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Como convencí a mi mujer

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Como convencí a mi mujer…

Todo comenzó como una manera de salir de una rutina, nuestra vida sexual aunque muy activa y extremadamente divina le faltaba ese toque de morbo que a todos aunque, no queramos admitirlo, nos gustaría vivirlo así sea en nuestras mentes, somos una pareja joven pasada los treinta, ella en rasgos generales con un cuerpo muy bien definido, senos medianos, podría decirse que un tanto pequeños, una cinturita muy rica y un culo que arranca las miradas de cualquier hombre y una forma de gemir tipo película porno, multiorgásmica a todo tren y con una lubricación vaginal que muy pocas mujeres la tienen a la hora de llegar al clímax. En lo que respecta a mí una pasión por las mujeres casi incontrolable, me fascinan las mujeres con buen culo, que estén dispuestas a donarlo a este humilde servidor, mi potencial viril es de lo más normal, es por ello que muy pocas veces cuando lo pido me lo niegan, pues, eso lo considero una ventaja.

Lo cierto es que siempre, desde más joven, he fantaseado con más de dos en la cama, respetando el hecho que soy heterosexual, como dije antes, todos algunas vez hemos fantaseado con tríos, intercambios de pareja, ver y participar con nuestras parejas o con la pareja de otros; hombres y mujeres lo hacemos sino búsquenlo por estadística y verán que un alto porcentaje coincide con nosotros, es más, sino es así reto a ese uno por ciento que dice no tenerlo, a que lo piense y se masturbe a solas, para que reflexione y salga de ese tabú creado por una sociedad que no critico, pero que se pierde momentos de la vida que muy poco compartimos, ya después de tanta habladuría voy a detallar como convencí a mi mujer…

Dándole vueltas a la cabeza llegué a pensar cualquier tipo de estrategias para llevar a cabo mi cometido, pero entre miedos de lo que me dijera mi mujer, muchas de ellas solo pasaban por mi mente sin hacerlas, entonces solo lo hice de manera que fuera ella quien me lo proponga. Ojo sin alardear de que yo fui de la idea, una vez me puse a imprimir cualquier tipo de relatos porno desde voyeurismo, cuentos heterosexuales, fantasías, dominación, intercambios, tríos, encuentros swingers, infidelidad, Lesbos, en fin, cualquier tipo de relatos a nosotros siempre nos gustaban, los videos y las películas porno, pero de verdad que en nuestro idioma son pocas y además lo que más morbo da es ver como mujeres y hombres comunes hacemos nuestra propia película, así que alternábamos con películas, unos dos o tres relatos eróticos similares, aunque las películas era la estimulación visual lo que más excitaba era ver la cara de ella cuando leía los relatos, jajaja.

Una vez llevé a casa ya pasado semanas, relatos de tríos con doble penetración o de intercambios y visualice el brillo en sus ojos mientras leía, aquella expresión que todos conocemos de nuestra pareja, cuando está excitada todas tienen una señal, los que todavía no las sepan se las diré luego. Total, que estábamos ya acostados, los niños dormían y ella boca abajo en la almohada apoyada en sus codos leía un relato de doble penetración, lo sabía porque era el más largo y eventualmente la abrazaba su espalda y echaba un ojo por donde iba. Lo cierto fue que cuando consideré que era el momento, comencé a acariciarle su costado dejando recorrer mis manos por ella llegando hasta sus nalgas, cubiertas tan solo por un hilito de color fucsia, bajaba hasta sus piernas, mientras ella sin quitar la vista de lo que estaba leyendo lo disfrutaba, hubo un momento el cual me dio por levantar su hilo, pero ella y cuidado con esto, me hizo una señal que todavía no había terminado lo que estaba leyendo, por lo que le hablé al oído y le dije:

 —Tranquila sigue leyendo, que no te interrumpa lo que yo haga —seguí acariciándole las nalgas y volví a levantar el hilo metiendo lentamente mi dedo en su vagina y corroborando que tan excitada estaba. Una vez hecho esto recordé lo que ella estaba leyendo (doble penetración) e introduje el mismo dedo en su culito, poco a poco, para llenarlo de su propia lubricación, sacaba de aquí y llenaba en el otro lado. Ella estaba a punto de llegar al final del relato, cuando ya tenía mis dos dedos metidos en sus orificios calientes como un volcán, cuando ella terminó hizo los papeles a un lado y se recostó completamente, levantando su culo, haciéndome más fácil el trabajo, acelerando cada vez más el ritmo. Una vez que la observé tan caliente llevé mi otra mano a un artículo que tenía preparado cerca, para penetrarla, se le comencé a pasar por las piernas y por las nalgas haciéndole saber mis intenciones, sin dejar de sacar los dedos de su cuerp,o una vez que ella me lo pidió:

— Mételo…

Le introduje en pepino con un preservativo lubricado por su vagina haciéndola venir en su primer orgasmo, sin dejar de penetrarla con dicho artículo me le puse atrás y la penetré de un solo golpe por el culito esa mujer parecía que se iba a morir pegando brincos y los gemidos que podrían escucharlos los vecinos

—Ahh no lo saques…

Ella tomó el mando del pepino mientras yo bombeaba su culo, me recosté sobre su espalda mientras le susurraba o preguntaba si le gustaba, que pregunta tan tonta, pero tenía que oírlo (eso era mi parte de excitación) y le comencé a preguntar:

—¿Que si quería otro hombre?

A lo que ella contestaba que:

—Siiii… ¡quiero otro guebo igual!…

Mientras esto pasaba, ella introducía más y más ese artículo mientras yo le reventaba más y más ese delicioso culito caliente, los dos explotamos de placer desbordando su culo con mi semen y sus chorros de placer manchaban las sábanas… Nos tendimos en la cama mientras veía el rostro de satisfacción licuado con miedo, morbo y vergüenza ocultado con una sonrisa…

Me preguntó:

—¿qué me has hecho?

Como si ella no lo supiera jajaja. Y nos recostamos abrazados a comentar lo sucedido…

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Así comencé a convencer a mi pareja, ahora bien, todavía faltaría por contar, pero va a depender de Uds. si lo quieren o no, enviar sus comentarios a [email protected] para ver si les gustó o si quieren que les siga contando, gracias, hasta pronto.

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