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¡Revancha otorgada!

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¡Cómo reían y se regodeaban ahora las muchachas aquellas de aquel suburbano barrio, por lo que habían logrado hacerle entre todas a uno de los más hermosos y viriles amiguitos de ellas, al cual le habían prometido ya, días atrás, hacerle eso que al final, habían logrado hacerle!

Entre todas lo habían capturado allá en la soledad del interior del parque, y siendo la hermosísima y exuberante María la chica principal en aquella componenda para eso hacerle, ahora, junto con las demás y comentando entre todas a las carcajadas y risas mil, no paraban de disfrutar los recuerdos todavía fresquísimos "o mejor dicho calientes", acerca de las cosas que entre todas le había allí mismo donde ahora estaban, con lujuriosa manera al muchacho aquél entre todas, hecho.

Grotescas y carentes de la menor delicadeza ni escrúpulo, reían y comentaban...

—¡Nunca había visto antes, saltar tanta leche por una pija! ¡Jajaja!!!

Las carcajadas estallaban a coro en todas, y luego venía otra, sumando otro comentario:

—Les juro que me hacía reír con ganas cuando quedaba como loco cuando lo teníamos bien agarradito y las cosquillas que le hacíamos lo hacían quedar como electrizado de locura, y no podía hacer nada y su desesperación lo hacía quedar hasta verde y lila y morado y rojo y negro y nosotras éramos una máquina de hacerle cosquillas, así como lo teníamos bien en pelotas y recaliente...

Las carcajadas, eran una constante enseguida de cada comentario.

—Le hacíamos aquellas cosquillitas en los huevos y en el bajo vientre, y creo que ésas eran las que más lo enloquecían, y vos, María... ¡eras la que más le hacías eso! Jajajaja

—Era cómico escucharlo suplicarle a la María enloquecidamente desesperado cuando gritaba...−ayyy, Maríaaa, ayyy Maríaaa, ayyy, Maríaaa... por favor nooo, ¡Maríaaa!!!"

Todas largaban las carcajadas... y la María: −¡más!

—¡Cómico fue cuando le dimos a elegir: −O nos lamés bien las patas a todas, o te seguimos haciendo cosquillitas y pajeando haciéndote saltar la lechota... ¡vos, elegí!!!

—Ayyy, siiii, eso estuvo geniaaalll... y eligió lamernos los pies a todas, y nos lamió los pies a todas y después que nos lamió los pies a todas... jajajaja. Lo seguimos "cochando" y él protestaba como loco y le dijimos que nosotras habíamos cumplido, pues mientras él nos lamía las patas... nosotras no lo cochábamos, pero después, ¡era otra cosa... jajaja!!!

De pronto, una advierte diciendo eufórica:

—¡Chicas, chiicas, miiren... allá viene... allá vienee!

Todas, inmediatamente, quedan en risueña expectativa ahí juntas viéndolo lentamente arribar, allá...a cierta distancia aún algo lejana de allí...

—¡Miren si no está cada día más "comible" este hermoso bomboncito!!!" Y todas, soltando risitas, eso aprobaban y aguardaban ansiosas la llegada del muchacho que ya, las había allí visto cómodamente tendidas en aquel lugar donde una hermosa gramilla muy verde era como una natural alfombra para todas allí.

—¡Jajajajaja!!! ¿Cómo está el muchacho violado por las mujeres abusadoras?  ¡Jajaja! Estallan todas en carcajadas al estar él a distancia donde las escuchaba eso una de ellas gritarle, mientras las demás y ésa también, irrumpían en las más grotescas carcajadas.

—¡Ah...muy graciosas ellas!!! ¡Se creen muy ganadoras ellas por haberme capturado entre todas...! ¡Cerdas... cochinas... puercas...!

—¡JA JA JA!!! ¡Aaaa ja ja ja jaaaaaa!!! −Le respondían ellas con más carcajadas.

—¡Ay, Maríaaa, ayyy, Maríaaa, ayyy, María! Irónicamente ellas lo remedaban burlándose jocosamente de él por aquéllas sus súplicas a la muchacha que ahí, reía junto con todas. Él, mirándola entre desafiante y avergonzado, recibía de ella, de María, las más socarronas morisquetas y sacaditas de lengua burlándose de él.

—¡María puta...! ¡Te hiciste la viva conmigo, porque todas te ayudaron a que pudieras hacerme todo lo que me hiciste, putona!!! Si te agarro solita, te rompo bien la colita y te cojo hasta que quedes como un colador, ¡cerdita cochina!!!

—Aaah, ja ja ja ja jaaaa...! ¿Y acaso vos solito pensás que podés hacerme eso??? −le responde la María...

—Es claro que sí, ¡putona cochina!!! ¡Pero como te respaldás en tus amiguitas que te defienden, te hacés la muy suficiente... ¡cerda!!!

Y poniéndose de pie y riéndose, la María se coloca frente a él riendo y con él discutiendo, y le asegura que él con ella no puede, y que si ella lo desea... ella solita lo vuelve ¡a "cochar" otra vez! Y ahí, un coro de gritos y risas y aplausos de todas festejan el desafío de la María, pero como el chico acepta y les dice a todas que, si ellas prometen no interferir, él acepta luchar con María pero que sepan todas que deberán...cejar que él la viole como quiera y aguantarse eso como única manera de él aceptar luchar con ella.

Todas se niegan a que María acepte tal cosa, pero María las obliga a eso aceptar, y les asegura que ella se tiene más que FÉ para dominarlo ella solita, y… volver a hacerle lo mismo esta vez ella sola ahí delante de todas viéndolo.

Y así acordando, ella y él se aprontan para tal desafío, y todas...quedan en nerviosa expectativa ante el combate a darse.

Obviamente aquél, no era un combate de "guerra", sino más bien..."de amor". Aunque, sinceramente, un "amor" muy al estilo de ellos.

Allí no habría golpes de lastimarse ni mucho menos, sino que aquello sería… a ver quién conseguía dominar al otro, y... "sacarse esas ganas" ¡de lo que tanto deseaban...!

El hermoso chico y la hermosa María, ¡se trenzan en lucha cuerpo a cuerpo! Las demás chicas son un constante coro de aliento hacia la amiga, y ésta rueda por el engramillado suelo abrazada a su hermoso contrincante que le anuncia todo tipo de vejámenes delante de todas sus amigotas. María, bravamente se defiende, y ríe y también le anuncia cosas que él..."ya ha de ella experimentado".

Queda a veces él encima de ella...pero ella logra sacárselo de encima, y lo coloca ella debajo y él lucha por zafarse y así están uno y otro en muy pareja pugna... A veces encima él... y a veces encima ella...

Las amigas de María, son un cúmulo de nervios y alientos hacia la chica.

Y los tiempos en los cuales la muchacha consigue quedar encima de él, van volviéndose cada vez más prolongados, y el chico ya casi no logra zafarse de ella más que en alguna que otra muy esforzada acción muy sacrificada, pero enseguida vuelve ella a otra vez voltearlo debajo, y el cansancio del muchacho es ya notorio, mientras que ella...parece estar cada vez, más eufórica y decidida.

Entonces, llega un momento en el cual la chica logra ponerlo boca abajo torciéndole ambas manos detrás, y juntándoselas, comienza a quitarse de un pie ella una media, y... ¡comienza a maniatarlo! En medio de un frenético coro de gritos y risas y carcajadas y saltos y aplausos de todas, María, riéndose, amarra fuertemente ambas manos del chico atrás, a su espalda, mientras éste sacudía su cabeza desesperado sin poder evitar tan humillante cosa que sería… "su inminente debacle".

Ya amarradas las manos del muchacho, María ríe mientras comienza a quitarse de su otro pie la otra media, y ahora, con él pataleando desesperado debajo de ella que lo tiene fuertemente prensado debajo de sus hermosas y gruesas piernotas, atrapándole el pequeño short que el chico vestía como única prenda en aquella tarde calurosa, se lo quita de un solo tirón, dejándolo ahí completamente desnudo y comenzando ya, a amarrarle también los pies con rotundo éxito en medio de la hilarante gritería de las demás muchachas en atronadora algarabía total.

María, saliendo ahora de encima del muchacho que queda ahí en el pasto completamente desnudo, maniatado y amarrados también sus pies, ahí en torno de él comienza a danzar alzando sus brazos y haciéndole las más burlonas morisquetas y parándose sobre él, se mueve danzante mientras todas ríen en continuas carcajadas estridentes.

María...va a dar comienzo a la más grotesca "cochada" que chica alguna, a un chico pueda propinarle ahí, delante mismo de otras muchachas que festejan como locas, tal éxito por ella conseguido.

Aquello, ¡estaba pronto a comenzar! (Continuará)

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