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Con ojos cerrados

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Hola soy Germán y vivo en Rosario, Argentina. Tengo 23 años y mi novia 22. Hace 7 años que salgo con ella y estoy seguro que es el amor de mi vida. Hemos tenido algunos tiempos separados, en los cuales yo salí con otras chicas, pero siempre volviendo con mi verdadero amor. Ella se llama Guillermina, tiene unos ojos miel pelo enrulado rubio, un culo redondito y paradito, y unas tetas que si bien no son muy grandes son redonditos y con unos pezones largos, que son únicos.

Yo fui su primer hombre, y nunca tuvo relación con otros. Hace algo más de un año le confesé una fantasía que hasta el momento no quería hacerlo, ya que ella es una chica recatada. Y todo lo que logre con ella en cuestión de sexo fue debido al amor que nos tenemos. Lo más arriesgado que hicimos fue hacerlo en un bar. Pero sentía el nerviosismo de ella en todo momento.

Bueno, la fantasía que me anime a confesarle fue que me volvía loco la idea que ella fuera cogida no solo por mí, sino por más hombres al mismo tiempo. Claro, la reacción de ella fue de que yo estaba loco. Y me percate de una cierta mirada, mezcla de enojo y desilusión. Por eso ese día deje la charla ahí. Un día estando en su casa, desnudos sobre su cama, la hice que se pusiera de costado, con su espalda frente a mí. Yo con una mano agarre mi pene que estaba súper duro, y se lo deslizaba por la raja de su culito y el orificio de su vagina. Con mi otra mano le agarre una teta, mientras puse mi boca cerca de su oído y le susurre entre gemidos "pensá que mi pene, y mis manos son de dos hombres diferentes que están a punto de cogerte". Seguí acariciándole los senos, después subía hasta su boca y ella me chupaba los dedos, para luego acariciar su conchita y frotarle el clítoris. Luego de que acabo, ella me dijo que le súper excitó en el momento, pero que nunca podría hacer eso en realidad, porque me ama y nunca le daría la cara para serme infiel y encima delante mío.

Otro día, pero esta vez en mi casa, estando nuevamente desnudos y calientes, le dije que cerrara los ojos. Entonces me levanté y fui a buscar un consolador que había comprado. Lo escondí para que no me viera, mientras le decía que siga sin ver. La hice tumbar boca arriba y abrir las piernas. Yo me puse al revés metiéndole el pene en su boquita. Al tiempo que le metí dos dedos en su conchita. Después de unos minutos y verla excitada. Saqué que mis dedos, y le metí de un golpe el consolador en su mojada vagina. Ella di un pequeño brinco, y antes que dijera nada le dije —No te preocupes amor, es un consolador que compré para satisfacerte más, no te causara ningún daño.

Ella no chupaba como antes, parecía más tensa. Pero siguió.

—Imaginate que hay dos hombres que te están cogiendo con sus vergas duras solo para hacerte acabar una y otra vez.

Un momento después sentí que estaba a punto. Me di vuelta y la cogí violentamente. Sus gritos me aturdieron pocas veces la sentí así.

En mi mente sentía que mi fantasía estaba próxima a hacerse realidad.

Le iba a decir a un amigo que no conoce a mi novia si quería ser partícipe de una orgia.

Pero por supuesto había una posibilidad de que ella se enojara conmigo y no quiera volver a verme. De todos modos, me arriesgue, mi calentura era muchísimo más fuerte, me hacía unas pajas terribles de solo pensar en ese momento.

Mi amigo en cuestión fue compañero de la secundaria, así que solo lo encontraba de casualidad, pero una de esas veces me dio su número de celular así que podía contactarlo. Él sabía que tenía novia. Pero hacía meses de la última vez que lo había visto.

Lo llamé le dije que tenía que hablar y que nos encontráramos en un bar. Cuando nos vimos le comenté que había terminado con mi novia, y que estaba saliendo con una chica que me había confesado que le encantaría encamarse con varios tipos a la vez pero que no se atrevía. Y le propuse si quería que le cumpliéramos ese deseo. Obviamente accedió de inmediato. Después de hablar un rato él me pregunto cuántos tipos más había que conseguir. Yo le dije que máximo dos, pensando que no quería que la hagan mierda a la pobre de mi novia. Por ultimo le dije que él y los amigos vengan el próximo sábado a mi casa.

Ellos llegaron, la verdad que eran tipos agradables y de físico mas o menos como el mío (1.79 m, 75 kg). Mi novia es muy menudita y eso me calentó mas. Mi novia iba a llegar a mi casa una hora más tarde. A los chicos los hice llegar más temprano para comentarles algunos pasos a seguir y reglas.

Les dije que ellos cuando mi chica llegara, ellos estuvieran desnudos en la habitación de al lado a la mía. Esperando en silencio a que diera la señal de entrar. Les prohibí que le preguntase cosas, como por ejemplo su nombre y demás datos. Yo tenía pensado ponerle una venda en los ojos a Guillermina, que por cierto ellos no podrían sacarle en ningún momento. También tenía preparada una cámara de fotos y una de video, que los que no estaban cogiendo tenían que usarlas.

Llego la hora. Ellos se desnudaron en la habitación, esperaron mi novia llego. Estuvimos hablando unos minutos y la empecé a besar, le comenté que estaba muy caliente. Fuimos a la habitación y la empecé a calentar, pero sin sacarle la ropa. Ella estaba con un vestido y una remera, Y se veía que llevaba ropa interior turquesa con encaje que a mí me encanta.

Le dije que la quería vendar (no era la primera vez que se lo hacía hacer). Ella no tuvo problemas es hacerlo. Le coloque una venda que le tapaba bastante la cara, desde mitad de la nariz, hasta la mitad de la frente. Le dije que se recogiera el pelo. Puse música romántica pero un tanto fuerte.

La cual no solo servía para señal de que vinieran los que estaban en la otra habitación, sino también para que Guillermina no escuchara los paso y sonidos que hacían.

Me calenté sabiendo que estaba mi novia en una habitación con cinco tipos que estaban a punto de perforarla.

Ellos estaban con los penes apuntando al techo. Le ordene a mi chica que se vaya sacando la ropa despacio. Ello lo empezó a hacer, y yo me apuraba a desnudarme. Primero fue su remera, después la pollera. Ahí empecé a besarla en la boca y le decía, que yo iba a tener el control de todo, y que íbamos a hacerlo muy despacio y calmado para que sea más excitante. Y que ella no tenía que hacer nada si yo no se lo pedía. Uno empezó a sacar fotos como loco y otro estaba con la cámara.

Entonces llamé a uno de los chicos que ya sabía qué hacer, fue donde estaba ella parada y le empezó a tocar los pechos y la cola. Y a pasarle la punta de la lengua por la boca. Él se retiró un poco y yo me acerqué, sigue con los jueguitos y le dije termina de desnudarte. Ella lo hizo. Llame a otro, mientras le decía que me chupara el pene, pero solo la cabeza y que no se ayude con las manos. El tipo se puso al lado de Guillermina que ya está arrodillada con un poco de su boca entreabierta. Agarró su pija y se la apoyó en la boca. Ella sacó su lengua y empezó el lameteo. Tomé la cámara de video, y me puse solo a unos centímetros de la situación. No podía creer todo lo que estaba pasando.

Nadie aguantaba la situación. El calor de lo que iba a venir asfixiaba la habitación. Después de unos minutos toqué el hombro del muchacho para que comprendiera que teníamos que cambiar.

Entonces le dije a mi noviecita que se para, y la tumbe en la cama, para que el tercero venga y le chupara su conchita. Ella empezó a gemir. Con la lengua y los dedos que se le metían.

Luego, yo la arrastre hasta la punta de la cama, levantándole las piernas la penetré.

Todos se pajeaban, mientras registraban lo que estaba pasando.

Y ya se acercaba el momento decisivo, que ella se enterara que no era uno solo el que estaba en la habitación.

El corazón se me puso a mil cuando hice poner a mi novia en cuatro, y le dije a otro que la penetrara. Dejé pasar un momento, y mientras le ponía la verga en la boca, mientras el otro la embestía le dije —Mi amor, esta es mi fantasía, que es solo verte gozar como nunca, no rechaces la situación solo sigue gozando y dejate llevar.

El muchacho la seguía penetrando con fuerza, y ella quería decir algo, pero no se le entendía, hasta que escucho algo que salía de su boca.

—Si i i i i i i…

Entonces le metí nuevamente el pene en su boca, empecé a calentarme como nunca.

¡Mi fantasía era realidad y no lo podía creer! Que sensación imborrable.

Le dije que no se sacara la venda por nada, que así sería mejor. Yo por dentro pensaba que no quería que se la saque no solo para que no la reconozcan los tipos si alguna vez se la cruzan en esas casualidades de la vida, sino también para que ella se desinhiba más.

Seguimos en esa posición unos minutos. Lugo me recosté yo y la hice que me montara, otro se ocupó de ensartarla por la cola, y un tercero le metió su miembro en la boca, ese fue el primero en acabar y dejaba los restos de semen en su interior.

Ella estaba desconocida y me encantaba. Yo a veces paraba, y tomaba alguna de las cámaras para no perder detalle.

Estuvimos horas cogiéndola, de a uno, de a dos, de a tres. Ellos parecían rotarse sincronizadamente para no acabar rápido y seguir gozando lo más que pudieran.

Todo termino mientras yo se la clavaba por el culo, mientras ella chupaba penes y tragaba semen de los restantes.

Los llevé a la otra habitación se vistieron y les fui a despedir. Estaban encantadísimos.

Cuando volvía a la habitación no podía creer lo que veía. Mi novia estaba tirada en la cama boca arriba con las piernas abiertas y la conchita dilatada. Con todo su cuerpo y cara llenos de leche. Parecía muerta, y sé que destruida había quedado que no se sacó ni la venda. Yo apagué la música, me dirigí a ella. Le destapé los ojos, me miró y le pregunté cómo estaba. Ella me respondió "Que estaba destrozada pero nunca había gozado tanto en toda su vida".

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