Nuevos relatos publicados: 18

Lady Domina en mi gimnasio (2)

  • 5
  • 14.685
  • 8,96 (25 Val.)
  • 0

Se fue hacia su habitación y yo me quedé en el salón a esperarla. Cuando regresó, venía de la cocina y me ofrecía un whisky para que me relajase, mientras daba sorbos veía los cuadros y fotos que allí había, pero nada presagiaba lo que me esperaba. Cuando más distraído estaba, esta zorra madura apareció como una verdadera lady Domina. Llevaba puesto un body de sado de cuero negro, un par de guantes negros hasta el codo, un sexy tanga negro de cuero con un gordo strap-on, medias negras de rejilla y unas botas negras de caña alta hasta las rodillas con tacón de aguja y un amenazador látigo en la mano.

Casi me da algo, pues su sola presencia me dio una sensación de miedo y de lujuria. Me tomé el poco whisky que me quedaba todo de golpe porque no podía creer lo que estaba viendo. Ella se me acercó y me preguntó que si estaba preparado para ser dominado y humillado por ella. Me fue desnudando lenta y lascivamente, mientras me insultaba y me decía todo lo que me iba a hacer, hasta dejarme solo con el sexy slip que yo gastaba, me lamió la parte que me marcaba el rabo y eso hizo que me excitase mucho más. A continuación, me lo quitó y me quedé totalmente desnudo y muy empalmado nos dirigimos a una habitación, cuál no sería mi sorpresa que aquello parecía más bien una celda de castigo.

Todo lleno de cadenas, argollas, látigos, mas strapons y un cuadrado metalizado del que colgaban dos argollas con cadenas y otras dos abajo. Allí me unció arriba y abajo y me empezó a azotar, primero me azotó las nalgas con las enguantadas manos hasta que casi me dolían. Yo notaba que mi erección iba en aumento y mi rabo se endurecía mucho más. Ella al verme así se arrodilló y me la chupó un poco. Se dio la vuelta y me dio latigazos en espalda y nalgas y para que no se oyesen mis gritos, cerró la puerta, pues se había cuidado muy mucho de crear un ambiente carcelario y que estuviese muy aislado. Cuando estaba algo dolorido, se echó un gel en un dedo para hacerme un dedo en el ojete, me lo fue metiendo poco a poco y yo notaba placer y gemía y jadeaba con un cabrón y cuando ella ya vio que estaba preparado, me agarró de las nalgas, me las abrió bien y me dio un fuerte empellón y me folló el ojete con el strap-on.

Noté aquella especie de rabo de gel dentro de mi ser, al principio no me gustó, la sola impresión no me hacía ni pizca de gracia, pero empezó a encularme y me dijo que no me haría daño si no me relajaba. Empezó un "metisaca" y me sentía analmente masajeado y la muy puta me agarraba fuertemente de las nalgas, yo gemía y jadeaba y ella reía lasciva e histéricamente y me insultaba sexualmente, mientras me follaba, me masajeaba el rabo y los cojones para que no perdiera mi inicial erección que a ella tanto morbo le daba verme así. Volvió a ponerse de pie y me puso pinzas de la ropa en el rabo y los cojones y eso me daba morbo y me ponía más cachondo. Al verme gemir así, me puso más en las tetillas y por los costados. Yo me sentía cachondo y humillado a la vez, pero no me sentía vejado en exceso por mi cachondez. Me volvió a azotar con la mano y me siguió insultando y yo estaba más y más cachondo y con mi polla dolorida debido a una erección fuerte, ella volvía a reír sarcástica e histéricamente y me volvió a azotar la espalda con un látigo.

Después de abusar de mí, me descolgó y me puso encima de un colchón en el que había cuatro cinchas para que me pusiera bien a cuatro patas. Me puse así, las ató bien y me empezó a lamer el ojete. Yo estaba rendido ante sus lamidas anales y caí en un paroxismo sexual y me desmayé de lo bien que me lo hacía la muy puta. Mi boca era un no parar de gemir, jadear, suspirar, gañir y gruñir de puto placer anal. Se puso de rodillas detrás de mí, me agarró con fuerza, dio un empellón y me clavó todo el strapon hasta que chocó con mi culo. Yo estaba algo abierto de patas, para que mientras me follase me pajeara. Me estuvo usando, sometiendo y dándome placer anal y yo era una máquina de gemir y suspirar sin parar, notaba como mis cojones se inflaban e inflaban y se cargaban de lefa y mi polla se endurecía más y más mientras esta puta zorra me insultaba sádica y sexualmente y me azotaba en las nalgas.

Al cabo de más de media hora de usarme analmente y masajearme y magrearme los cojones, me corrí muy placenteramente y pegué un alarido como nunca lo había hecho, pues había tenido un indescriptible orgasmo producto del sometimiento anal que me había practicado esta puta zorra. Expulsé mucha lefa como si una botella de leche hubiera explotado. Al haber eyaculado, esta zorra madura sacó su strap-on de mi ojete, me liberó de las cinchas y me preguntó que si había gozado. Yo le dije que sí y mucho y que había tenido un corrimiento brutal y que me había quedado sin fuerzas. Ella se desnudó, me acompañó a la ducha, nos duchamos juntos y todavía le dio tiempo a hacerme una placentera mamada que me dejó todavía más relajado. Mientras nos secábamos, me prometió quedar para otra vez y que echaríamos un buen polvo en condiciones.

(8,96)