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Noches de calor paceñas

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Bueno la historia comienza en la ciudad de La Paz en Bolivia, si tienen el gusto de conocer esta ciudad déjenme decirles, que es la mejor ciudad en cuanto a fiestas y pachangas, y tiene el transporte urbano más incómodo que pueda existir, cosa que ayuda a mi historia.

He leído un montón de relatos en los cuales una mujer sube a un bus y le da por satisfacerse con la mano lujuriosa de un desconocido, bueno bueno bueno, en este caso la mano soy yo y les contare como se siente del otro lado. Sucede que al promediar las 21:30 de un sábado cualquiera esperaba movilidad para bajar a la casa de mi cuñado, quien vivía en la zona sur, es decir el viaje era de por lo menos de una hora, en la zona principal para tomar movilidad, ese día había hecho un sol espléndido y la calor duro hasta la noche, así que me encontraba algo abrigado del tórax (con una chamarra de jean) pero con short, en ese momento pude observar la movilidad que me llevaría a la zona sur, (una movilidad que funciona como trufi, modelo Toyota Corolla) en ese momento al subir en los asientos de atrás me topé con una mujer que iba con una minifalda de infarto, no era muy mayor pero tampoco era muy joven le calcule unos 25 años, pero era morena de pelo oscuro y con una minifalda color negro con lentejuelas y su abrigo corto, de entrada note que se incomodaba con el hecho de usar esa falda tan corta pero supuse que la ocasión para llevarlo la obligaba a usarlo.

Cuando la movilidad empezó a partir, no podía dejar de verla era una morena muy hermosa y para suerte mía subió una señora de constitución gruesa que al entrar nos empujó a los dos casi a un rincón, de inmediato al sentir el toque y roses de su pierna y la mía, sentí q ella se incomodaba, debido a la calor yo me había quitado la chamarra y por casualidad cayó encima de las piernas de la belleza que estaba a mi lado, por el largo viaje y la calor reinante, el sueño reino en la movilidad ya que ella empezó a dormitar, en ese momento no podía mas con la curiosidad de sentir su piel y como sería el tocar esas hermosas piernas que había visto. Entonces por debajo de la chamarra aproximé mi mano que inmediatamente hicieron contacto con su pierna derecha, llevaba puesta unas pantys muy delgadas que al solo tomar contacto sentí un toque eléctrico que me dejo extasiado. Al no ver en su rostro ninguna reacción ya que ella estaba incluso cabeceando por el sueño, me dije a mi mismo, “veamos hasta donde puedo llegar” y si me como una bofetada ni modo, así que no me quede tranquilo tocando el costado de su pierna, puse mi mano encima de su pierna con la mano muy recta para que disimulara con mi chamarra, para poder deslizarla por debajo de su bolsón y él va y ven de la movilidad hiso el resto ya que pude tocarle la pierna a placer.

Luego de pasar un rompemuelles que en mi ciudad son muy altos, sin darme cuenta había rosado su parte intima en ese momento me dije “si con el vaivén de la movilidad subo la mano” uuuyyyyy que buena idea porque imagínense una minifalda corta, enseguida tenia entre mis dedos toda su entrepierna, estuve buen rato rozando esa parte, hasta que un movimiento intempestivo me hizo notar que ella estaba despierta ya que cuando mis dedos parecían salirse de control, ella cerro las piernas con fuerza, pero al verla sentí que estaba despierta y que suavemente gemía de placer en ese instante decidí no contenerme al impulso y seguir adelante, entramos en una zona donde los baches son la mayor parte del camino, aprovechando esos movimientos bruscos mi mano tocaba su intimidad cada momento con más fuerza, en ese instante sentí como sus piernas empezaban a ceder y se abrían como si alguien le estuviera jalando de los costados y ella luchaba por cerrarlas y a momentos la muchacha sacaba su lengua para humedecer sus labios, yo ya decidido y a sabiendas de que ella lo estaba disfrutando, por encima de su panty y su ropa interior empezó a tocar con más fuerza su clítoris que por instinto todos sabemos dónde está, estaba haciendo presión con las fuerzas que mi posición me permitía, hasta que sentí su mano que presionaba disimuladamente contra ella buscando placer, tanto fue el movimiento que sentí que me iba a venir, ella soltó un gentil gemido, y vi algo de sus ojos blancos, en ese momento yo también entraba en el éxtasis hasta terminar y las revoluciones empezaron a bajar, en ese instante me di cuenta que ya me había pasado del lugar de parada y antes de decir al conductor que iba a bajar ella se me adelanto indicando que bajaría. Al bajar le di paso y al pasar susurro “debía bajar 10 cuadras atrás”, no dijo nada más, yo lo entendí y todos muy pero muy felices aún recuerdo el aroma de su perfume que incluso creo lo utilizaba en esa parte intima toda una delicia.

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