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Un tío con suerte - Mi cuñada Paty

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Mi nombre es Fernando y tengo actualmente 57 años, soy viudo desde hace 24 años, de complexión gruesa, peso alrededor de 90 kilos desde los 20 años, me mantengo físicamente bien gracias al ejercicio que he hecho toda la vida, no voy a presumir de tener un amigo monstruoso, pero si llega a crecer unos 18 centímetros de largo y unos 4 centímetros de grosor, siempre ha sido muy cumplidor (aunque actualmente le ayudo un poco, tomando la famosa pastillita azul de vez en vez), tengo dos hijos ya mayores.

Las historias que les voy a contar, son sobre las mujeres de la familia de mi esposa, y la suerte que he tenido, al poder intimar con 8 de ellas (3 cuñadas, 2 concuñas y 3 sobrinas). Pues a pesar de la muerte de mi esposa y vivir lejos de ellos, nunca perdimos el contacto.

La primera historia es la relacionada con mi cuñada Paty, cronológicamente no fue la primera aventura que tuve con mi familia política, más bien fue casi la última, pero ella es la única que conoce todas las demás, por lo que me convenció de escribirlas, para beneplácito de quien quiera leerlas.

Mi cuñada Paty, siempre fue una mujer atractiva y alegre que convivía mucho con los amigos de uno de sus hermanos, el cual jugaba futbol conmigo, siempre iba a los juegos, y varios, entre ellos yo, estábamos atrás de ella. En una ocasión hace 36 años, después de que el equipo ganara un campeonato, su hermano organizo una fiesta en su casa, por lo que me prepare y arregle para tratar de conquistarla. Pero ella también invito, al que en esos días era su novio, esto sirvió, para que yo conociera a su hermana mayor, mujer que después se hizo mi novia y luego mi esposa. Mi cuñada también hizo su vida, se casó y tuvo dos preciosas hijas, y nuestra relación siempre fue buena, pero con mucho respeto, nunca se enteró de mis sentimientos juveniles.

Paty sigue siendo una mujer hermosa, a sus 52 años actuales, sigue teniendo una buena figura, con un precioso par de piernas y un súper culo (siempre fue lo mejor de ella), tal vez lo menos llamativo de ella es su pequeño busto, pero, aun así, lo mantiene firme. Hace poco más de 4 años, Paty se divorció, razón por la que nuestra relación se estrechó mucho más, pero que nunca pasó de buenas pláticas, y de la coincidencia de que nuestros hijos son de casi la misma edad.

Pero todo empezó, cuando tuvo que mudarse de domicilio, y para no verse en situaciones difíciles con las personas que le iban a hacer la mudanza, me pidió la acompañara, para que fuera yo quien tratara con ellos. Así que ese día llegue temprano a su casa, para esperar a los mudanceros, y aprovechamos para tomar un café y revisar si todas las cosas estaban empacadas. Platicábamos sobre cómo les iba a nuestros hijos y la forma como ya casi vivíamos solos, pues por sus edad ellos ya estaban tomando rumbos independientes, al estar en la recamara de su hija mayor y revisando las cajas, me dijo que tiempo atrás se había dado cuenta que su hija ya tenía una vida sexual activa, pues le había encontrado preservativos y anticonceptivos en uno de sus cajones, y que al platicarlo con ella, esta le conto, que su primer relación, fue con un hombre mayor al que ella quería mucho y que había sido de una manera muy linda, el siguiente comentario de mi cuñada fue .. “Yo sé quién es este caballero, y como me gustaría ser su amante” ... Yo me quedé perplejo por el comentario, pero acerté a contestarle... “Estoy seguro que tú siempre le has gustado”.. Para a continuación acercarme a ella y darle un beso en la boca que fue recibido con gusto por ella, seguido de caricias que subían de tono, hasta verse interrumpidas por la llegada del camión de la mudanza.

Durante el resto del día, nos ocupamos del cambio de casa, aunque yo aprovechaba cualquier momento, para contemplarla y admirarla, había momentos en que se agachaba o se empinaba, y así me daba la oportunidad de verle un poco más de lo que siempre había visto, y que en algunas ocasiones provoco que mi miembro se pusiera en estado de alerta al imaginarme como seria poseerla. Y estoy seguro que ella hacia lo mismo conmigo, pues en varias ocasiones la cache observándome fijamente.

Al finalizar la tarde y cuando los trabajadores ya se habían retirado, mientras terminábamos de acomodar algunas cosas y tomándonos otra taza de café, me dijo que sus hijas pasarían la noche con sus abuelitos y que a ella le daba miedo pasar la noche sola, por lo que me pidió pasar la noche en su casa. Lógicamente yo accedí de inmediato, es más, si ella no lo hubiera pedido, hubiera sido yo quien se lo preguntara. Por lo que dejamos de hacer cualquier cosa y nos entregamos a lo que realmente deseábamos durante todo el día, subimos a su nueva recamara para estrenarla sexualmente.

Cabe mencionar, que, aunque yo, me mantenía sexualmente activo, Paty tenía mucho tiempo de abstinencia, pues en sus últimos años de casada, su marido no le había cumplido como hombre, por lo que al principio se mostró cual una inocente niña, tímida y con miedo a lo que iba a suceder.

Nos empezamos a desvestir sin arrebatos, más bien como dos jóvenes amantes, que van descubriendo a poco, lo que ofrece su compañero.

Al quitarle la playera y su brassiere, tímidamente llevo sus brazos a sus senos, y me costó muchos besos y caricias lograr que me dejara admirar sus pequeñas, pero bien tornadas bubíes, coronadas con unos diminutos pezones, que al calor de su pasión tomaban un color obscuro increíble. Continúe besándola y acariciándola con ternura, su cuello, sus senos, su vientre (que mostraba la experiencia de los años y sus dos embarazos), sus piernas y su entrepierna, para llegar por último y después de arrebatarle una blanca tanguita y lograr que abriera ligeramente sus piernas, a una bellísima conchita, no rasurada, pero si arreglada, que al recibir mi boca, termino de abrir para así permitirme gozar de su clítoris y sus labios humedecidos por las caricias anteriores, y que al sentir que le metía mi lengua en su rajita, provoco de inmediato, un espasmo seguido de un húmedo orgasmo contenido por varios años, que la llevaron a un éxtasis total. Como se imaginaran, yo ya estaba al 100% y listo para cogérmela, por lo que después de beber sus jugos, tome sus piernas, las puse en mis hombros, las abrí al máximo y coloque la punta de mi pene en la justa entrada de sus sexo, todavía en ese momento, mi cuñada tuvo un segundo de duda y miedo, pero inmediatamente rectifico, para solicitarme le metiera toda mi estaca hasta el fondo, cosa que ni siquiera tenía que pedir, pues entre sus humedad y su experiencia, mi verga se fue hasta el fondo de un solo golpe sintiendo que hasta mis huevos entraban en aquella cueva.

Después de eso, mi cuñada se tornó de una tímida gatita a una feroz felina, que al desinhibirse completamente, tomo el mando de la situación y se comportó como la directora de una orquesta, pidiendo, exigiendo, haciendo y llevándonos a placeres incontables, gritando y gimiendo en cada arremetida, cambiaba de posición (misionero, sentados, me monto de frente y de espalda), sin permitir que mi verga saliera de su concha, manejaba los tiempos perfectamente, no permitía que yo terminara, bajaba el ritmo de sus movimientos para evitarlo y darle más tiempo al placer que estaba obteniendo y cuando sintió que pronto llegaría a su clímax, se puso en cuatro patas, me pidió que le diera con todo y que por ningún motivo me saliera de ella, pues quería sentirse nuevamente, llena de mocos. Llegamos al unísono a un estruendoso, orgasmo, del cual estoy seguro todos sus nuevos vecinos se enteraron por los gritos y gemidos que ambos dimos.

He conocido a varias mujeres llegando a un orgasmo y a otras fingirlo, pero mi cuñada Paty, es muy especial, pues goza al máximo el placer de tenerlos, grita, gime, muerde se vacía en cada uno de ellos, he aprendido a reconocer las señales que anteceden a su clímax, el cambio de tamaño de su clítoris y labios vaginales y sobre todo el cambio de tamaño y tono de sus pezones, que, en su punta, forman una boquita entreabierta que exigen una mamada.

Pasamos una noche excelente, donde nos entregamos varias veces, llenos de lujuria. hasta la mañana siguiente, cuando recién terminábamos otra cogida, oímos el timbre que nos indicaba la llegada de sus hijas, que al vernos imaginaron lo que había sucedido durante la noche, sonriéndole a su madre con picardía y con envidia.

Paty se ha convertido en una amante asidua, aceptada esta situación por mis hijos, sus hijas y su familia, más nunca hemos pensado en vivir juntos, queremos seguir sintiéndonos amantes.

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