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El relato íntimo de mi primera vez

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Todos hemos tenido nuestra “primera vez” y de esta nunca nos olvidaremos. Es tan especial, tan única, tan anecdótica que la recordamos para siempre y solo se la contamos a personas en las cuales confiamos y apreciamos.

Les voy a dar un voto de confianza mis marineros, y les voy a contar de mi primera vez.

Era una noche de verano típicamente mendocina, una pequeña brisa se sentía en al aire y yo tenía mucho hambre; lo recuerdo porque me dolía el estomago de tanto tantísimo hambre que tenía y era capaz de meterme lo que fuera a la boca. En esta vida hay 3 cosas que me ponen realmente muy molesta: que me toquen en pelo, tener hambre y que me dejen con las ganas.

La cuestión es que pasadas las 22 paso mi querido amigo (lo llamaremos Will Turner) a buscarme para partir a recorrer la noche. Con tanto culo que tuvimos que se largo a llover…romántico dirán algunas, mi pelo no dijo lo mismo. Parecía una propaganda viviente de “el rey león regresa” obviamente que la versión hot, porque debido al calor y a la humedad que había me cargaba una minifalda y un escote infernal.

Así fue como entre un par de vueltas al kiosco, echar combustible, intentar buscar un rastrillo para peinar mi pelo y quedar medianamente presentable llegamos al tan esperado lugar.

Recuerdo que estaba llenísimo, autos por todos lados por ende tuvimos que esperar un rato arriba del auto hasta que hubiese menos gente y quedara un lugar libre.

La expectativa que tenia era enorme, me habían contado como tenía que hacer para meter eso a mi boca, que tuviese cuidado de no mancharme ni ahogarme porque no quedaba bien, me habían dado tantos consejos que llegada la hora ya no me acordaba que puta tenía que hacer. Por un momento entre en pánico y pensé en volver, pero me dije a mi misma “Sparrow, mierda carajo. Tenés que ser ejemplo para la posteridad” entonces entendí que efectivamente tenía que salir corriendo porque no sabía si iba a salir viva de esa cruzada con Will Turner.

Pasaron alrededor de 15 minutos desde que entramos hasta que llego el momento de la verdad… pero para mí esos minutos fueron eternos. Y fue ahí cuando todo comenzó: lo tenía enfrente de mi boca, era más grande y largo de lo que yo pensaba, de lo que alguna vez había podido ver y recordar, por momentos lo miraba disimuladamente pensando cómo hacer para metérmelo entero. Sabía que si no lo hacía iba a quedar como una loser cagona, y para eso ya estaba Conep en el staff.

Primero abrí suavemente la boca intentando meter lo mas que podía adentro y teniendo cuidado de no mancharme con nada, después procedí a darle un mordiscón suave y sensual ( porque recuerden una mujer nunca debe perder su sensualidad pase lo que pase). Sentía que me llegaba a tocar la parte de atrás de la garganta de tan profundo que intentaba meterlo a mi pequeña boca, demás está decir que la abría a más no poder, y así entre sonrisitas por parte de Will, que notaba mi poca experiencia en el rubro, a las duras penas terminé.

Pero terca como soy jure volver a intentarlo y es así que al dia de hoy soy la mas capa de las capas, the best, la licenciada, la grosa, la winner, la maestra, sensei y otros apodos dignos de mi logro que me gane a fuerza y sudor.

Y bueno mis queridos lectores, fue así que comí por primera vez un pancho doble salchicha con 3 salsas y lluvia de papas en el temido “Manso Pancho”. Lo confieso, lo volvería hacer, porque es lo único que hasta el día de hoy me deja totalmente saciada, conforme y feliz.

(8,50)