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La mujer de los muebles

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En el año 2008, no recuerdo en que mes aproximadamente, me encontraba trabajando cerca de Apaseo el Alto, Gto, donde conocí a la que hasta la fecha he tenido los mejores encuentros sexuales más desbordados apasionadamente. Conocí a Rocío, una mujer casada con una hija y un esposo que prácticamente por lo que me cuenta la trata muy mal y no le hace ningún aprecio, hasta la fecha y ella es una mujer aproximadamente de 1.58m, delgada, ojos cafés, de tez blanca y guapa, de verdad no está mal la señora, de 35 años yo de 30 y no entiendo por qué su marido no le hace aprecio, pero bueno, la primera vez que la vi estaba vestida con un pans deportivo muy suelto y de pelo recogido, muy simple y sin maquillaje, pase a la tienda de muebles de madera donde ella trabajaba, y le comencé a preguntar por precios de los muebles, y me gusto un baúl de madera y le pregunte el costo de este, me dijo que ya estaba vendido pero que se podía mandar hacer otro, lo cual le dije que sí, que mandara hacer otro, y así fue como empecé a hablar más con ella, pasaba frecuentemente a la tienda para preguntarle por el dichoso baúl, hasta que llego el punto en que comenzamos hablar de cosas más personales, donde me dijo que ella es casada y con una hija, y que su marido en ocasiones le pegaba, un día le pase mi número de celular para que me avisara sobre el baúl, fue un viernes cuando me envió un mensaje y me dijo que pasara por el baúl, y entonces fui al salir del trabajo por el baúl.

Cuando llegué a la tienda vi otra mujer transformada totalmente, la misma Rocío pero muy bien arreglada, me quedo con la boca abierta cuando la vi, traía puesto unos zapatos casuales, un pantalón de mezclilla entallado que le dejaba ver unas piernas y unos muslos carnosos y unas nalgas redonditas y se veían suaves y una blusa tipos suéter que se le veía muy bien, en ese momento tuve una erección, ya que la vi de espaldas y en ese preciso momento se inclinó un poco para tomar un trapo porque estaba limpiando los muebles y esos pantalones le hizo ver un culo riquísimo y redondo, fue por eso que tuve la erección y me senté rápidamente en una silla y la saludé y volteó espantada ya que no escuchó cuando entré, y me dijo —hola como estas, ya está tu baúl —y se volteó nuevamente y se volvió a inclinar haciendo una empinada que no he olvidado en años. y cuando la recuerdo tengo erecciones. fue una empinada tan rica que me dejo nuevamente con la boca abierta, y comento que baúl ya estaba listo, y le dije que si iba a salir algún lado, que se veía muy guapa y me dijo que no que ya nada más me estaba esperando para cerrar e irse y le ofrecí llevarla a su casa que si no había ningún problema, y me dijo que no pero que la dejara cerca de su casa para que su marido no nos viera, cuando llegamos a una cuadra de su casa le dije si fueras soltera te invitaba a salir, y me sonrió y me contestó —pues invítame a salir —y le dije que sí, que inventara un pretexto para poder vernos y me dijo que sí que ella me avisaba cuando, pues ella ya tenía mi número. Al siguiente viernes me envió un mensaje que, si podía ir a la tienda para platicar y le dije que sí, que nos veíamos en su tienda. Salí temprano para estar más tiempo con ella y cuando llegué traía otro pantalón igual de pegado que se veía tan chula con unas caderas anchas bien formadas, y pensé, luego su marido es un pendejo, estuve gran parte de la tarde platicando con ella, hasta que cerró la tienda y nuevamente la lleve a su casa, y me dijo, —mañana no voy a trabajar, pero le dije a mi marido que si iba trabajar, me dijo mi marido no va estar mañana llega hasta el lunes, así que tenemos todo el fin para vernos —y cuando nos despedimos me dio un beso en la boca y me dijo que me fuera con cuidado, 

Como a las 12 llegué por ella el día sábado, y la invité a comer pues platicamos mucho me conto más sobre su hija y de más, salimos como a las seis de la tarde y la llevé a un mirador que está en Querétaro, y me dijo que estaba muy bonito el paisaje, nos bajamos y se recargó sobre barda mirando hacia abajo y poniendo otra vez esa empinada tan rica, no me aguanté las ganas, me le acerque despacio pegando mi pene erecto en medio de sus nalgas abrazándola de la cintura y diciéndole al oído que es muy hermosa que tenía ganas de hacerle el amor, y me contestó que ella también tenía muchas ganas de estar conmigo, y nos fuimos rápidamente hacia un motel, durante el camino me empezó a sobar mi muslo derecho llevando su mano lentamente hasta mi pene y lo comenzó acariciar y diciéndome que ya no aguantaba más que ya quería que empezáramos a coger. Llegamos al motel y sin cerrar la puerta, comenzamos a manosearnos, yo luego agarré sus nalgas tan redondas y suaves que no quitaba mis manos de ahí, ya más entrados le comencé a besar sus pechos su abdomen hasta llegar a su empapada panocha me dio que a ella nunca le habían hecho sexo oral y ella tampoco lo había hecho y le dije me hiciera a mí, y empezó a tocar mi pene con su lengua hasta empezar a chupar lentamente y también fue la primea vez que me vine en la boca de una mujer, y ella la primera vez que los recibía en su boca.

Nuestros encuentros fueron un poco más seguidos pues ya le habíamos tomado la medida a su marido, hasta la fecha nos seguimos viendo y nuestros encuentros se han desbordado tanto que ya le gusta hasta que me la coja por el culo, lo que nunca con su marido. me ha confesado que le gusta mucho tener sexo conmigo y que le gusta mucho sentir mi pene en su boca y que se los eche dentro de su boca.

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