llevó a empezar a acariciar sus piernas de forma lenta. Por fin las pude tocar. ¡Son muy suavecitas!

Días después pude repetir el plato. Busqué alguna araña en la casa, y se la mostré. Para sorpresa mía, volvió a sonreir y volvió a desmayarse. Vi como hermosamente ella cayó desvanecida sobre la cama. Se veía hermosa. Sobre todo luciendo las piernas, ella es muy buena mostrando sus piernitas. Empecé a sobar sus rodillas y medias. Al día siguiente pensé en que si podía desmayarse si la golpeaba en su cabeza. Tontamente lo hice, pero funcionó. La golpeé, ella me miró, y con una sexy sonrisa cayó desmayada. Empecé a sobar sus piernas lentamente y luego rápidamente, pero me detuve. Vi que una sonrisa se dibujó en su rostro, pero los ojos los mantuvo cerrados. Aceleré la velocidad de las caricias y sonrió aún más.

 Ella parece algo tímida, no suele hablar mucho. Aunque días después fue a mi cuarto a hablar conmigo.

- Hey, te tengo una pregunta - me dijo.

- ¿Qué pasa?

- Sentí algo en las piernas, pero no sé qué fue - dijo, mientras se acariciaba la rodilla izquierda.

- Nada, no te preocupes.

Y un par de días, de nuevo. La hice desmayarse, Parecía sencillo. La puse en su cama y empecé a jugar con sus piernitas hermosas y suavecitas. Acaricié lenta y velozmente sus medias y rodillas al mismo tiempo que no dejaba de mirárselas. Incluso tomé sus manos y comencé a sobarle las piernas con ellas. Pero rato después su rostro empezó a sonreír de nuevo, pero sin abrir los ojos. 

Pasaron los días, y quise contarle lo que estuve haciendo todo el tiempo. Ella había llegado del colegio, estaba en su habitación. Me senté a su lado y conversamos un poco. Y de repente, con mi mano derecha empezé a acariciar con suma fuerza su pierna izquierda. Ella me miró y sonrió... y volvió a desmayarse. Al despertar me preguntó qué había pasado, no recordó nada.

Me di cuenta de cuán afortunado era. Tengo una hermana bonita, con unas piernas muy sensuales y suavecitas, y para mejor se desmaya con suma facilidad. Entendí que sus piernas así como ella misma son sensibles y que por eso cuando se las apreté ella se desmayó. Y así he continuado. El ciclo de vida de ella es el mismo casi todos los días: Despertar, ir al colegio, volver y desmayarse. Debería agradecerle por tener unas piernitas tan bellas, por mostrarlas, por ver cómo ella misma a veces se las acaricia y por desmayarse...

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