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La primera de vez de Valen

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Me llamo Valen, siempre fui una chica muy sencilla, rubia y de piel blanca, muy blanca, siempre un poquito más altas que mis amigas. Yo tenía 13 años y atravesaba mi primer año en la secundaria, un nuevo mundo para mí; no era popular así que me sobraba el tiempo y desde entonces me dediqué al bailar. Me inscribí un frío día de julio en una escuela de baile moderno y desde entonces nunca dejé de asistir. Esto me dio un cuerpo espectacular, como mis amigas me decían. En esa escuela de baile me hice muy amiga de un chico llamado Samuel, que en ese entonces tenía 14 años. Desde esos primeros días nos llevábamos muy bien, nos apoyábamos en todo. La primera semana él me dijo que gustaba de mí, pero no le creí, era muy chica y tonta. A mí no me gustaba en ese entonces y no supe que decir, pero con el tiempo le agarré mucho cariño y me enamoré de él. En San Valentín, a los 15 míos y 16 de él, después de practicar me dijo que gustaba de mí, yo también pero no supe que decirle, no le dije nada, lo deje destrozado al pobre, pero yo no quería romper la amistad. Durante unos días no hablamos, pero después salió adelante nuestra amistad. Teníamos 18 años los dos y nos seguíamos llevando muy bien, como si nada hubiera pasado, salíamos, nos divertíamos juntos siempre como buenos amigos.

Era una tarde primaveral, salíamos de practicar y él me dijo que si quería ir a su casa. Yo le respondí que sí. Ya había ido muchas veces y para mí era muy normal. Eran como las 5 de la tarde y su casa no quedaba tan lejos de la escuela. Así que decidimos caminar. Él era muy caballeroso y cargó mis cosas hasta que llegamos a su casa. Ya allí, entramos y él dijo que su mamá ya debería estar en la casa, pero no era así; estábamos los 2 solos y eso me puso algo nerviosa. Él me preguntó que quería hacer, y le respondí que nos sentáramos y platicáramos y que en un rato más teníamos que merendar algo. Él me respondió que estaba bien. Platicamos y merendamos. Hasta ahí muy normal. En un momento dado, nos pusimos románticos y comenzamos a decirnos cosas muy tiernas, como si fuéramos novios. Él me acariciaba el pelo y yo le acariciaba el rostro. Él es perfecto de rostro y tiene un cuerpo marcado, como el de un atleta por el simple de hecho de que baila. De pronto, él me dijo que siempre había querido besarme. Yo solo reí y luego le dije: ''Un ratito''. Tomó mi rostro y comenzó a besarme tiernamente. Me dio un besito de niños en los labios, luego yo cerré los ojos y comenzó a besarme con mucha ternura. Como a mí me gustaba el beso, él me tomó de la cintura y yo comencé a tocar su espalda y a acariciar su cabello. Él comenzó a empujarme hacia atrás suavemente sin dejar de besarnos, haciendo que yo cayera de espaldas en el sillón y él encima de mí. Nos seguimos besando y esos besos se pusieron muy apasionados. Él comenzó a bajar los tirantes de mi musculosa, ese día también llevaba puesto un short de mezclilla muy ajustado y una musculosa blanca, holgada y con una frase en Ingles. Mis pechos no eran grandes, pero tenían buen tamaño; soy de caderas muy anchas, pero no tanto, pero estaba bien para mí. Entonces, después de que él bajara mis tirantes, yo paré y le dije que sería malo llegar a más. Él me respondió que no me preocupara y nos volvimos a besar. Los besos subían de temperatura. Yo estaba a mil. Entonces le dije que sería mejor en su habitación.

Nos paramos y subimos las escaleras besándonos y así entramos a su cuarto. Él se separó de mí, y cerró la puerta con seguro. Yo me senté en su cama, y luego él vino de nuevo. Comenzamos a besarnos y él me recostó en la cama, quedando encima de mí de nuevo. Comencé a acariciar su abdomen, y él iba subiendo mi blusa. Entonces fue que yo decidí quitarle la playera y ver su hermoso cuerpo. Comencé a acariciarlo de nuevo. Entonces comencé a desabrochar su pantalón, pero eso se tornó algo difícil para mí: al tratar de desabrocharlo, accidentalmente, mi mano rozó su parte y noté que ya estaba erecto, pero seguí con la tarea de desabrochar el pantalón. El, al ver que yo no podía, comenzó a quitárselo por sí solo. Se lo quitó y lo aventó, cayó por alguna parte del cuarto. Él ya estaba en ropa interior y sentía su miembro rozar en mi entrepierna. Eso me puso más caliente. Me quitó la musculosa y acto seguido mi short me lo desprendió y sacó. Ahora los 2 estábamos en ropa interior, nos acomodamos mejor en la cama. Para acomodarnos tuvimos que subir un poquito arriba y sentí su parte rozar por mi vagina. Eso me calentó y solté un leve gemido, el cual oyó y parece que le éxito más. Comencé a desabrocharme el bra, no recuerdo como lo hice, pero al final me lo quité y dejé mis pechos descubiertos. Él paró de besarme y se excitó más. Miro mis pechos y comenzó a besarme el cuello, pasando por mis senos hasta llegar a mi abdomen. Entonces comencé a bajarle el bóxer, yo ya no aguantaba más, quería que él estuviera dentro de mí. Se la quité y quedé sorprendida por unos segundos: su miembro estaba completamente erecto y era muy grande. Él vio como observaba su pene y comenzó a bajar mi calzón. Estando los 2 desnudos, yo comencé a asustarme con la penetración, y él también parecía preocupado, era nuestra primera vez. Me preguntó que si estaba segura y le contesté que Si, completamente. Él comenzó a meterla suavemente dentro de mi vagina y yo a sentir un ligero dolor. Gemí. Él la seguía metiendo y yo gemía de dolor. Al final la metió toda y mi último gemido fue de place. Él comenzó a moverse lentamente, estábamos los 2 pegados, nos mirábamos a los ojos con mucho amor. Yo estaba muy excitada: me había mojado completamente antes de iniciar. Él comenzó a moverse más rápido y yo gemía. Hubo un punto donde me dolió mucho y no pude evitar que salieran lágrimas de mis ojos. Él me miro con ternura y limpio mis lágrimas. Seguimos y para ser nuestra primera vez él se estaba moviendo muy bien. Yo gemía y eso a él le gustaba y le excitaba. Subimos mucho la velocidad y él empezó a gemir también. La cama rechinaba por nuestros movimientos. Él comenzó a besarme, y después pronunció un “te amo” en mi oído. Seguimos y llegué al clímax: fue mi primer orgasmo, gemí, y me sentí llena de placer. Él comenzó a besar mi cuello y noté que se corría dentro de mí. No nos importó, y cambiamos de posición. Ahora yo estaba arriba y él abajo. Comencé a brincar sobre él, mis senos iban de arriba abajo, gemía y gemía, para mí era inevitable, pero sentía riquísimo. Él me miraba a la cara y luego a mis senos. Con ojos de sorpresa, comenzó a gemir de nuevo. Ya estaba sudando. Aun teníamos mucha energía y seguimos. Noté como eyaculó por segunda vez dentro de mí, o eso creí. A él le satisfacía que yo gimiera, que pusiera cara de placer. Después de una hora, decidimos parar, nos acostamos en su cama y nos cobijamos. Él me dijo que me amaba y que jamás podría vivir sin mí. Nos abrazamos. Era un poco tarde y me preguntó que si quería usar el baño para ducharme. Acepte y nos bañamos juntos. Nos acariciamos de nuevo en la ducha.

Días después yo tenía miedo de quedar embarazada, así que me hice la prueba de embarazo ya que la regla se me había retrasado dos días y salió negativo. Fue un alivio. Nunca olvidare mi primera vez. Fue hermosa y estuvo muy bien. Ya han pasado dos años. Samuel y yo somos novios y actualmente estamos muy felices. Él tiene 20 años y yo 19 (20 prácticamente); él estudia Ingeniería y trabaja, yo estudio y continúo bailando. Nos amamos mucho. Mi primera vez fue con él y la recordare siempre.

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