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Fantasía cumplida por una tarde

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Esta vez me atreví a ir mas allá de mi cuarto y salgo a la calle...

Una tarde de enero del 2016 tuve que salir de mi ciudad a una muy cercana como a una hora y media en auto. ya andaba con el usar mis deliciosas prendas y sentir la tanga en mi colita y ponerme la mini que compré. Cuando supe que haría ese pequeño viaje me vino a la mente el irme vestida sexy, así que subí a mi cuarto, me rasuré las piernas, me puse una tanguita roja de lycra y una fiusha con negro encima de la roja, esa combinación hace que el triangulito de la entrepierna se vea delicioso porque la fiusha es de encaje. Me puse la mini y un brasier negro encima me vestí una playera polo y unos jeans para salir de casa.

Tomé la minivan y salí de mi colonia, tan pronto me alejé me detuve en una papelería a comprar dos globos que rellené con arroz para hacerme unas bubis hermosas. Le puse una canica a cada globo para simular pezones levantados y se me veían muy apetecibles esas chichis, cuando me las puse dentro del sostén ya cuando me sentí lo bastante lejos de mi casa me detuve y me quité los jeans, me acomodé un poco la mini y seguí mi camino. Me gustaba pasar junto a los autobuses de personas para que los mirones me vieran las piernas y el calzoncito, eso me excitaba mucho y muchos lo hacían. Me sonreían y algunos hasta se agarraban el bulto y me lo ofrecían, yo solo les sonreía y continuaba mi camino, al llegar a la caseta de peaje el cobrador me miró, sonrió y al darme el cambio no quitaba la vista de mi calzoncito y piernas, le dije —gracias —y me dio el cambio acariciando mi mano sutilmente, sonreí y me fui así seguí provocando a los usuarios del transporte hasta que ya iba sola en la carretera.

Como a media hora antes de llegar, encontré un supermercado donde me detuve a comprar más tangas, soy adicta. Ahí detuve la camioneta lejos de otros autos, ya estaba oscureciendo y me dio confianza bajar en faldita, así que bajé y me agaché muy sexy pensando en que alguien podía verme. Me quedé unos segundos enseñando la cola y las tangas, ya que la minifalda es muy corta y luego me puse los jeans, me quité las chichis y me dirigí hacia la tienda.

Fui directo a la ropa interior y una chica me pregunto si necesitaba ayuda, le dije que sí, que buscaba tangas de mi talla, ella sonrió y me las enseñó, me escogió dos y me dijo —éstas están en oferta y se te verás muy linda. Sonreí y las tomé, ella me echó una sonrisa pícara y me dijo si necesitaba medias, le dije —claro por qué no —me dijo —está por allá. Al darme la vuelta me dio una nalgada y me dijo —vamos. Eso me excitó tanto que la dejé pasar y al estar atrás de ella le pellizqué la cola y le piqué el ano. Ella gimió y caminó, me dio un pantiliguero y se agachó pegando su cola hacia mí, me acompaño a pagar, se despidió con un beso en la comisura de mis labios y se fue. Yo salí con unas enormes ganas de usar mis tangas nuevas y mis medias súper sexys. Fui a la camioneta, la abrí por la puerta lateral y me subí, me quité los tenis y me puse encima de las otras las tangas nuevas, luego el liguero con medias, me acomodé la mini y las bubis. Me bajé y al subir al asiento del chofer, escuche una voz varonil que me decía buenas noches, me dio un poco de miedo y subí rápido, cerré la puerta y voltee a ver quién era.

Vi que era un joven alto que trabaja ahí en el estacionamiento, para ayudarte a salir del lugar de estacionar estaba a una distancia como de 4 metros, pero obvio que me vio vestida súper sexy, entonces la zorra que soy salió a la luz, bajé la ventana y le dije —buenas... Necesito tu ayuda —contestó —si dígame —y le pregunté donde podía divertirme en ese pueblo, me dijo —hay unas cantinas —y yo respondí —yo busco algo más extremo como una zona roja. Contestó que no sabía y la zorra repuntó y le pregunte —¿cómo te diviertes tú? —él me dijo que trabajaba todo el día, yo le pedí acercarse y le dije cerca —te quiero preguntar algo, si tu respuesta es no, no es necesario que te enojes, solo me iré y no te molestare. Él se acercó a la puerta de la camioneta viendo mis senos deliciosos y al llegar, me vio las piernas y los calzones, sin pena le dije —¿quieres divertirte conmigo un rato? Él se sonrojo y sonrió y me dijo —si —muy bajito, así que le dije —mete tu mano y tócame —y metió la mano y me acaricio las piernas y el triangulito lo cual me volvió loca. Lo dejé y abrí la puerta, él se pegó a mí y comencé a masajear su bulto (nunca había hecho eso) él cada vez me tocaba más salvaje y metía su mano por abajo para tocar mi colita, yo me dejaba y estaba muy caliente, le dije —vete para atrás de la camioneta. Él se fue y yo bajé y fui para atrás, le dije —da dos pasos hacia atrás —y me agaché pegándole la cola y sintiendo su bulto ya excitado en mis nalgas y abrí la puerta de la camioneta, movía mis nalgas excitándolo mas y mientras bajaba los asientos traseros para hacer espacio, para jugar después de bajarlos, subí en cuatro hasta dentro y le dije —tócame más, soy tuya papi. Él me empezó a marcar la cola y después empezó a chupármela como si quisiera comerme, me mordía, lamía y tantas cosas deliciosas que yo estaba ya muy caliente y empezó a meterme el dedo en el ano, eso me enloqueció mucho, yo gozaba de lo lindo así que le di un poco de aceite de bebe y le dije —estoy lista.

Él bajó su cierre, me quitó un par de tangas y se guardó una en la bolsa del pantalón, se sacó su verga y me embadurnó el hoyito y después su pene. Le dije —cierra la puerta —así que entro y cerró la puerta y despacio metió la cabezota de su verga en mi hoyito y la dejo ahí, me dijo —acostúmbrate un poco —eso me encantó. Un minuto después le dije —ya estoy bien —así que metió toda hasta que su pelvis chocó en mi colita, se detuvo y comenzó a bombear despacio por unos tres minutos y después más rápido. Estábamos en eso cuando oí una voz femenina que decía —con que ahí estas y no estás sola. Vi hacia la puerta lateral y era la vendedora que me atendió, subió por la puerta lateral enseñándome sus calzones. Cerró la puerta y me dio un beso apasionado, después comenzó acariciar mis nalgas y meter el dedo junto con la verga de mi hombre, yo alcancé a quitarle el calzón súper húmedo y lo lamí, le metí el dedo en la vagina y ella comenzó a gemir. Se acostó en el asiento todo medio y le chupé la vagina salvajemente, ella sostenía mi cabeza mientras el hombre me cogía muy rico y fuerte, después ella se acomodó en posición 69 y mientras yo le comía su deliciosa vulva, ella me empezó a chupar el pene, era un momento delicioso chupado, chupando, y penetrada imagínate... mientras esa verga entraba y salía de mi deliciosamente. 

Ella se acomodó para meterse mi pene y comencé a cogerla, mientras me cogían a mí. Ya había pasado como una hora o más y mi hombre comenzó a gemir y su verga se hizo más gruesa, me lastimó un poco, me bombeó muy fuerte y sentí como me llenaba muy rico la cola, eso me aceleró, que yo terminé eyaculando en la chica que gritó y muy fuerte. Cuando el chico terminó me la dejó adentro un rato. Mientras mi chica se reponía. Se sacó mi pene y el chico me sacó el suyo, ahí la bella chica nos limpió las vergas con su boca y me masajeó el ano. Sacó una bolsa y con toallitas húmedas me limpió, en eso el chico nos dio un beso en la mejilla y se fue, la chica me dio mis jeans y puso una toallita en mi tanga y me dijo —vamos al baño. Me llevó atrás de la tienda y me dijo —sácalo todo porque si no vas a estar muy incómoda —me senté, saqué toda la lechita, me limpió y fuimos al auto. Me ofrecí a llevarla a su casa y fuimos, me invito un café y nos dimos un baño juntas, nos besamos y acariciamos y luego me despedí y me fui.

Espero les guste mi relato añado que todo fue real y un poco doloroso, pero me fascinó.

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