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La trampa

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Reían y hasta reían a carcajadas algunas de las muchachas que, en aquella femenina reunión de amigas de la universidad, allá en el apartamento que juntas alquilaban, escuchando estaban a aquélla que un determinado plan, les había a todas ahí planteado. Ésta, riendo también, pero insistiendo en la factibilidad de su propuesta, volvía a insistir en que aquélla su idea, pues... era perfectamente factible para viabilizarla con éxito total.

Todas, allí reían, y las carcajadas también al aire estallaban.

—¡Sí, chicas...podemos hacerlo..., tengan la certeza que no es cosa imposible!!! —decía, riéndose también con sus amigas, la chica de la idea.

—¿Pero... cómo va a ser posible, lograr algo que sólo en esas películas de aventuras como de la selva, pueden verse??? —¡No seas ilusa, María... no veas tantas películas fantásticas, que terminarás creyéndote... "Mara la salvaje"!!! —le decían riéndose, pero no con risas de burla, sino con cómplices risas que ella también celebraba; aunque su insistencia, volvía una y otra vez al ataque.

En eso, llegan otras amigas del grupo estudiantil al que pertenecían, y al encontrarse con todas, esa sorna de risas y carcajadas y aquella discusión en la que todas reían y María exponía, al desconocer lo que allí se estaba tratando, preguntan:

—¿Se puede saber qué están discutiendo con tanta gracia y algarabía??? Y, mirando con cómplices risas a María que también con ellas alegremente reía, les comunican en breve síntesis:

—Los despampanantes chicos vergudos que descubrimos que van a bañarse desnudos al estanque del bosque, resulta que María quiere capturarlos a todos juntos atrapándolos en una red como en las pelis...

Las carcajadas, brotan instantáneamente estridentes tanto en las recién llegadas, como en las que ya, ahí estaban. María, riéndose con ellas, no reía a carcajadas, pero reía con la convicción de seguir sosteniendo tal cosa.

—Pero... ¿estás soñando, muchacha!?!?!? —le preguntaban ahora, las que habían escuchado tal respuesta.

—¡Claro que no estoy soñando ni fantaseando cosas imposibles! —decía María respondiéndoles, y proseguía agregando:

—... Les digo que lo que propongo es cosa totalmente factible, y encuadra perfectamente en lo que todas aquí mismo sostuvimos como un deseo erótico, jocosamente por todas aprobado, cuando dijimos, luego de haber descubierto que esos divinos chicos vergudos van todas las tardes a bañarse a ese estanque desnuditos, pues... "que sería cosa maravillosamente estupenda, cazarlos como a animalillos y "divertirnos" haciéndolos nuestros conejillos de indias en lujuriosas sesiones donde los disfrutaríamos a nuestras más cochinas anchas, viviendo historias verdaderamente como de película con el logro de algo así. ¿O no fue, acaso, lo que todas aquí fantaseamos a las carcajadas el otro día...? ¿Eh...? —les lanzó ahora como pregunta, María a todas ellas ahí. Todas... reían.

—Contéstenme... ¿fue, o no fue, una idea muy festejada por todas...?

—¡Sííí...ya lo creo que sííí…! —respondía una riéndose con total maliciosidad aprobada por todas que también reían; pero enseguida agregó:

—... ¡Pero de ahí a lograr tal cosa, como que hay un trecho inviablemente posible de conseguirlo transitar con éxito…!

—¡Nooo, no, no y nooo!!! ¡Noloes!!! ¡No es imposible!!! ¡Nada, hay imposible!!! ¡SE PUEDE!!" —afirmó María, con segura e impresionante firmeza. Todas, se miraban con sonrisas y miradas de interrogación mutuas, y otra de las chicas, de las recién llegadas, agregó entonces, otra pregunta:

—Y... ¿cuál es el plan, que, según vos, lograría esa captura de todos ellos...? Y María, entre el sonreír de las que ya habían escuchado su propuesta, vuelve ahora a plantear a las recién llegadas, aunque en breve síntesis, el plan que ella tenía:

—Colocaremos con muy bien trabajada labor una red enorme en el estanque sumergida, y tendiendo sogas que estarían escondidas en el agua y en la orilla prolijamente disimuladas con vegetación que nos encargaríamos de saber camuflar, pues... con los principios ingenieriles que no al pedo en la Facu aprendimos, pues... instalaríamos una perfecta trampa que a nuestro calculado momento, deseado y apropiado, haríamos funcionar aprovechando esa maraña de palos que como techo vegetal hay sobre el estanque, levantándolos a todos juntos en la red, capturados en esa trampa que se elevaría como catapulta con todos ellos ya dentro de la red así desnuditos y con nosotras saltando y a las carcajadas disfrutando tal "cosecha"... ¿O lo siguen creyendo imposible...?

Todas, reían y reían...

—¡Ay, María...! ¡tus ilusiones, creo que vuelan demasiado alto...!  —se atrevió a opinar una.

—¡Basta!!! ¡Basta de pesimismos castrantes!!! ¡Basta, por favor!!! —saltó, esta vez un poco enfadada, María. Las sonrisas de todas, comenzaron a tornarse un tanto más atentas, a lo que planteaba María...

—¿Somos, o no somos capaces de hacerlo bien...? —preguntó desafiante María. Entonces, otra de las muchachas, dijo:

—Pues... a ver… estudiemos cómo hacerlo. Ahora, las sonrisas, iban allí adquiriendo otro carácter; un carácter de compromiso con algo muy serio: Estudiar, algo en lo que ellas, había en sus estudios... muy bien estudiado.

—Habrá que ir al lugar donde ellos van, y estudiar una y varias veces, todo como allí es... —expresó una.

—Exacto... asimismo, es como debe ser... —expresó otra.

**********

 

 

—¡Chicos, este lugar es maravilloso para bañarnos desnudos sin que nadie venga a molestarnos! ¡Qué suerte en descubrirlo sólo nosotros, y poder disfrutarlo a nuestras anchas!!!

—¡Sí, y poder los diez pajearnos sin que nadie nos vea y así bien al aire libre y rodeados de esta naturaleza, jajaja!!!

—¡Sí, que tremendo lío hicieron en la playa porque nos desnudamos y se asombraban por nuestros chorizos de más de 30 centímetros en cualquiera de nosotros, y quisieron llevarnos presos por inmorales!!!

Un día sí y otro también, aquellos superdotados muchachos allí seguían concurriendo.

Una tarde como tantas, allá llegaban los diez muchachos.

—¿Chicos... miren qué raro cómo creció la vegetación de esas enredaderas ahí en las ramas gruesas de allá arriba...? No estaban ayer...

—Mhhhh... es cierto... Bah, ¡entremos al agua!

(Continuará)

(9,00)