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Celebrando mi Graduación con mi Padre...

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Aún puedo recordar cuando fue mi primera vez…

Fue durante la celebración por mi graduación del bachillerato. Ese día se supone que sería el más especial de todos, era una fecha de gran regocijo ya que, por ser hija única y además de padres separados, sería una gran oportunidad de conocer a mi padre por fin. La última vez que lo vi tenía tan solo 7 años y no nos llevábamos bien, me gustaba darle patadas porque no podía perdonarlo por el hecho de permitir que mamá y yo lo abandonáramos, así nada más, sin luchar por nuestro amor. Fueron 11 largos años sin saber de él y, a pesar de enviarme dinero todos los meses, jamás tuvo el detalle de una llamada, ni una carta… nada…

Seis meses antes de mi cumpleaños recibí una llamada suya donde se disculpaba por ser tan mal padre, me dijo que me tenía una sorpresa y que celebraría mi graduación por todo lo alto para recompensarme por lo malo que se ha portado. Yo me puse muy contenta y le dije que no importaba, que lo perdonaba y que quería verlo, pero como vivimos en ciudades distintas, viajé para verlo y me quedé en su departamento.

Tenía un departamento al norte de la ciudad, muy lujoso ya que es gerente de una trasnacional multimillonaria y gana muy bien, mi habitación cuando la vi estaba totalmente desocupada, me dijo que la había dejado así para que yo misma la decorara a mi gusto. De esa manera fuimos de compras, charlamos, compartimos mucho, hablábamos como locos tratando de recuperar el tiempo perdido, la verdad mi padre se había convertido en una persona muy especial para mí.

Decidí quedarme aquellas vacaciones de verano con mi padre, la verdad la pasaba muy bien con él, íbamos de compras juntos, al teatro, a cine, a veces bebíamos licor los dos en su departamento hasta que llegó el momento de irme.

Me llevó hasta el aeropuerto y me acompañó hasta la zona de abordaje, me dijo claramente que nos volveríamos a ver en diciembre para mi graduación y tendría todo organizado para mi fiesta, inclusive dijo que me tenía una gran sorpresa para ese día. Subí al avión muy ilusionada por saber cuál sería dicha sorpresa.

Pasaron los meses y llegó diciembre, mi padre me envió los pasajes para que yo viajara una vez terminado el calendario escolar, mi madre viajaría después de terminar su trabajo. Fuimos a ver el salón donde sería la fiesta, era un salón de un prestigioso hotel, amplio, hermoso, me autorizó a invitar a todas mis amigas, iba a ser algo sensacional.

Llegó el gran día, todo estaba listo, yo misma me encargué de verificar que todo estaba correcto para que nada saliera mal, el licor, los pasa bocas, la entrada, el plato fuerte, todo debía marchar perfectamente.

El vestido que llevaba lo había escogido mi padre, era muy elegante, largo, con un escote que dejaba ver un poco mis senos y mi espalda, me recogí el cabello para dejar ver mi largo cuello ya que mi padre lo había sugerido. Cuando él me ve su mirada en shock era una que no había visto nunca, me dijo que estaba bellísima y me besó en la frente diciéndome que estaba muy orgulloso de mí.

Se inicia la ceremonia, mi tío Jacinto, quien es un hombre lindo y fornido, se ofreció para recibir a los invitados y cuidar que nadie se colara, lista en mano verificó la asistencia de todas las personas, todo iba de maravilla.

Mi madre llegó y se sentó en la misma mesa que mi padre, hablaron por largo rato, luego un baile, primero con él, le insistí en que me dijera cual era la sorpresa y me dijo que tuviera paciencia que pronto llegaría, bailamos mientras su mano acaricia mi espalda con disimulo, yo no lo noté hasta cuando iba terminando el baile, de repente empecé a sentir algo por mi padre, algo que no había sentido antes, el verlo con su tuxedo blanco, alto, fornido, cabello corto y bien afeitado me hizo tener un estremecimiento que recorrió mi cuerpo joven y virgen aun, sentía que mi sexo se mojaba un poco aun sabiendo que estaba mal corrí al baño para colocarme un protector.

Después del baile vino la entrada, el plato fuerte y el brindis, mi padre dedico el brindis a mi madre y a mí, fue algo muy conmovedor que me hizo sollozar, él se acerca acariciando mi rostro hacia arriba mientras secaba mi lagrima para terminar dándome un beso en la mejilla y cediéndome una silla en la mesa que compartían con mi madre.

Fue una fiesta espectacular, muchos regalos, viejas amistades, toda mi familia junta y por fin la sorpresa de mi padre…

Salimos a la calle del frente del salón para ver llegar a un hombre en una camioneta que tenía un gran listón en el techo, quede impactada, era una BMW X5 último modelo, el hombre se baja, entrega las llaves a mi padre y él me las entrega a mi diciéndome que esto jamás me compensaría por todos los años que no nos vimos, pero que de todos modos lo merecía, pero lo siguiente que dijo e hizo fue lo que me hizo comprender que ahí no terminaba la cosa: —Después de la fiesta te daré tu sorpresa, la verdadera —me dice mientras tocaba mi trasero por medio de las nalgas, me puse toda roja y salí corriendo al baño, mientras corría me daba cuenta que mi padre me deseaba, que no me veía como su hija sino como a una mujer y lo peor de todo es que yo tampoco lo veía a él como a un padre sino como a un hombre, me excitó tremendamente lo que hizo. Llegué al baño y me encerré, me senté en el sanitario y mientras subía el vestido bajaba la tanga que llevaba puesta y comencé a masturbarme velozmente, no podía aguantarlo, tocaba mi clítoris con violencia mientras apretaba mis senos, lo deseaba, deseaba a mi padre, aunque estaba mal, luego vino un gran orgasmo que hizo que mi cuerpo se estremeciera como nunca, vino la calma y luego la culpa, sentía culpa por amar a mi padre como a un hombre.

Golpearon la puerta con desesperación, era mi madre preguntando qué había pasado, abrí la puerta y mientras lloraba solo podía decirle: —Madre, mi padre es hermoso, lo amo madre. Obviamente ella lo tomó por el lado del amor paterno y me dijo que estaba bien, que solo lo hacía para acercarse a mí y hacer las paces.

Me acerqué a mi padre quien estaba bebiendo un trago en una mesa y le di las gracias por hacerme tan feliz, doblemente, me dijo que más tarde lo acompañara al departamento para hablar conmigo seriamente, yo acepté.

Acabó la fiesta y mi padre y yo tomamos camino en mi camioneta hasta el departamento donde había un gran tapete de oso polar en la base de la chimenea la cual estaba encendida, nos quitamos los zapatos y nos sentamos en él. Sin mediar palabra tomó mi rostro y me besó en la boca, yo le correspondí de igual manera mientras se quitaba su tuxedo hasta quedar totalmente desnudo, yo solamente me acosté boca arriba mientras mi padre procedía a quitarme el vestido y a soltar mi cabello, mientras tanto decía: —Este obsequio no lo olvidarás en tu vida. Se acostó sobre mí y mientras me besaba empezó a penetrarme, estaba tan húmeda que entró con gran facilidad, aunque no dejó de dolerme un poco. Sentía su pene dentro de mi entrar y salir sin cesar, era una delicia total, jadeaba como una perra infeliz mientras mi padre gemía de placer chupando mis senos con desesperación lo cual me excitaba tremendamente, lo detuve y mientras se incorporó, bajé hasta su pene y le hice una felación tal y como lo había visto en las pelis porno, él lo disfrutó de verdad porque al ratito empezó a llenarme la boca con su semen espeso y delicioso, me lo tragué todo.

Luego su pene volvió a ponerse duro de nuevo para tratar de metérmelo por mi culo, lo intentó con muchas ganas hasta que lo logró, di un pequeño grito y me salió algo de sangre por lo que se manchó la alfombra, pero no importaba, al rato lo disfruté tremendamente. Me lo metió de nuevo en mi vaginita y notó que estaba un poco seca y la lubricó con su saliva, empezó de nuevo la faena mientras sentía que nuestros cuerpos se estremecían al unísono hasta que ambos tuvimos un orgasmo delicioso mientras le decía: —Te amo, papito, te amo, te siento caliente, quiero mi primer hijo sea tuyo y así será. Se quedó mirándome y me dijo que cuando me casara, me cuidara mucho en la luna de miel para no quedar embarazada y que después de regresar arreglaríamos ese asunto.

Hoy tengo 26 años, me casé a los 22, tengo 3 hijos los dos primeros son de mi padre, mi esposo desconoce toda esta historia, a mi esposo no lo amo, lo estimo mucho porque al único hombre que deseo y amo con toda mi alma es a él… a mi padre…

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