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Solo en casa con mi prima

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Mis padres salen mucho de viaje de negocios y suele ser habitual que pase unas cuantas noches en casa de mis tíos, quienes tienen una prima cuatro años menor que yo y que, honestamente, nunca llamó mi atención, pero vaya que es bonita.

Un día había llegado a su casa, desempaqué y estuve viendo películas un rato, en esa casa hay una gran variedad. Mientras estaba a medias de una, cerca del mediodía, mi prima Miranda entró a la habitación con la supuesta intención de tomar un juego e irlo a jugar a su cuarto con su Play Station 3. Venía vestida con una playera roja, pero a su vez traía unos jeans sumamente ajustados, y para colmo, cuando se agachó a recogerlo de la estantería, ni siquiera dobló las rodillas y apuntó su culo en mi dirección. Podrá ser muy joven, pero era un culo perfecto, apenas lo vi mi pene comenzó a levantarse pero tuve que apartar la mirada cuando se levantó. Ella, sin más que decir, solo se fue de regreso a su habitación y yo me quedé con la imagen mental de querer arrancarle esos pantalones y ver su pequeño culo.

Ese mismo día, para mi buena suerte, mis tíos salieron a una boda cuya celebración terminaría hasta la madrugada. Salieron por ahí de las 7:30 y regresarían cerca de las 5:00am. Me pidieron que cuidara bien de mi prima menor... y vaya que lo haría.

Yo me quedé terminando de ver una película cuando escuché unos pequeños gritos que venían de arriba, supuse que Miranda se había lastimado, así que subí, pero como no tenía zapatos sino calcetines, el ruido de mis pisadas era nulo. Llegué al segundo piso y todo estaba oscuro, a excepción de la pequeña grieta de luz que salía del cuarto de mi prima, la puerta estaba entreabierta, apenas una ranura. Se escuchaban pequeños gemidos provenientes de ahí y curioso me asomé por el borde.

Lo que vi me paró la polla en un instante, era mi prima. Estaba sobre su cama, completamente desnuda, al parecer estaba inclinada de tal manera que su trasero estaba más arriba que su cabeza, la cual estaba apoyada contra las cobijas.

Su desnudo trasero estaba apuntando hacia la puerta, así que tenía una vista panorámica de su hermoso trasero, se estaba masturbando la vagina y su ano estaba un poco dilatado. Yo en ese momento no supe bien si irme o quedarme ahí mirando, pero fue entonces que usé mi cabeza de abajo para pensar y abrí la puerta, tan lentamente que no hizo un solo ruido, yo me había quitado los pantalones y no tenía nada más que una playera. Entre silenciosamente, aún no se había percatado de mi presencia, tenía la polla más dura que nunca y justo cuando estaba detrás de ella, calculé bien y en menos de un segundo metí mi polla de golpe en su ano. Ella se asustó, gritó de miedo y a la vez dolor, un grito ahogado, yo tomé con ambas manos sus nalgas y casi con furia las apreté y comencé a arrastrarla sobre mi pene, una y otra y otra vez, estaba increíblemente apretado y ella no dejaba de gritar. Se dio cuenta de que era yo y me suplicaba pausadamente que parara, pero, en lugar de hacerlo, dejé un pie en el suelo y con el otro estrellé su cabeza contra la cama para que no se moviera, a la vez que con una de mis manos sujeté las dos suyas cuando las levantó en un intento de apartarme, incluso llegó un punto en que comenzó a llorar, pero cuanto más me suplicaba yo continuaba, la metí y saqué hasta que casi me corro. Fue una experiencia suculenta. Su culo quedó tan abierto que pasó de tener el orificio de un anillo al de un vaso, eso me excitó bastante. Ella estaba en su cama, en la misma posición, sollozando y suspirando de alivio, al parecer ya no estaba con ánimos para masturbarse, pero yo quería más, así que cerré la puerta para que no se me pudiera escapar y la tomé del cabello, le levanté mientras soltaba leves gritos y puse su cara frente a mi polla, ella puso sus manos sobre mis muslos para alejarse, pero yo la cogí del cabello hacia atrás, provocando que abriera la boca y le metí mi chorizo completamente, y comencé a meterlo y a sacarlo innumerables veces. Noté que nunca antes lo había hecho porque de su boca salía saliva.

Vamos, pequeña zorra, chúpalo, sé que te gusta, ¿Qué creías? ¿Que podías pasearte como una puta por la casa sin recibir un castigo? pues has sido mala y voy a castigarte.

Ella empezó a darme de nalgadas para que me apartara e incluso me dio un golpe en el pecho, se estaba poniendo roja, no la estaba dejando respirar así que, para sacarla, sin soltarle la cabeza, la tomé de un hombro y la aventé hacia atrás. Ella cayó de la cama con la boca llena de su saliva.

Se intentó incorporar en el piso y empezó a toser, pero yo en ese momento llegué hasta ella y la tomé del cabello

—¿Crees que puedes pegarme así como así, pequeña puta?

Acto seguido, la arrastré a la cama evitando que saliera del cuarto, la coloqué sobre mis piernas y le di de nalgadas hasta que quedaron rojas, incluso me dolía la mano un poco y cada vez que ella intentaba levantarse le daba una bofetada y la estrellaba contra la cama.

Después de eso, como estaba acostada boca abajo, me recosté boca arriba debajo de ella, pero no para hacer un 69, sino para empezar a lamer sus pies como un degenerado, y como intentaba escapar yo coloqué mis piernas sobre su espalda y cabeza, dejándola inmovilizada y a mi merced.

No podía pensar que la estaba violando, en base a como se comportó en estos últimos días estaba rogando a gritos que la sodomizara como la perra que es.

Noté que estaba a punto de correrme y rápidamente la puse boca arriba y me corrí sobre su cara, deje toda mi leche ahí y solo para finalizar empecé a lamer sus pequeños pechos con pasión, parecía un loco, pero ocurrió lo inesperado: al parecer, la muy puta lo disfrutó todo ese tiempo, empezó a tomar lo que podía de mi semen y a tragárselo. Al ver eso, me excité tanto que la besé apasionadamente, no me dio asco mi semen o habérsela metido, y ella me correspondió, mientras me besaba, me abrasaba y cuando me levanté para irme me dijo que volviera pronto.

Actualmente cada que mis tíos salen por largos periodos de tiempo, me tomo la molestia de ir a castigarla a su cuarto, hice de mi pequeña prima mi pequeña zorra personal.

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