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Las fantasías del jefe de mi mujer

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Creo que ya no debes venir… creo que ya me cuesta trabajo disimula mi cara ansiosa y deseosa de que nadie más estuviera por aquí, creo  que ya me cuesta disimular las tremadas erecciones que me provoca tu mirada demente y lujuriosa y tu boca ofreciéndome tantos placeres que estúpidamente rechazo solo porque nadie se dé cuenta… creo que ya no debes venir porque no sé si podré resistirme a las ganas de que la próxima vez que estés delante de mi azote la puerta y de una manera casi violenta te tome del cuello y te ponga boca abajo sobre mi escritorio y baje tus mallones hasta la rodillas… no sé si podré evitar meterte mi pulgar hasta lo más hondo de ti mientras mis otros dedos rozan con mucha fuerza tu clítoris, creo que ya no debes venir porque seguramente te daré muchas nalgadas fuertes escandalosas que te han gritar muy fuerte, aunque muy pronto cambiarás los gritos por gemidos intensos por que inmediatamente te meteré dos dedos que moveré dentro de ti de arriba a abajo de lado a lado hasta que tu panocha sea literalmente un charco escurriendo entre tus piernas… y entonces no sé si podré contenerme, contener esas gana de castigarte, castigarte por tus provocaciones, por inquietarme de esa manera tan ventajosa sabiendo cómo me muero de deseo solo de verte y entonces hacerlo y levantarte del cabello y obligarte  ponerte de rodillas y sacar mi vera bien parada y babosa y frotarla con mucha fuerza por toda tu cara, por tu cabello, embarrarte las gotas de líquido que sale de mí y clavártela en la boca y sacarte y meterte jalándote con fuerza de los cabellos y cuando te falte el aire volver a sacarla para embarrártela otra vez en la cara … y no poder evitar sentarte en el piso el cual sentirás frio y como un alivio para tus nalgas rojas… Y recargada en el escritorio me agacharé a darte un beso, y lameré toda tu lengua y sentiré el sabor de mi verga en tu boca, solo hasta que me levante para clavártela y cogerte la boca despacio primero ver cómo se va perdiendo dentro de ti, después aumentar el ritmo y la fuerza te cogeré la boca y me extasiaré viendo tus ojos expresivos llenos de lujuria, de cansancio y tu cara a la que le falta el aire ahogándose de vez en vez que te la clavo muy profundo y muy fuerte.

Creo que ya no debes venir porque seguramente en ese momento te faltaran las fuerzas, te faltará el aire, te faltarán las fuerzas y podré levantarte con tanta facilidad y te acostaré sobre mi escritorio boca abajo y terminaré de quitarte los mallones y te jalaré hacia mí y entones penetrarte será lo más fácil, me resbalaré dentro de tu panocha y te empezaré a coger mientras aprieto fuerte, fuerte tus nalgas y te doy una que otra nalgada. Y entonces seguramente te voltearé para poder librar tus senos y acercarme a chuparlos y morderlos mientras te la sigo  metiendo y tus piernas cuelgan del borde de mi escritorio, así te cogeré hasta que inevitablemente quiera hacerlo con más fuerza y entonces sostenga por debajo tus piernas y entonces te jale hacia mí y todavía dentro de ti te jale una y otra vez  y entonces levantarte y tomarte de la nalgas y subirte y bajarte y golpearte al escritorio para que la sientas toda, toda en todos los rincones de ti… ya no podré aguantar y me saldré de ti y te acomodaré de manera que tu cabeza cuelgue  por  un borde del escritorio y te volveré a embarrar mi pene en tu cara y haré que lo chupes y te cogeré un poco la boca así de cabeza y obligaré a que mantengas la boca abierta y echaré todo el chorro de mi leche en tu boca que no la podrá contener y resbalará por los costados de tu boca y llegará a tus cabellos…  te ayudaré a embarrarla por toda tu cara y me sentaré a reposar y extasiado me perderé en la vista de tu puchita delante mío la cual tocaré con suavidad con un par de dedos que te abrirán un poco y me dejarán ver ese color rosita tan intenso… le pasaré un poco la lengua solo para ver qué haces.

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