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Una cuñada brava

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Tengo 10 años de casado y mi esposa tiene una hermana muy buena, unas tetas de pasión y una boca que llama al pecado, pero siempre la he respetado ya que nos llevamos muy bien además conozco a su marido.

Un día domingo nos quedamos tarde en la casa de mis suegros ya que estaba jugando poder, estaba un poco cansado y había bebido por lo que decidí levantarme un rato y dejarle espacio a un amigo, me fui a la sala y la encontré a ella en una posición en la que se le miraba su tanga, la verdad que ni la tanga se le miraba ya que esta estaba metida toda en su hermoso culo, me miro y no hizo ningún movimiento para cubrirse, había estado tomando también y estaba enojada por su marido se había ido a la calle.

Me senté frente a ella por lo que se sentó frente a mí y separo las piernas mostrando más de lo debido, note que se rasuraba ya que por enfrente también la tanga había desaparecido, sentí como mi verga empezaba a mostrar signos de querer escapar de mi pantalón, cosa que ella también miro y me dijo, le apuesto cuñado que sin flauta se la paro, me tomo por sorpresa sin embargo le conteste, cuñada no necesita flauta cuando lo puede hacer en vivo.

En ese momento entraron varios amigos a la sala, por lo que la plática y el erotismo desaparecieron, de repente ella me dice “cuñado llévame a comprar una hamburguesa”. Mi suegra y mi mujer estaban en donde el vecino, por lo que decidí llevarla, cuando llevábamos recorrido unos 50 metros me comenzó a acariciar y me dijo “tengo tiempo de quererte mamar mi hermana me cuenta que le gusta tragarse tu semen yo no soporto el de Alexis, pero quiero saber por qué le gusta a mi hermana” y comenzó una de las mamadas más ricas que me han dado.

Comenzó con besos suaves alrededor de la cabeza para luego comenzó a mamarme esa parte suave de la verga, eso hizo que comenzara a derramar gotas que atrapaba como una golosa que no quiere que su cono se derrame, cada vez se la introducía más habíamos avanzado como 500 metros cuando encontré un lugar apartado y oscuro en donde detuve el carro y me acomodé para disfrutar más esa rica mamada que mi cuñada me estaba brindando, le dije que me gusta que me la mamen cuando fumo un cigarro y me contestó que estaba bien. Eso es algo que siempre trato de disfrutar, lo encendí y poco a poco sentí como se la tragaba toda hasta sentir su lengua en mis huevos esa es una de las mejores sensaciones del sexo oral, sentir la cabeza de la verga en el fondo de una garganta y más aún cuando la mamada te la da una cuñada.

Me dijo que se había excitado y que quería que la cogiera, comenzó a desnudarse y brotaron sus hermosas tetas las que de una forma rebelde se mecían cuando se quitó la camisa, comencé a mamárselas, luego comencé a introducir mis dedos y acariciar su clítoris, solo le había pasado la lengua y comenzaba a introducírsela cuando sentí unas contracciones y unos quejidos de muerte, mi cuñada, había tenido su primer orgasmo, ya que como me comentó después no sabía que eso se sentía, yo estaba muy excitado y comencé a cogerla con locura mamándole sus tetas, tocándole el culo. Cuando comencé a sentir esa sensación que te hace sentir el dueño del mundo, en ese momento ella se separó de mi, para mí fue un shock, ya que nunca termino afuera, sin embargo inmediatamente tomó mi verga en sus manos y comenzó a mamármela de la forma más rica que he sentido.

En ese momento sentí como chorros de semen caliente se deslizaban dentro de su boca y me excitó aún más ver como se lo tragaba, me tuvo un largo tiempo limpiándomela con su lengua y saboreando cada gota de mi semen, me dijo que me la estaba limpiando ya que non teníamos papel para hacerlo y que ella se iría así para seguir sintiendo la humedad de su orgasmo, hemos salido varias veces y lo hemos hecho en moteles lo que ha sido aún mejor, la próxima vez les contaré cuando me ofreció como regalo su culo.

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