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Me gusta prostituir a mi esposa. parte 2

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En los primeros diez años de nuestro matrimonio, mi esposa continuó trabajando en la misma escuela, aquí en Celaya. Yo, por mi parte, seguía trabajando en la Oficina Recaudadora en esta misma ciudad. Debido a nuestros horarios, casi no nos veíamos durante el dia, ya que ambos trabajábamos, ella de 8 a 2 de la tarde, y yo de 8 a 6 de la tarde, por lo que casi siempre nos tocaba cenar juntos. Esto de lunes a viernes, mientras que los fines de semana salíamos al D.F., preferentemente a divertirnos en algún antro o ir a algún teatro, para regresar el domingo por la tarde.

En esta ocasión les quiero platicar algo que nos ocurrió apenas a los tres meses de casarnos.

Mi esposa, Celia, casi todos los viernes salía un poco más tarde de la escuela, y yo por lo general ese día me iba con mis compañeros de trabajo a un bar donde jugábamos dominó y tomábamos algunas cervezas, por lo que casi siempre llegaba de diez a once de la noche a mi casa. Bueno, resulta que ese viernes me tuve que regresar a las seis de la tarde, hora de salida de mi empleo de programador en la oficina, a mi casa, porque mis compañeros tuvieron otros compromisos y pues ya no nos fuimos al bar como de costumbre. Al llegar a mi casa, vi que estaba estacionado el coche del maestro José, el Director de la Escuela donde trabaja mi esposa. Reconocí el auto porque es de un color amarillo mango, un poco común en los vehículos.

Me imaginé que el Director le había dado un "raid", pero sospeché también que podría ser otra cosa, ya que por boca de los amigos que teníamos en común, sabía que el maestro José la tenía de amante desde que ella llegó a trabajar a esa escuela y, aunque tenía un poco más de sesenta años, tenía fama de ser un "semental", porque se decía que ya había embarazado a más de una maestra. Motivado por la sospecha, tuve cuidado de no hacer ruido: mi casa tiene la cochera al entrar, seguido de un pasillo que tiene una salida a un pequeño jardín y otra que va directo a la sala y al fondo queda la habitación que tenemos mi esposa y yo. La sala y nuestra habitación tienen ventanas que dan al jardín, al entrar me di cuenta que mi esposa estaba con el maestro en la sala, puesto que se escuchaban risas y voces. Así es que me dirigí al jardín para asomarme por la ventana de la sala y, como el jardín no tenía luz, yo no me veía, pero si podía ver lo que sucedía en la sala. El maestro José estaba sentado junto a mi esposa Cheli y la estaba besando y metiéndole mano por la entrepierna y le decía:

―Déjame quitarte la ropa, Chelita, quiero disfrutarte igual que en la escuela, ¿sí?

―¡No, Pepe, no, podría llegar mi esposo!

―¡Es viernes, ya sabes que tu maridito se entretiene con sus amigos y va a llegar tarde!  ya para esto el maestro le había sacado las tetas a mi esposa y las estaba chupando mientras con la otra mano le dedeaba su vagina.

,―¡Ah, te digo que no Pepe, puede llegar, no quiero tener problemas, por favor!

―¡Ni modo, chiquita, te voy a coger aquí, putita, no será la primera vez!

Esto me sorprendió, así es que no era la primera que se la cogía en mi propia casa. Bajándose el pantalón, poniéndose de pie, dejó escapar un miembro fuera de lo común a pesar de que el maestro, aunque era de complexión robusta y tenía una gran barriga, aun así, le colgaba una verga semi―erecta de no menos de 20 centímetros que, para lo que yo había visto, demasiado gruesa, además le colgaban como dos tremendos aguacates, unos huevotes hinchados y peludos, signo evidente de que estaban llenos de leche, obligando a mi esposa a chupárselo, le dijo:

―¡A mamar, cabroncita, haaa, lo necesitaba chelitaaa, haaa! mi esposa hace quince días que no está en la casa y necesito donde descargar toda esta lecheeee!

―¡Ay Pepe, como me gusta tu vergotaaa! !haggg! ¡me ahogas, no me la metas toda, haggg!

―¡Tu mama, perrita, siempre te la has tragado toda, puta. ¡Solo es cuestión de que te la acomodesss!

―¡Así es que estas lechudo, papitooo? ! ¡me la reservaste mi rey!

―si mi putita, ¿ya sabes por qué me llaman el "semental", verdad? 

―si mi rey, por "lechudo". ¡Ay que ricaaa vergotaaa! ¡chomm,chommm !

Como mi esposa es menudita, aun cuando tiene unas tetas medianas pero duras y un culo grande con sus nalgas muy paraditas, fácilmente el maestro la cargó literalmente y la llevo de esa manera a nuestra habitación donde, dejándola en un lado, se dejó caer panza arriba, invitando a mi mujer a encaramarse encima. Gracias a que las lámparas estaban prendidas, pude ver desde la ventana como mi esposa tomaba con ambas manos la gran verga, la ponía en la entrada de su panocha y se la iba introduciendo hasta el fondo. En ese momento yo ya tenía fuera de mi pantalón el miembro y lo manipulaba con fuerza; mi excitación era enorme, pero me excitaba más ver y escuchar como cogían.

―¡Haaaa esta vergaaa es la única que me llenaaa completamenteee!, ¡que ricuraaa, haaa!, !la siento hasta la gargantaaaa, papaaa !

― ¡Mueve tu culo putitaaa! ¡muévelo como sabes, mamacitaaa!

― ¡Asiii papitooo, asiii! ―miraba como se levantaba y se dejaba caer con rapidez, metiéndose la verga del maestro.

La verdad, la veía tan entusiasmada cogiendo, que me di cuenta que en verdad le gustaba demasiado esa cosota que se comía. El maestro continuó así un corto tiempo y levantándose puso a mi mujer en su posición favorita, a gatas, dejando indefensos su culito y su ya abierta vagina. El maestro, al tiempo que comenzaba a meter y sacar su verga de la panocha de mi sacrificada esposa, le comenzó a meter uno, dos, y después tres dedos por el culo, dilatándoselo y preparándoselo para poder meterle ese monstruo por ahí.

―¡ahhh mi reyyyy, sabes cómo me gusta que me cojas asiiii! ¡sabes lo que me gustaaaa!, !aprovechadoooo,ahhhh!

― ¡si, se cómo te pone putotaaaa ! ¡pero sabes que me gusta mucho metértelo por tu culoooo putaaaa! !hummmmm, te acuerdas cuando te lo estrené, mamacitaaa? !

― ¡siiii me dolió muchoo ! ¡pero ya me acostumbre a tu tamaño, papitoooo, ahhh, sigue asiiii, sigueeee !

Mi esposa a la vez con su mano le apretaba los huevos que se campaneaban colgándole y pegándole a las nalgas de Cheli, que ya no sentía lo duro, sino lo tupido, el maestro con una habilidad acostumbrada quizás a cogerse a cuanta maestra jovencita pasaba por la escuela a su cargo, le dejó ir su cosa por el culo ya dilatado de mi mujer, la cual le pedía a gritos que le diera más y más.

―¡Asiiii. cabronnn! !asiiii, métela toda! ¡Quiero que me dejes bien abiertaaaa! ¡que mi maridito lo noteee! ¡que sepa que tiene un ayudantee, ahhhh !

― ¡claro Chelitaa, ese cornudote lo va a notar, claro que siiii! ¡Ah que rico culitooo !, ¡además, me dices que tiene una cosita pequeña, verdad?

― ¡si, nada comparado con el tuyoooo, mi reyyy !, ¡él nunca me va a llenar como la tuya, mi amorrr!

― Entonces, siempre vas a ser mi putaaaa, ¿verdad, verdad cabrona calienteee?

―!si papito, siiii, tu siempre serás el primerooo ! ¡y yo tu putaaa, ahhhh !

Después de un alarido, que se escuchó en toda la casa, el maestro explotó dentro del culo y también de la panocha de mi caliente mujer, que lo disfrutaba con unos fuertes movimientos de sus nalgas, signo evidente de que tenía una fila de orgasmos a la vez. Cuando terminaron, ella se recostó a su lado, besándolo y acariciando su gran barriga, y levantándose un poco se introdujo el miembro aun semi―erecto del maestro, limpiándolo con su boquita mamadora, dejándolo completamente limpio al mismo tiempo que los tremendos huevos eran lamidos con voraz deseo. El maestro, vistiéndose se despidió, dándole un beso, metiendo su lengua hasta la garganta de mi puta esposa. Dándole un par de nalgadas se retiró a descansar a su casa, y yo me quedé un rato más fuera, en el jardín. Cuando mi esposa estaba dándose un baño, me metí y le dije:

―¡Ya vine mi amor! ¿Estas bañándote?

―¡Sí, mi rey, en un ratito salgo. Ahorita te doy de cenar!

―¡ok !

Y sentándome en la sala donde momentos antes ella había mamado la verga que más le gustaba, me puse a ver la tv, sabiendo que después de cenar le iba a dar una gran cogida a mi caliente y puta esposa. 

 

Les agradezco que hayan leído mis experiencias, que ya saben ustedes son reales. Espero que les haya gustado. Mi correo es [email protected], para cualquier duda o sugerencia. Lo agradeceré.

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