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Amor secreto

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6:00 de la mañana… Me levanto sin que suene el reloj, es reflejo de mi estado ansioso…Cajones, puertas de closet que se abren y cierran, vuela ropa y zapatos por todos lados y no encuentro nada que me guste. Eso es un clásico en mí tratándose de verme linda.

-Buenos días preciosita, salgo en un rato.

Perfecto cielo! – Respondo brevemente. Ultimo vistazo al espejo antes de salir.

Tomo carretera y llego a ese hermoso pueblito cercano; le va de maravilla este aire pintoresco a mi aventura de ser “ La Otra”… Sí, es  un hombre casado, 15 años mayor que yo con quien me cito desde hace más de 2 años en ese hotel de la callejuela estrecha y algo escondido. Nadie que me conozca imaginaría que yo tengo una aventura de estas… No existe en mi nada de culpa, será que mi consciencia está libre de convencionalismos?... Alguien quizás crea que me he condenado, pero si  por esto arderé en el infierno, que comiencen a prender los  leños.

Él llega tarde como siempre; yo soy algo neurótica con la impuntualidad, caray, pero esa manera que tiene de sonreírme mientras cruza el jardín en el que lo espero, hace que me importe un carajo el tiempo que llevo aguardando bajo la mirada criticona de la gente, que imagina bien que veré a mi amante secreto…

Santos cielos! Hoy creo que se ve más guapo que nunca, me digo entre dientes, como disfruto lo que mis ojos ven; un metro ochenta para mi solita por un par de horas… Guapo, voz profunda, facciones varoniles y un encanto especial que tiene por ser Caribeño, es la gloria definitivamente este hombre. Camina dando pasos largos y firmes; mis ojos se enredan inmediatamente en los suyos y al tiempo mis brazos se extienden como enredaderas por su cuello; deseosa busco sus labios dulces, me los quisiera comer… El solo rozarlos ya me excita.

-Hola muñequita, que linda estás… ven, vamos. Me dice con esa voz que tiene el poder de desvestirme al instante, ahí provecho para tomar aire, pues sé que después me dejará sin aliento.

-Te extrañé mucho cielo. Le dije con tono suave y hasta algo meloso creo.

-También yo muñequita, extrañaba tu pielecita de porcelana.

Comenzó a salir del camino algo de nuestras ropas y presurosos nos fundimos apasionadamente entre besos que muestran lo mucho que nos deseamos…

 Su boca delicadamente recorre mi cuello y hombros, sus manos suaves con  ternura me acarician los senos y  emprenden inmediato el camino por mi cuerpo despertando todos mis sentidos, hace que me estremezca hasta el alma.

-Me encanta tu piel blanca de porcelana, es increíble lo suave que es, quiero saborear cada porito de ella…-Dijo mientras yo sentía cada palabra entre mis piernas, brindándome caricias suaves que aumentaban mi deseo de ser suya.

Yo soy alguien que siempre tiene palabras para todo y por esas caricias estoy muda, no sé qué decir, no estoy conectada con mi capacidad de hablar, no deseo que la boca pierda tiempo en eso, yo solo quiero sentir.

 Me excita  tanto su cuerpo…  mis manos recorren cada centímetro de él, mientras acaricio y despeino un poco su cabello, siempre me pierdo en su mirada. Estoy tan pegada a él, que es fácil distinguir lo que su pantalón aún contiene.

Al quedar ya desnudos, me muestra una poderosa erección,  ese pene grande y ensanchado que excitado comienza a regalarme las mieles que emergen de su deseo.

Me dijo  -Míralo, mira como está por ti, ya te extrañaba nena. -  Lentamente nos acomodamos sobre la cama sin dejar de darnos caricias que hacen que se caliente el ambiente. Mi sexo a estas alturas ya está húmedo, yo diría mejor,  inundado.  Es un gran amante este toro otoñal, que supo despertar en mí las ganas de explorar todos los caminos del placer. Mi mano a toda prisa ya se extendió por su cuerpo hasta alcanzar ese paraíso ubicado  una cuarta bajo su ombligo, mostrándole que me dispongo a disfrutarlo todito.

Después de tomarlo en mis manos y acariciarlo, comenzó mi boca  a descender desde su  pecho hasta mi verdadero dueño, mi reyecito, como yo le llamo a su pene. Con toda delicadeza mi lengua hizo lo suyo, deslizarse a todo lo largo de él, solo me detengo en instantes para frotar mis labios en su cabeza hinchada, que me invita a seguir perdida en él… Yo gozo viendo su reacción, me excita cuando no dejo casi nada  afuera, eso me pone caliente…

 Algo que ambos gozamos es que yo tenga su verga en mi boca, que comience a juguetear con  mi lengua y que por momentos chupe un poco más fuerte y  disfrutar ese néctar de placer que brota de su excitación para mí.  Para entonces ya me encuentro a punto del clímax y siento como mi vagina comienza a mostrarse  inquieta por tenerlo dentro ya, me provoca un diluvio entre las piernas,  estoy que muero por tenerlo ya dentro, por tener esa verga en mi.

-Me encantan tus nalgas redonditas y blancas nena. Me dice mientras me da una pequeña palmada, y yo solo sonrío mientras sigo perdida entre sus piernas lamiendo una y otra vez.

Las caricias van tomando más y más intensidad hasta que me recuesta y abre mis piernas, anunciando que me penetrará. El inicia deslizándose despacio hasta llegarme a lo más profundo y emite un gemido que se confunde con el mío. 

 -Nena, eres de terciopelo por dentro. Dice mientras su verga se adueña de mi vagina una y otra vez, entrando y saliendo de mí, arrancándome gemidos de gozo.  Con solo un movimiento me coloca de espaldas, haciendo que mi cadera se levante y mis nalgas se le abran mostrando que estoy ansiosa por sentirlo de nuevo adentro.  Mi cadera se mece al compás de sus embestidas, ahora haciéndose más fuertes y continuas,  me recorre la espalda una caricia que desata de nuevo una marejada que inunda mi sexo y  no aguanto ya un segundo más  llegar al clímax... Sigue esa verga más grande y endurecida dominando por completo el momento y haciendo de mi lo que le viene en gana. Yo me pierdo y me rindo ante ese interminable deleite que me transforma en la puta con el culo más caliente y deseoso que existe en ese momento, una puta que desea tanto seguir cogiendo con ése hombre delicioso y maestro en la cama.

-Despacio nena, voy a perder la cabeza. –Dice tratando de controlarse para no terminar… Esa es una desventaja en los hombres quizás, yo soy multi orgásmica y podría pasar horas cogiendo con él sin problema, en el piso, en la cama, en el baño, la mesa, por todos lados, ¡vaya!  Pero él lleva las riendas y yo soy su esclava sumisa y obediente… Retomamos de nuevo ese momento de nuestros cuerpos tan acoplados y surgen palabritas que le gusta escucharme cuando está a punto de llegar  –Soy tu perrita, soy tu puta, soy totalmente tuya, haz lo que quieras de mí…  –Nena!   Exclama gimiendo extasiado mientras me inunda por dentro con esa lava ardiente que brota de él, que me fascina recibir… No deseo que pare,  es increíble cuando siento que su semen recorre mi vagina, causando que de nuevo llegue al clímax y también lo empape de mí. Me enloquece llegar al mismo tiempo que él, me pone más caliente, es tan rico que  siempre llegamos juntos.

Ya no cabe tanta pasión aquí…  Después viene de nuevo la pasividad y la calma para poder recobrar el aliento.  Hacer el amor con él de esta forma, solo me mantiene firme en pensar que si por ser la “otra” me voy al infierno, necesitarán más leños para hacerme arder, más de lo que este hombre lo hace con uno solo.

Sé que conmigo el sexo lo goza como nunca lo había hecho, me lo ha dicho y sé que en parte soy un trocito de su verdadera felicidad también. Al final de cuentas venimos con ese propósito al mundo, no? El de ser felices… Si él lo fuera realmente no contaría yo esta historia.

Casi las 2:00 de la tarde… Besos de despedida que no quiero dar, un  hasta pronto muñeca, una esposa impaciente, el camino por recorrer de vuelta a mi  casa, trabajo pendiente y una rutina por continuar… Es lo que hay hasta la siguiente ocasión en que vuelvan a tener la libertad de festejar otro encuentro de estos amantes todas las perversiones.

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