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La venganza es dulce y placentera

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Esta es la historia de una mala amiga, si la tonta esa puede llamarse así. Una de esas personas que tarde o temprano aparecen en nuestra vida y hasta antes de eso pensamos que esas personas son solo un mito urbano.

Hace 2 años y medio que Darla y Nicolás eran novios, Darla y yo vivimos en el mismo edificio, su departamento está al lado del mío, pero nunca habíamos hablado hasta que ella, su novio y yo fuimos a la misma universidad y compartimos el mismo grupo de amigos. Darla era conocida por todos como tierna, dulce e inocente. Sin embargo, yo que soy muy observadora, tras hablar con ella me di cuenta que era una tipa resentida y amargada. Ahora compruebo que no me equivoqué.

Nicolás, no es el más guapo de los galanes, pero sí es muy sexy y deseable. En las vacaciones del primer semestre fuimos a una fiesta de curso y Darla había viajado, jugamos a girar la botella y me tocó el beso con Nicolás. Sin ningún problema se lo di, total solo era un juego y yo no soy ninguna santa. Sin embargo, cuando nos íbamos de la fiesta él decidió llevarme a mi casa, cuando llegamos me despedí de él, al intentar bajar del coche me tomó por el brazo sin dejarme bajar y me pidió que le de otro beso porque le había gustado mucho el del juego, yo solo me reí y me liberé de su brazo y me bajé. Darla ni se enteró que paso eso.

Ya para fin de año, Darla y yo éramos buenas amigas, al menos yo lo pensaba así, me contó que estaba perdidamente enamorada de Nicolás y que esperaba casarse con él. En ese entonces me sentí mal por lo del beso, aunque fuese una tontería. Hicimos la fiesta de año nuevo en mi departamento y a las 12 apagamos a las luces para ver los juegos artificiales y sentí a alguien que me abraza por detrás, su mano tibia y grande que presionaba con fuerza uno de mis pechos, luego un beso en la nuca, con la otra mano me apretaba una nalga y una lengua que me recorre desde le oreja hasta la nuca, y su mano que estaba en mi nalga se arrastra hasta tocarme la vulva y comienza a masajearla por encima de mi vestido, yo pensé que era mi novio Dave, le bajé el cierre le metí mi mano, el fulano estaba sin ropa interior, me sorprendí pues Dave es muy pulcro, estaba alucinando su mano y su falo me parecían más grande de lo habitual, me sentía muy bien cuando escucho a Dave que me buscaba, me voltee y vi a Nicolás con esa cara de pervertido y me dio mucho asco, le advertí que no lo vuelva a hacer o le contaría todo a Darla, pero él me dijo que no le importaba que seguía con ella solo por lastima pues ella lloraba mucho cada vez que él quería romper con ella.

Hace unos 2 meses la sorprendí robándome dinero y me confeso que ya lo había hecho antes, le pedí que me devuelva dos vestidos un pantalón y cinco blusas que le había prestado y nunca me los regresó. Preferí no insistir, pues para mí mi amiga valía más que eso. Hace casi dos semanas me entere que Darla había hablado muy mal de mí en repetidas ocasiones, que convenció a Dave de que yo lo había engañado con su mejor amigo y que por eso él había roto conmigo, y que en la universidad todos pensaban que yo le había robado a ella y que me quedaba con su ropa. Cuando le pregunte no se lo negó y me dijo que no sabía porque lo había hecho. Sin embargo, siguió haciéndolo y yo me enoje mucho. Estaba furiosa.

Esa noche, algo tarde, yo ya estaba de camisón y veía televisión cuando escuché que Nicolás fue a recoger unos apuntes del departamento de Darla, escuche que pelearon y Nicolás abrió la puerta y gritó, escuche que Darla estaba llorando, Nicolás tiró la puerta, luego sonó mi timbre y como me esperaba era él, estaba muy serio y trato de hablarme calmado, me pidió los apuntes que Darla obviamente no le había dado, se me ocurrió que no habría mejor forma de vengarme, mientras él hablaba lo jale de la camisa lo empuje contra la pared, cerré la puerta y lo mire fijo por unos segundos, vi en su rostro sorpresa y algo de susto, me calentó verlo así, y me le fui encima comencé a besarlo y a mordisquearlo por todas partes, le arranque la camisa y del cinturón lo jale hasta llevarlo a la cama, mientras lo jalaba note su enorme erección, le quite el pantalón y esta vez si tenía ropa interior, cuando se la quite vi sorprendidísima que realmente su erección era mucho más que enorme, me posé sobre sus rodillas y con mis pechos comencé a acariciarle el falo, él se sentó y me levanto el camisón un poco pero luego me dijo que era muy sexy y que me lo dejaría puesto.

Pero a mí me gusta sentir la piel del tipo al me estoy cogiendo así que me lo quite, me hecho en la cama, extendió mis brazos y comenzó a chuparme los senos como un lactante hambriento, empezó a masturbar su falo contra mi vulva, lo detuve y me pues de rodillas, mientras me besaba el ombligo me desaté el hilo que tenía, él estaba ansioso por penetrarme pero me encanta hacerlo esperar, se lo acaricié unos segundos y el me metió tres dedos, los metía y sacaba con suavidad, yo sabía lo que yo quería e iba a hacer desde un principio, pero su suavidad me hizo dudar, le dije que sea más brusco me dijo que estaba calentando y que luego iba a hacer que me trague esas palabras, eso me animo, mientras él se deleitaba con sus dedos en mi vagina que iban acelerando más y más su ritmo, hasta que me empezaron a provocar gemidos, agarre mi camisón y le vende los ojos, me pregunto qué hacía y le dije que solo confíe en mí y que no haga trampa, le dije que sin sacar sus dedos trate de que nos paremos, así lo hizo luego retiré sus dedos y me puse de cuatro dándole la espalda, estire mi brazo y con firmeza lo halé del pene, coloque la punta de la enorme cabeza de su falo en la entrada de mi trasero, yo ya estaba a mil, porque sabía que iba a disfrutar de ese sin igual placer, le dije que se desamarrara el camisón de los ojos y embistiera con todas sus fuerzas, se quitó el camisón y por el reflejo de la ventana vi su rostro de emoción, me acarició las nalgas por un segundo, me dijo que mi trasero era increíblemente bello, le dije que deje de hablar, el me dio una tremenda nalgada y se aferró a mis caderas con fuerzas, y me dio una de las embestidas más vigorosas de toda mi vida, sentí que iba a perforarme y a salir por arriba de mi ombligo, luego empezó a jalar hacia afuera y yo sentí que me moría de placer mientras arrastraba su verga kilométrica de adentro hacia fuera de mi culo, me acariciaba los pechos con sus enormes y tibias manos, luego las quitaba y mis senos se balanceaban deliciosamente y yo me aferraba a las sabanas arrugándolas entre mis dedos y entonces sentí que aceleraba su ritmo y lo hacía tan deliciosamente que me vine, moje incluso sus testículos que rozaban mi vagina, yo no podía dejar de gemir, comencé a colaborar con movimientos acompasados, sentí que iba a volar y que iba a destrozarme tanto el culo como las tetas y comenzó a darme algunas nalgadas. Entraba y salía y yo sentía cada centímetro de su falo que me recorría, me estrujaba las tetas, me nalgueaba y yo veía su cara desfigurada de placer por la ventana y escuchaba sus gemidos y como hacía sus esfuerzos mientras entraba y salía cada vez más rápido y más fuerte, me vine de nuevo cuando tocaron la puerta. Era Darla, me pregunto si estaba bien por el ruido que escuchaba y que estaba haciendo, Nicolás se salió completamente y empezó a reír, a Darla le contesté jadeante que estaba corriendo en la caminadora, que hacía ejercicio y que estaba muy bien, la muy tonta se fue totalmente crédula, volteé a mirar a Nicolás y vi el mismo rostro de perversión que en año nuevo y me dijo:

"Aún no hemos terminado", su falo se veía exactamente igual de enorme y erecto que cuando lo desvestí, asumí mi posición y me relaje algo, sabía que era una gran entrada la que me esperaba, se paró detrás, pasó sus manos por mi espalda como friccionándome dos veces de arriba abajo, me las paso por mis nalgas y me las apretó con fuerza repitiendo lo hermoso de mi trasero y me dijo que podía joderme toda la noche que solo el verlo lo excitaba más y más, aflojo una mano y me dio una gran nalgada, luego se agarró el pene y presionándolo con fuerza contra mí recorrió de agujero a agujero arias veces subiendo mi excitación porque ya quería que me penetra su delicioso falo y empiece otra vez ese placenterísimo suplicio, recorrió mi espalda con las manos hacia arriba otra vez, luego puso sus manos con las palmas al centro de mis senos y me los apretó fuertemente mientras jugueteaba con su pene en mi piel con su húmeda caricia de repente, no puedo definir bien en que momento lo hizo pero me jaló de las tetas haciéndome hacia atrás a la vez que me atravesó todo su pene de una senda, tenaz y torturante embestida, sentí su pene como una espada enrome, lo sentí dentro de mí deslizándose hacia fuera lenta y tormentosamente y entrando en fuertes envestidas, luego se movía dentro de mí, cada vez lo sentía más rígido, hinchado, cada vez más estoico, más crecido, tosco, cruel, inclemente sus testículos me azotaban con rudeza, a cada embestida yo empequeñecía mi culo apretando el pene y sintiéndolo más inclemente, yo gimoteaba, suspiraba, jadeaba de deleite, mire el reflejo de la ventana y vi sus ojos cerrados, su cabeza estaba doblada hacia atrás y su boca abierta y tensionada, y ya no daba más, me vine por última vez, Nicolás lo sintió y me propino una seguidilla de nalgadas, yo casi no podía respirar, desde que empezamos la segunda sesión ya no me movía deje simplemente que siga su ritmo y me resulto más desesperadamente placentero y delicioso, aflojo sus manos de mis tetas, presiono mi vientre y puso mi cabeza contra el colchón, me acarició la vagina friccionándola y luego me agarro por las caderas y me dijo no aflojes, lo apreté más aún y al tiempo que se detuvo comenzó a menear mi cadera con sus manos de atrás hacia delante cada vez más y más rápido y yo lo apretaba con más fuerza y seguíamos jadeando y gimiendo acelerados y sentí de pronto ese delicioso líquido tibio que me llenaba a chorros como una catarata y con gran potencia. Por un momento se quedó estático con todo su pene dentro mío, si yo me movía un milímetro sentía que su pene me daba un coletazo así que me quedé lo más quieta que pude porque estaba realmente exhausta.

Luego retiro su maravilloso pene brindándome el último recorrido de delirio, me acarició las nalgas y las piernas, se inclinó, me mordió una nalga, me besó la otra y me dio una lamida alrededor de mi culo y luego a lo largo del canal que se forma entre mis piernas, separo mis nalga me miro, puso dos dedo cubriéndome el culo y me dijo está rojo, yo seguía con el trasero en alto y mi cabeza en el colchón, me abrazo por la cintura poniendo su pecho en mis nalga y su cabeza sobre la base de mi espalda, me beso la espalda y se tendió en la cama a mi lado, me abrazo, me hizo girar y quedo sobre mí, en silencio y aún agitados nos miramos por un momento.

Nunca había visto a nadie con un falo como el suyo, jamás había sentido que alguien se corra de esa manera y tampoco a alguien que tenga esa potencia y virilidad.

Entonces recode que era Nicolás, el novio de Darla y que no debía entusiasmarme con él. Le pregunté que qué pasaría si Darla lo veía salir, además su camisa estaba rota, me dijo que no le importaba, que era claro que hacía más pareja conmigo y que con nadie había experimentado algo así, le dije que yo tampoco y coincidimos en que no deberíamos negarnos ese placer el uno al otro.

Darla tuvo problemas con otras personas más en la universidad y quedó desenmascarada.

Nicolás y yo comenzamos a salir y no llevamos súper bien. Desde esa noche hasta hoy no ha vuelto a dormir a su casa, ya hemos recorrido mi yertamente haciéndolo por delante por detrás, de día y de noche, parados, de rodillas, sentados, echados, en la mesa, en el sofá, en la ventana, en la bañera, en cada silla, contra cada pared, contra la puerta, en cada milímetro de mi cama, en el closet, en el bacón, y en cada rincón de mi casa.

Duerme conmigo cada noche, aunque no siempre tenemos sexo, a veces no quedamos abrazado charlando hasta muy tarde.

Mi venganza fue colosal y deliciosa, ella se quedó sola y yo encontré a mi amante ideal y un gran amigo y compañero, gracias a ella tengo al novio perfecto y ella está sola, hasta quienes éramos sus amigas la dejamos por no saber ser amiga.

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