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Oda a L

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Pronuncio tu nombre en voz baja, los fonemas se mezclan, los silencios se mecen, las letras son caramelos en la lengua, tu nombre que es tantra, Veda, palabra sagrada, abundancia y sabiduría, tótem de suspiros, onomatopeya gozosa. Enjambre de besos, apuesta total, metalenguaje voluptuoso, juego infantil, barbitúrico, tu nombre, curativo y ancestral, ritual de colibríes, quintaesencia del arte, estupor y cobijo, encuentro y laberinto, tu nombre. Crimen y castigo, génesis de tentaciones, escultura del caos, inercia hacia la destrucción, tu nombre, mi niña, pequeña tentación, esbozo de vértigo, satélite de amor, tu nombre, laberinto de sonidos, el sueño más pornográfico de mi alma, fragilidad de luciérnaga, voluptuosidad de soles estrellándose contra mis venas. Tu nombre es un rompecabezas de estrellas, fragmentos de sueños de otra vida, el hotel cinco estrellas de mis erecciones, la vida detrás de la vida, el infierno que abrasa todos los falsos paraísos para instaurar el Edén.

Y observo tus ojos como un callejón oscuro antes del asesinato, la remembranza insana del apocalipsis, esa paz que es campo minado, que es caos, que es campo Eliseo, fulgor de eternidades rotas y morales caducas, jardín colgante de babilonia, el verso que es verbo, tus ojos, opúsculos de la ebriedad, colibríes que ensueñan laberintos, aporías de la rosa y la orquídea, kamikaze despertar de barrancos. Tus ojos grandes, como lanzas de caníbales, como aquelarres de muertos y suspiros, vitalistas como el suicidio, lúgubres como el intercambio de almas, campo de maíz, raíz de todo delirio, tus ojos sadenamos, schopenhauerianos, horizónticos, ciélados. Acaso irreversibles, ese río lleno de ninfas, ese canto de sirenas, la evolución creadora, la fenomenología de la belleza. Tus ojos, de chapulín o bruja, poemarios de poetas malditos, pequeños poemas en prosa, colmillos de búfalo, noche encarnada en la poesía. Ese cuarto que es infierno, ese amanecer que es rocío temblando, ese aullido que es erotismo inoculado en la sangre, esa verbena de luciérnagas, tus ojos, desollación completa de los miedos, harikuri de espumas y arrecifes. Tus ojos, amor, que son como lanzarse de un edificio y mientras se va cayendo, rezar para que tanto Dios, como el Diablo, se arrodillen ante la belleza de tus ojos.  

Y observo tus labios, como oasis en el desierto, campo de trigo, arroyuelo de un cardumen de besos, insolación del pecado, rojo comunismo, el tango argentino en completa ebullición. Tus labios, lienzos para escribir a mordidas toda la poesía del mundo, toda la filosofía nihilista y cínica. Tus labios, mi vida, epistemología de la locura, inflamación del espíritu, juego perpetuo de contradictorios goces. Tus labios y tu boca, como la música o el arte, la contemplación de un sentimiento que lame los huesos, refugio de pecadores, consuelo de los que sufren, tus labios, hermosa, jazmín que ensueña lunas, diamantes que juegan con la muerte. Tus labios, muerte de Otelo, perdición de los Hermanos Karamazov, adoración de los que sufren, un matrimonio con la bondad y la crueldad, a un tiempo, tus labios, mi inspiración, el punto de fuga en la pintura de la vida, tardes que caen como guillotinas en la piel sensible del olvido. Tus labios, pequeñita del amor, más que libres libertarios, ruido esculpido en melodía tranquila, fuente de deseo. Tus labios, acaso investigación de asesinato, rojo sangre, dictadores latinoamericanos, samba y rumba, metal y rock and roll, jazz que se desliza lentamente por la piel como una gota de licor, como el cigarro de un vagabundo muerto. Y observo tus labios y caigo y aprendo y revivo y canto.

Y observo tus pechos, tantas veces soñados y anhelados en mis intranquilas noches de sueño, escapularios del diablo, espíritus santos de los infiernos, tus pechos, redentores de todos mis pecados, corderos de Dios que borran los pecados del mundo, tautologías de deleites, ontologías de leche envenenada, pequeños como la muerte en el orgasmo, enormes como la conquista del espíritu sobre la materia. Tus pechos, amor, resina de realidad, espejismo en el desierto, simulacros de tequila y desveladas, con aureolas de flores silvestres, con pezones de botón de detonación, la noche que se traga a todos sus hijos, el jardín de las delicias, tus pechos, la Guernica dentro de mis venas, la enredadera de los secretos en el alma, el suicido de Calígula, tus pechos, dictadores, tiránicos, redondos como la palabra Eva, fuentes interminables de vida, epistolarios de la entelequia, danzas butoh, tus pechos, apenas inciertos, galácticos, obras de arte de todas mis fantasías pornográficas, tus pechos, mi amor, arjé de la physis, fuego siempre vivo que incinera todo mi pensamiento, renacer de fénix que me acaricia, sensualmente, la punta de los dedos. 

Y observo tu ombligo, pileta de mis demonios, ilusión de jazmines, cántaro de miel, códice Maya, una barca de estrellas que lleva tu alma a mi boca, la libertad de estar muertos desde siempre, tu ombligo, el baile de mis huesos y tu nada, desierto de espejos, wonderland, tu ombligo, el crimen perfecto de asesinar el miedo beso a beso, el recorrido de hálitos, la pulsión de muerte, el amor de San Agustín, tu ombligo, ángel sádico que mira de frente el abismo del tiempo, la lujuria de las estrellas, el cantar de los cantares, la crítica de la razón erógena, el estallido de los planetas dentro de nuestros nervios. Y tu sexo, amor, tu sexo, agua bendita, inframundo prehispánico, pulque bebida de Dioses, viaje a Ixtlán, chamánico ramaje de estrellas, desierto donde se renuevan las virtudes, autoconocimiento de relojes, introspección de cueva platónica, ensayo sobre la lucidez, cardumen de estrellas fugaces, campo de fresas, espolio de prejuicios, tu sexo, amor, como bólido que se aferra a la inercia de la destrucción, literatura rusa, genes que se dispersan en el viento, adecuación de la idea al concepto, flujo de Andrómeda en la sabiduría.

Tus piernas como los templos de Apolo y Dionisio, entre el ensueño armonioso y la locura extática, el flujo de fuerzas que se contraponen, el ajedrez del cosmos, tótems sagrados de ceremoniales silvestres, aerolitos del fuego, sphairos de luz, tus piernas, declaraciones de guerra, caos esculpido en mármol, juglar de robles frondosos, espíritus del bosque, peripatéticos suspiros, infusiones de café y brandy, tus piernas como coliseos romanos, apologías de la destrucción y la belleza, exaltaciones etílicas, reflejos de amor y paz. 

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