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Cuatro en el bar

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No parece nada sórdido. Al contrario. Es sobrio. Elegante. Hay un ligero olor a que hace mucho fumaron algún puro, pero ahora el aire es frío. La luz tenue. No es oscuro, ni de día. Deja ver lo necesario y queda oculto lo que está de más. En un extremo de la barra estas tú, con un vestido blanco. Es color hueso y tu cabello rubio brilla bajo el foco que está justo en la curva de la barra. Qué mejor lugar para quedarte. El brillo de cientos de copas, de botellas llenas de dorados líquidos, la madera brilla y tu ahí estás perfecta. Choca el vaso que pedí contra mi barra y tu volteas a verme. No sé quién le sonrió primero a quién, pero lo hicimos juntos. Justo cuando me disponía a acercarme a ti, llegó tu amigo. Supongo que es tu amigo, por cómo te tomó la cara al darte el beso. Igual sabía no tendríamos mucho tiempo. Yo también espero a alguien, así que mientras seguiré admirándote.

Me acerco. Logro escuchar tu tono de voz y me gusta. Creo que siento tu perfume. No me importa que él esté ahí y te rodee con sus dedos cada vez que puede. Igual te veo. Ha llegado mi cita. Justo se ha sentado entre ustedes y yo. No podía ser más acertada. así podré seguirte viendo mientras la veo a ella. Me fijo en tu vestido. Creo que no llevas sostén. Veo tu culo y creo no llevas tampoco pantys. Ahí siento las manos que me tocan y necesitan mi atención. Ella me besa en la boca y tú nos ves. Quisiera que sus labios carnosos fueran los tuyos y me pagas besándolo a él. Creo que ha comenzado un juego que nos va a llevar lejos. Quién se resiste menos, quien insista más. Él empezó a tocar tu pierna, mientras ella me tocaba más abajo. Apretaba cada vez más fuerte y pudo sentir como yo estaba muy duro. Tú lo pusiste así mientras ella creía habían sido sus besos. Vi que él metió su mano por debajo de tu vestido y tú te rodaste al borde del banco. Le diste permiso de pasar. De entrar y estar cómodo.

Ella levantó mi guayabera para meter su mano dentro del pantalón y descubrir que además de duro estaba muy caliente. Tú me veías y sonreías mientras él recién descubría que no llevabas sostén y trataba de ver tus pezones que ya había notado yo estaban muy duros. Tu piel blanca llena de lunares era hermosa. Podría perderme en ella totalmente. Vi su brazo dentro de tu vestido y tu abrir la boca tratando de no escapara un gemido. Estoy seguro ya metió uno de sus dedos dentro de tu cuca. Me pregunto si estas rasurada o llena de unos pequeños vellos rubios como tu cabello. Me miras aprovechando el éxtasis de él. Te gusta que te vea mientras él te penetra. Ella se acerca y con su lengua en mi oreja me pide baje mi bragueta. No lo dudo en hacer. Quiero sentir más y quiero que tu veas más. Saca su mano de su pantalón, ahora pega sus grandes tetas de mi pecho que pareciera fueran a salir de su ajustado vestido y mete su mano sacándome el guevo.

Tú has bajado la mirada y suspiras. Sonríes y disfrutas que él te esté metiendo su dedo y que tú puedas ver mi guevo mientras ella lo aprieta y me pajea suavemente. Has dado un pequeño brinco. Creo, por cómo se pegó a ti y metió más su mano, que ahora no tiene solo un dedo dentro de ti. Quiero imaginar tiene dos o hasta tres de sus dedos abriendo tu cuca y llenándose de todo tu flujo. Eso ha hecho me ponga más caliente. Me gusta verte así. Con tus piernas medio abiertas y el metiéndote mano. Ojalá estuviera esto más oscuro. Quizás podrían suceder más cosas. Yo no me he contenido y uso mi mano para tocarla. Primero agarro su culo, le sobo sus nalgas y ahora meto mi mano y encuentro un pequeño hilo que entra entre su culo. Lo hago un poco a un lado y con la yema de mi dedo índice se lo estimulo. Ella cierra los ojos. Tu mueves tu cabeza para ver qué estoy haciendo y te percatas que por delante no podrás ver. Echas tu cabeza hacia atrás y ves claramente como mi mano está entre sus nalgas. Sabes que estoy metiendo mi dedo en su culo. Otra vez esa sonrisa. Creo estamos a la par. Ambos hacemos mucho para estar en la barra de un bar.

No sé si alguien nos está viendo. Tú me haces una seña para que nos vayamos. Creo que estás muy intimada al igual que yo para despegarnos de nuestros compañeros. Tú le dices algo a él y vas hacia el baño, yo hago lo mismo. Llego un minuto después y la puerta está cerrada. La fuerzo y tu abres. Me halas. No dices nada, te levantas el vestido y pones las manos encima del lavamanos. Solo me ordenas pase el cerrojo de la puerta. Cierro mientras me saco el guevo sin bajarme el pantalón. Tus nalgas son como imaginé. Tu cuerpo es una continuación de tu vestido. Muy blanco. Me pides te lo meta ya. te tomo de la cintura. Me agarro el guevo para penetrarte cuando me pides te coja duro. No dudo en hacerte caso y sientes mi machete entrar completamente dentro de ti. Tu cuca está muy abierta. Sin duda él tenía más de un dedo dentro de ti. Estás totalmente dilatada. Hizo un trabajo perfecto. Abierta y empapada. Te tomo con fuerza por la cintura mientras empujo lo más duro y profundo que puedo. Tú te agarras con fuerza y gritas. No soporto. La pajeada que me dio ella ya me tenía a punto y sentir tu cuca así me hace querer acabar. Te lo digo y me das permiso. Te aprieto con mis manos abiertas. Empujo mi guevo dentro de ti, me detengo y siento como mi leche empieza a llenarte. No me muevo. tus nalgas están calientes y pegadas a mí. He dejado hasta la última gota de mi semen dentro de ti. Mientras acabas conmigo. No te limpias, yo tampoco. Solo estiramos la ropa y salimos. A mitad de camino están ellos esperándonos en la barra. Hablan. Te tomo de la mano. Te detengo. Vamos. Salgamos. Te halo y tú no ofreces resistencia. Salimos del bar. Tu y yo.

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