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Peleas con mi vecino Final

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Domingo, 10 de la mañana, me levanto en plan zombie dirección al baño a las necesidades básicas, no me quería ni mirar al espejo, pero como las mujeres somos masocas lo hice, ¿por qué somos así de sufridoras??? Mira que es difícil que me levante de malas, pues en ese momento mi mal humor sobresalía de mi cuerpo como humo de cigarro ¡y cada vez a peor!!!  Los pelos no tenían forma, todo lo que faltaba a ellos los tenía en los ojos hinchados, rojos y lagrimosos, y aun peor, los rodeaba un circulo morado de ojeras horribles y feas que me entraron ganas de gritar, pegar al que se me pusiese por delante y sabia de uno que tenía todas las papeletas ganadas.

Encorajada me fui a la cocina haciendo todo el ruido posible, pegando portazos con las puertecillas de la cocina, arrastrando sillas y subí la persiana de tal manera que la rompí y ya no bajaba más, alaa a tomar por culo la persiana también, sorprendentemente cada ruido que daba mi mal humor se disipaba por momentos, pero volvía a recordar porque estaba así y volvía a volverme loca de rabia. 

Yo sabía perfectamente que el gili... estaba durmiendo todavía así que esperé un poco más para no echarme encima a los demás vecinos.

Cuando iba llegando las 12 fui abriendo puertas y ventanas además de la puerta del rellano en el cual seguían las bolsas de la noche anterior, miré el reloj y fui encendiendo el equipo de música, dando volumen poco a poco, puse mi canción preferida y lo subí al máximo, volví a mirar el reloj, esperé un minuto y me asomé al rellano, jajaja ahí estaba, odiándome a mí y a todo lo existente, le sonreí con dulzura y le saqué el dedo del medio dando un portazo.

Eso, eso fue lo que me subió la alegría y pensar que en dos días llegaban mis soles.

Mire hacia la ventana de enfrente de la cocina y ahí estaba é,l contemplándome y riendo tontamente al que le conteste más tontamente riendo como una tonta, eso no iba bien, me estaban fallando las neuronas seguro.

Ese día quería aprovechar mis días de soledad, me puse a cocinar como las locas sin dar cuenta de que me estaba pasando y estaba yo sola, pero me dio igual lo congelaría, aunque no estaba segura de que los espaguettis a la carbonara estuviesen muy buenos después de descongelar, de postre preparé una tarta de oreo riquísima a la vista, todo esto lo iba haciendo cantando y bailando con las sillas y lo que pillase por medio, me hacía falta salir y divertirme ahora que no estaban los niños, decidido esa noche iba a ir a tomarme unas copas, a pillar un poco de borrachera para olvidar un rato los problemas.

De pronto vi un reflejo en frente y resulta que él estaba mirando lo que yo hacía y me quise morir cuando pensé que me había visto haciendo la tonta con los muebles.

-¿qué estás haciendo loca? -me dijo riendo.

-pues ya ves, preparando el almuerzo...

-¿tienes invitados o qué? -levantando la ceja al ver la cantidad de comida.

-Eeeehhh… no, jajajaja es que no me he dado cuenta de que estaba haciendo tanta.

-Pues vaya desperdicio de comida, bonita.

-La verdad es que si -le contesté apenada.

-Bueno te dejo voy a ver que me preparo yo.

Al decir eso se me ocurrió que podría invitarlo a comer y hacer las paces, así por lo menos no me sentiría culpable cuando tuviese que tirarlo todo.

-¡Oye! ¿por qué no te vienes y comes aquí conmigo? Bueno eso si es que te gusta la pasta.

-¿me estas invitando?

Sip

¿de verdad?

Que siiii

¿no será una trampa?

−¡¡Que dices!! Que no, venga va, vente a comer.

El me miró con cara desconfiada.

-¡oye! Que no están envenenados ¿vale? Son espaguettis a la carbonara, simples, sin matarratas ni nada, aunque hay veces que sí que te mataría la verdad. Como cuando me he despertado esta mañana y me he mirado estas horribles ojeras, ahí te fuera matado sí.

Se rio a carcajadas y me dijo: 

-Bueno me arriesgaré, en media hora voy, pero por favor vístete ¿sí?

Me miré y colorada y airada le contesté que vale, pero que le ponía una condición.

El me preguntó cuál y riendo le dije que tenía que fregar los platos después de comer.

No me contestó y se metió para adentro.

Corriendo entre prácticamente en el armario para buscar que ponerme, joder, no tenía nada y al final decidí que como hacia buen día me iba a poner una falda negra que me llegaba al muslo y un jersey de media manga y escotazo, de ese dudé si sería buena idea, pero como todas las camisetas eran así no me iba a cambiar. Además, me venía bien para ir a tomar algo después y me puse los botines altos 

Me maquillé un poco y me solté el pelo ya arreglado y los rizos en su sitio cayendo espalda abajo.

Sonó el timbre y abrí.

Ahí estaba él mirando fijamente mi atuendo y vi que me había pasado un poco, pero para no reconocerlo: 

-¿Qué quieres? Me dijiste que me quitase el pijama ¿no?

-Ahh, ¡no nada!! Si así estas muy bien, pero… ¿Por qué tan arreglada? 

-Bueno es que después quiero ir a algún pub a tomar algo 

-mmmm ¿una cita?

-¡No no!! Voy yo sola, quiero aprovechar que todavía no han llegado los niños y después no voy a tener tiempo con ellos.

-¿qué niños? ¿Tienes hijos?? ¿A tu edad?? ¿No eres muy joven? 

-si tengo hijos, dos, niño y niña, si soy joven, pero es lo que hay, ¿vas a entrar a comer o prefieres que sigamos hablando en el rellano? No me di cuenta de que me estaba enfadando ni se porque realmente.

Dejé un hueco para que entrase y se detuvo delante de mí, yo temía eso porque teniéndolo tan cerca yo no podía pensar bien y no quería estropearlo todo otra vez, pero esta vez me sorprendió acercándose y besándome en la mejilla, un beso tierno y cálido que me removió el piso.

-¿por qué has hecho eso?

-para que no te me piques, solo era una pregunta por casualidad, no tienes por qué darme explicaciones, además me gustan los niños, dijo sonriendo lindamente que me entraron ganas de comérmelo.

-¡Anda pasa antes de que me arrepienta! 

-¡ja! Que te has creído que me voy a ir ahora que estoy denteo sin haberme comido mi comida favorita que has cocinado con tanto cariño...

-¡pero bueeeeno! Tu como tienes tanto morro gilip....

Me interrumpió antes de que dijese más nada dándome un morreo que me dejó sin respiración, apoyándome en la pared y cogiendo equilibrio. Con las mismas se sentó en la cocina esperándome.

Serví la comida y cuando me quise sentar enfrente me dijo que por qué tan lejos y le contesté sinceramente, porque cuando estoy tan cerca de ti no puedo pensar bien.

Eso le gustó porque cogió mi silla y la arrastró para dejarla lo más cerca posible de él.

¡Oh dios! ¿Por qué me hace esto?? 

Me senté, cerca suyo, muy cerca estábamos y yo ya no distinguía de movimientos y a punto estuve de tirarlo todo. 

Me cogió las manos me miró y me dijo: “tranquila y disfruta bebé, pero eso sí, separa la silla un poco que me vas a tirar la comida y estoy hambriento”.

Me reí y nos pusimos a comer, en menos de 5 minutos había vaciado el plato y me estaba pidiendo más, ¿cómo es posible con lo delgado que estaba y yo engordo con un vaso de agua?

El mundo está muy mal repartido.   

Me gustaba verlo comer así, verlo disfrutar con algo mío. Con la tarta más de lo mismo, aunque también es verdad que estaba buenísima.

Ya estaba yo más tranquila cuando volvió a acercarme más a él y me dio un suave beso en los labios. Iba a protestar por la cercanía y no dejó terminar de que hablase cuando hizo que me sentase encima de sus piernas y me dio otro dulce beso.

-Ya he terminado con la comida y me da igual que te pongas nerviosa y tires lo que quieras de la mesa.

Esa voz ronca cargada hacia que me nublase hasta la vista, pero recomponiéndome como pude, me levanté y me dispuse a fregar los cacharros para distraer la mente calenturienta, aunque mis bajos no quisiesen lo mismo y estuviera lubricando.

Vino hacia mí y me abrazó desde atrás.

-¿no tenía que limpiarlos yo? 

-jajaja era broma, tu eres mi invitado y no tienes que hacer esto.

Me apartó el pelo del cuello, y me sopló produciendo un escalofrío que llegó hasta el suelo.

-Por favor para Dije suspirando -me pones nerviosa.

Su contestación fue una pasada de lengua por toda mi nuca, haciendo que tirase un plato.

-mmmmm, por favor no me hagas esto.

Se pegó más a mi dejando sentir su cuerpo en mí, su dureza en mi culo que me hizo gemir más fuerte.

Metió sus brazos por dentro de los míos y cogiendo los platos me ayudó a fregar lo que me quedaba, acompañado de besos tiernos y marcando sus dientes que hacía que me revolviese en sus brazos, presionando más su entrepierna durísima ya. Con las manos mojadas me paso la punta de los dedos por el escote y apretó las manos en las tetas.

Me bajó la camiseta dejando asomar el sujetador y lo quitó también para sacar los pezones para pellizcarlos y humedecerlos.

-Javi...

-¿qué bebé?

-quiero más.

Me giró dejando frente a la mía suspirando y la respiración entrecortada.

Me besó, y como siempre que lo hace algo me trastocaba en la cabeza que hacía que me olvidase del mundo y de mí, las manos jugaban en la costura de las medias rozando la vagina, mmmmmmm

-me vuelves loca amor, pero no seas tan delicado que quiero que me rompas.

Él jadeo como nunca lo había escuchado y de un tirón me rompió las medias y ayudó a que me sentase en la encimera sin dejar de comerme los labios sus manos se metían en el agujero de las medias y apartaban mi tanga a un lado y recorrió desde mi culo hasta el clítoris muy despacio, tan despacio que me volvía loca de gusto, gimiendo al compás de sus gemidos porque mis manos no dejaban quieta su polla masajeando desde fuera, le desabroché el pantalón y quise agacharme para darle una buena chupada, pero él me lo impidió tirando del pelo rudamente y lamiendo el contorno de mi cara:

-No, ahora te tengo que dar las gracias por la invitación amor.

-mmmm, pues para con las manos que me voy a correr.

-¿así? 

-mmm si Javi cariño para con los dedos y métela hasta el fondo.

-mmmmm, uuuis todavía no peque, quiero que me supliques más todavía.

Y con la mano izquierda me sujetaba fuerte para que no me apartase, con las manos y a un ritmo rápido y fuerte tocando y penetrando sin parar.

-uuummm Javi mi amor ¡no pares! Oooohh sii, mmmmm uuu ¡me voy ya!!! Uffff mas ¡que me corro! 

Y así entre gritos y besos me corrí mejor que en toda mi vida.

Antes de que pudiese pedir más, él ya estaba empujando su capullo en la entrada de mi vagina, y yo lo rodee con las piernas instándole a dar rápido.

-¡shhh! Tranquilo amor, despacio que te voy a hacer daño.

-ufff vale. Hazlo como tú quieras.

Apoyó la punta en mi entrada lubricada y la metió despacio abriéndome con una presión que pensé que realmente me iba a romper, se dio cuenta y paró esperando a que mi coño se acostumbrase a la dureza dándome besos y diciéndome palabras bonitas y eróticas de rap que hacía que me mojase más.

Introdujo un poco más y paro, y así estuvo metiendo y sacando ese trozo que ya estaba bastante hondo.

-¡me estas volviendo loca de verdad!! ¿quieres follarme ya?? Rómpeme ya por favor bebé, 

Él jadeaba aguantando para no hacerme daño, pero también estaba tan excitado o más que yo, me acercó más hundiéndose de golpe haciendo que le apretase con las uñas en la espalda aguantando el dolor, ya había llegado hasta lo último de mí y faltaba más poya por meter, aun así, empezó a darme más cada vez más, a mí me estaba encantando quería más, aunque me doliese, quería sentir como me partía y volviéndolo loco y salvaje empecé a morderle los hombros para excitarlo más.

-¿así? ¿Así quiere que la folle mi perrita? Mmmm ¡así te voy a dar! 

-mmmm si amor quiero mas

-¿mas? Te voy a destrozar bebé y no quiero lastimarte.

-¡o me follas ya fuerte o paras! 

-tú lo has querido bonita.

Empezó a dar sacudidas fuertes haciendo temblar los muebles acompañados de mis gritos de goce, aunque sí que es verdad que me estaba doliendo un poco pero no quería que se diese cuenta y parase así que yo empujaba también le agarré del pelo y pedí más.

-mmmm ¡no puedo nena! ¡necesito correrme ya! ¡Oooh! 

Mmmmm hazlo y a los dos empujones mas no le dio tiempo a salir y se corrió dentro de mí, y yo, al notar las sacudidas de su poya escupiendo la lechita rica me subió un gustazo por el coño y acabé corriéndome a la vez que él. 

Se salió despacio y notaba como me desgarraba por dentro y me miraba a la cara por si demostraba algún síntoma de dolor, que controlé bastante bien hasta que salió el capullo y no pude evitar gestos de dolor.

-¿ves? Te has hecho daño por mi culpa nena. Así no se puede hacer de bruto.

-que no pasa nada y no ha sido tu culpa he sido yo la que te pedía más ¿no? Pues ya está, no quiero que lamentes más si no me vas a cortar el rollo.

Me acompañó al sofá y se tumbó también, pero separado de mí, como asustado por no saber mi reacción, y ahora fui yo la que se tumbó encima de él apoyada en las piernas y le pedí un abrazo.

-¿tú no ibas a salir a tomar algo? 

Sacudí la cabeza en negativo y me dejé envolver por el sueño me puse a su lado para no aplastarlo, me volvió a abrazar y me quedé dormida escuchándole palabras de rap en mi oído: 

 

Yo quiero una que sea tranquilita,

que me mire a los ojos y diga que me necesita,

Eso me excita, mi corazón palpita,

estoy seguro que te comería la boquita

 

Verte bonita, sorprenderte en la primera cita,

Que me debilites como si fuese cryptonita, 

Déjame mirarte bien, antes que

La luz de tus ojos, nena, me derritan...

 

Y se quedó a dormir conmigo.

 

Bueno ya se cerró la historia y quiero darle las gracias a mi " vecino" por darme la idea para poder escribir esto.

Un mmmmuaaa tan grande como eres tú, tanto por fuera como por dentro bb.

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