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Mi descubrimiento sexual

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Desde que tenía 15 años, hubo un sentimiento en mí que iba creciendo respecto a la sexualidad ya que nunca antes había experimentado esta sensación desde aquel entonces y atracción desproporcionada hacia el sexo opuesto. Fue por eso que aparte de ir al colegio y cumplir con mis obligaciones y mis ratos libres, sentía el deseo de satisfacer mis deseos sexuales, pero como solo tenía quince años, no tenía novia, comencé a observar poco a poco a algunas de mis compañeras de clases que estaban desarrollando sus partes y tenían más forma de mujer. En eso que me iba acostumbrand,o hubo una ocasión en que comenzó a atraerme algunas de mis profesoras de colegio más que nada cuando venían en falda... Hasta ese momento nunca pensé que me gustaba ver las pantie-medias de una mujer cuando las tenían puestas, fue el caso de me profesora María Julia tenía ya un poco más de 40 años y tenía unas piernas que te destrozarían más aun con sus panties, pero siempre lograba disimular verle las piernas y fantasear con las mismas así que nadie se daba cuenta que se las estaba mirando.

No me limité a solo a observar en el colegio, este impulso se me presentaba casi en todas partes, bueno, era un adolescente más y sí que se me vino con fuerza estas atracciones, así que cada vez que visitaba a mis tías a su casa ya sea por onomástico y simple cordialidad, notaba que ellas estaban de igual manera proporcionadas. Una era mi tía María, aun abajo de los 40, tenía unos senos medianos, pero levantaditos, pero un trasero que tendría que ir al gimnasio para poder acabarlo, así que cada vez que se bañaba o se cambiaba de ropa, de alguna forma me infiltraba para poder observarla. Como la vez en que estaba aburrido me entró la curiosidad de entrar a su dormitorio, sentí que ella se acercaba y me metí a su closet. Logré mirar su blanco cuerpo como la leche solo cubierto con lencería de color negro, así que no pude contener la erección que a mí mismo me dominaba.

Lo mismo ocurrió con otra tía ya mucho mayor, era mi tía Martha, estaba cerca de los 50 años, pero mantenía su extraordinaria figura. Fue el día en que igual que la vez anterior, fuimos a la casa de esta tía (Martha) solo para dejarme solo con mis primos, ya que los mayores salieron de compras e iban a tardar, y como mi tía era una mujer atractiva que hasta mi papá le robaba miradas, (tía política) también se me ocurrió ir a su cuarto con el pretexto de ver tv, y no me siguieran mis primos aun menores. Entré a su cuarto, cerré la puerta despacio y comencé a buscar entre sus cajones de ropa y justamente fui a dar con su ropa interior la cual me sorprendió, ya que su brasier era talla "L" y fue cuando comencé a alucinar y erectarme a la vez. Sin pensarlo, me fui al baño de su cuarto, me bajé los pantalones y comencé a masturbarme con sus brasier hasta terminar, después de eso me lo guardé y lo llevé a mi casa.

La verdad nunca preguntó por su brasier o que le faltaba uno, a partir de eso en la privacidad de mi habitación recuerdo que me desnudaba y me pasaba por todo el cuerpo su brasier sin saber que era un éxtasis, que solo uno mismo podría descubrir ya que era un grado de excitación pavorosa sentir que mi tía con sus carnes grandes me sobaba sus tetas por casi todo el cuerpo y con todo eso fue la primera parte del camino.

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