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Ella me prometió su lascivo culo

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A los cuatros días del último polvo que le había pegado a la lasciva divorciada y ninfómana de mi vecina Mayka, me llamó por teléfono y me preguntó que, si se me habían pasado las ganas de perforar su culo, ya que ella, la muy puta me lo prometió. Yo todo excitado la dije que sí y que ya estaba muy preparado, pues había desayunado fuerte y me acababa de duchar. Entonces ella me dijo que a qué esperaba yo, pues me esperaba desnuda en su vacía cama, con unas brutales ganas de mi rabo.

Me puse mi batín y me volví a poner el tanga de ese polvo, que no había lavado para que recordara lo bien que lo habíamos pasado y todavía olía a los restos de sus acalorados vaginales jugos y restos de mi lefa. Me presenté en su puerta y llamé y me abrió. Entré a su piso con rapidez y nos enzarzamos en un entusiástico beso de lengua que aumentó la temperatura sexual de ambos. La muy puta me quitó el batín y al ver mi tanga tan obsceno, lo olisqueó y se puso todavía más cachonda, pues sabía que olía a ese polvo que pegamos aquella tarde y volvió a repetir la escena de lamer mi tanga que ella sabía que tanto me ponía lúbrico y bullente sexualmente.

Lamía y lamia con lentitud e interminable sexualidad para que yo pusiera ojos en blanco que eso a ella le ponía como una cerda en celo. Cuando ya lo hubo conseguido, yo estaba en una exacerbación sexual, se tragó toda entera mi vergaza, para chuparla y tragarla y relamerla a su placer... me desperté de mi arrebato sexual y decidí que era hora de petar y entaponar el voluptuoso y sensual trasero de esta puta golfa. Se puso a cuatro patas, mientras gruñía de placer, la abrí las nalgas y comencé libar, lamer, lengüetear y relamer el sensual ojete de la fulana de mi vecina y la muy puerca gemía, aullaba, gañía y gruñía de placer.

Cuando ya estaba bien pringado e impregnado de mi saliva, la agarré con salvaje fuerza, me di más saliva a todo mi enhiesto rabo y di un fuerte empellón a su ojete que tragó toda mi pollinaza hasta chocar mis gordos cojones cargados de lefa contra su caliente culo. La estuve petando salvajemente, mientras me insultaba y me decía todo lo cabrón y chulo que era yo, pero que la estaba matando de placer. Barrenaba y horadaba su acalorado y bullente ojete y notaba como presionaba los músculos de su esfínter anal para ella tener más placer anal. La aferraba y apretaba con mis manos para que el metisaca fuera más brutal y ella se miraba en los espejos como era follada por mí y me volvía a insultar salvaje y sexualmente, porque sabía que eso me gustaba. Yo me afianzaba en su ojete con mi taladrante verga y ella continuaba jadeando como una puta perra en celo.

Después de varías acometidas y que los dos parecíamos máquinas de gemir y jadear, me pidió que ya me corriese, pues ella ya no podía más de tanto recibir pollazos, porque habíamos bombeado y bombeado como lascivos seres en celo y la muy puerca se había corrido encadenadamente. Le lancé toda mi agitada lefa dentro de su ojete a la vez que la di un azote, cosa que me daba más morbo. Se fue aflojando mi rabo y salió lenta y gradualmente, pero estaba llena de todo mi caldo de macho, y ella lo fue expulsando poco a poco, con espasmos anales. Descansamos un buen rato y nos fuimos a la ducha con un olor a vicio que destilaba lujuria, desenfreno y libertinaje y allí dejamos que nos cayera el agua, mientras la buscona de mi depravada vecina Mayka, me hacía una placentera mamada.

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