Nuevos relatos publicados: 13

Toda una vida en el closet

  • 5
  • 16.150
  • 9,14 (28 Val.)
  • 5

La historia mía, no recuerdo exactamente cuando fue, lo que sí estoy segura es que sucedió y desde ahí he vivido con esto.

Empecé por sentir una sensación al ver la ropa de mi mama, en aquel tiempo usaba ropa interior mata pasiones, pero aun así me llamaba mucho la atención, pero no como atracción, sino como un deseo por usarla.

Vivíamos en casa de la abuela, fui un niño normal claro entre comillas. mi madre siempre quiso que yo fuera niña, me decía que si así hubiese sido me vestiría con ropita y me peinaría como toda una niña.

Razón por la cual siempre tuve deseos de sentir la ropa puesta en mí.

Lo hice y poco a poco sentía mas deseos de usarla, y cuando se presentaba la ocasión de que estuviera solita, pues como comprenderán lo hacía, con mucho temor, pero con muchas ganas por sentir esa adrenalina recorrer mi cuerpo.

Los que lo han hecho saben de lo que les estoy hablando, sentir la ropa femenina en el cuerpo es algo que no tiene explicación pero que en nosotras nos causa un placer enorme.

Quiero contarles que no solo era la sensación de sentir la ropa puesta, mi imaginación iba más allá, el deseo de estar con alguien del mismo sexo. Comencé por introducirme el rastrillo, hasta llegar a meterme el palo de la escoba.

Mi primera relación homosexual fue con un homosexual declarado, con el cual tuve solo un contacto, me mamo el miembro hasta hacerme venir en su boca, no le costó trabajo ya que había puesto una película pornográfica antes.

Me quiso besar y lo evadí porque sentí asco, me arrepentí de no haberlo hecho ya que era mi oportunidad de sentir en mis manos un miembro que tanto había soñado.

Pero lo mío era en primer lugar el estar vestida de mujer, eso es lo excitante para mí, con ropa sexi, zapatos de tacón alto en especial las sandalias de tacón corrido, usar hilo dental, baby doll, minifaldas, vestidos ajustados, usar peluca, pintarme las uñas de pies y manos y sobre todo la cara. 

Me case, y creí que jamás volvería a mi mente esa idea, que equivocación porque al tener tan cerca ropa de mi mujer más sensual, fue donde ese deseo se volvió realidad y sobre todo que fue más seguido. Jamás pierdo la oportunidad de hacerlo cuando estoy solita. cada vez he mejorado más, he aprendido a pintarme y a caminar con zapatillas.

Por medio del internet y de páginas de parejas y de amor, fue como conseguí mi primera cita con un hombre que dijo que le gustaba la gente como nosotras, sin tanto rollo quedamos de vernos. Me vestí con una tanguita, un baby doll me puse mucha cremita en las piernas, guardé mis zapatillas en una bolsa, me puse un short una sudadera y unas sandalias de piso. Llegue al encuentro me subí a su camioneta y comenzamos a charlar un poco, me decepciono el encuentro porque yo iba decidida a todo, y el solo quería conocerme e invitarme a que lo acompañara vestida de mujer a un antro en otra ocasión. Yo le decía que quería tener sexo, que mínimo me dejara tocar su miembro y mamarlo, lo único que conseguí fue que me introdujera un dedo en mi ano que estaba deseoso.

La segunda cita sí que fue mucho mejor, claro con otro hombre, quedamos de vernos yo guarde toda mi ropa en una mochila en mi carro. Iba nerviosa, pero con muchos deseos de hacer realidad mi sueño. Llegué al encuentro, el me esperaba en una avenida me dio las referencias de cómo iba vestido, lo encontré pronto, rápidamente nos pusimos de acuerdo que lo más ideal era un motel. Así fue, el pago, subimos al segundo piso, no tardo nada en sacar su miembro y me dijo que a lo que veníamos, yo quede muda de la sorpresa era un miembro de muy buenas proporciones, solo que yo no estaba vestida de mujer, solo tenía mi tanga puesta debajo del short, pero no podía desperdiciar ese rico manjar y me abalance a él. Le baje el pantalón, su bóxer e inmediatamente comencé a mamárselo, hasta que después de un buen tiempo me pidió que me preparara para que me cogiera, le dije que me esperara a cambiarme porque mi deseo era hacerlo siempre vestida de mujer. me puse cremita le puse cremita a él y se dio lo que se tenía que dar, me introdujo todo ese miembro dentro de mi hermoso culo, me pajeo hasta hacerme venir, para posteriormente terminar el, por supuesto con condón. Más adelante les contare un poco más de la segunda ocasión que he tenido sexo, han sido solo tres veces, yo quisiera que fueran más. Sera en otra ocasión, saludos.

(9,14)