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El super cornudo. Capítulo 3: En mi casa

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Durante la semana estuvimos platicando sobre lo ocurrido y con lo bien que lo paso con mi jefe y estaba pensando invitándolo a comer a casa, a mí me pareció buena idea para conocer más acerca de la persona que ha cambiado nuestro matrimonio, decidimos que fuera el miércoles el día de la cena ya que era el día que menos trabajo teníamos en la oficina, mi esposa fue la que se encargó de invitar a mi jefe, la comunicación entre ellos era cada vez mejor, les comunicamos a nuestros hijos que ese día estuviesen presentes en la cena.

El día de la cena llego yo me salí puntual del trabajo y mi jefe se quedó a terminar unos asuntos, después de un par de horas mi jefe se presentó en mi casa con una botella de whisky de la mejor calidad

-Cesar: buen día a todos, es un gran honor para mí conocer a la familia de mi gran empleado, unos hermosos hijos y que decir de tu esposa, es una bella y espectacular mujer.

Nos juntamos todos en la mesa y mi esposa empezó a servir la cena que había preparado, empezamos a platicar de cosas sin sentido, le presente a mis hijos y empezó a platicar con ellos sobre las actividades que se realizan en la oficina y les decía que si seguían estudiando él les puede ofrecer trabajo, por lo que mis hijos trataron de ser amable con él.

Poco a poco conforme siguió la cena, empezó a hacer efecto el whisky todos estábamos muy alegres y contentos con la compañía, mi jefe se entendió muy bien con mis hijos en especial con mi hija la mayor Laura la cual era la más risueña de la noche, por su parte mi esposa trato siempre con amabilidad a mi jefe con un ligero coqueteo

La cena transcurrió hasta altas horas de la noche, mi jefe y no se nos pasó la mano con el whisky y por el cansancio era muy complicado que alguno de los dos pudieran manejar con prudencia, así que mi esposa propuso que mi jefe se quedara la noche a dormir en nuestra casa, contábamos con habitación para huéspedes la cual estaba a un lado de nuestra habitación y era normal que las visitas se quedaran de vez en cuando por lo que mis hijos no pusieron objeción alguna de que mi jefe se quedara,  mis hijos se despidieron pues tenían que dormir ya que el siguiente día tenían que asistir a clases, y nos quedamos los tres (mi esposa, mi jefe y yo) en el comedor, por lo cual mi jefe no perdió oportunidad y empezó a besar y a tocar a mi mujer.

-Cesar: que gran idea tuviste al dejar que me quedara en tu casa

-Sandra: no puedo dejar a un hombre tan guapo y tomado que se fuera solo a su casa, además que desde la última vez que te vi no dejo de pensar en ti.

Mi esposa se sentó sobre mí jefe quedando frente a frente y se empezaron a besar de forma apasionada, después de unos momentos en donde los ánimos fueron subiendo de tono mi mujer decidió acompañarlo a lo que sería su habitación esa noche.

 -Sandra: ahhhh, será mejor que te indique donde pasaras la noche, porque aquí nos pueden ver mis hijos jajaja

Subimos a las habitaciones, mi mujer le mostro el baño y nuestra habitación de matrimonio

-Cesar: ¿así que es aquí donde duermes y coges con este cornudo?

-Sandra: así es, aunque la realidad es que tiene meses que no cogemos juntos, acompáñame te enseñare tu habitación.

-Sandra: ¿mira que te parece? Espero que te sea cómodo, está cerca el baño y si gustas puedes darte una ducha mañana temprano.

-Cesar: me parece perfecto, solo espero darte las buenas noches

-Sandra: ponte cómodo y en un momento regreso.

Mi mujer regreso a la habitación conmigo y del armario empezó a sacar la ropa interior más sexy que tenía, encontró un baby doll blanco con encaje que incluía ligueros, medias blancas que la hacían lucir espectacular, se maquillo un poco más y se puso unos tacones blancos que le hacían lucir más alta.

-Sandra: bueno mi amor, pasare la noche con tu jefe en nuestra casa espero que no te moleste

-Yo: claro que no me molesta mi amor, que te la pases muy bien, que tengas una excelente noche

-Sandra: gracias cornudito, descansa.

Mi mujer salió de nuestra habitación con paso firme y decidido a poner me los cuernos en mi propia casa, la verdad es que toda esta situación lejos de incomodarme me ponía más cachondo, el imaginar que mi mujer se montaba con mi jefe me ponía a tope.

Al poco tiempo se empezaron a escuchar el ruido proveniente de la habitación de huéspedes esto era normal al estar muy cerca de nuestra habitación, sin darle mucha importancia intente conciliar el sueño, después de unos 30 minutos se escuchó mi celular, era Sandra.

-Sandra: ahhhh mi amoooor puedes venir a la habitacioooon un moomentoooo – fue lo único que me comento mi mujer y colgó el teléfono, yo me puse nervioso, no sabía si obedecer a la orden o no, no sabía con qué imagen me iba a encontrar al abrir la puerta, después de caminar por toda la recamara decidí obedecer la orden, me acerqué a la puerta y toque.

-Sandra: pasaaa, se escuchó la voz de mi mujer, autorizando que entrara a la habitación.

Se encontraban en la cama dentro de las sabanas, se alcanzaba a distinguir algunas prendas tiradas en el suelo, pero era difícil identificarlas porque se encontraba la luz apagada, dentro de las sabanas se encontraban ellos descansando.

-Sandra: ¿amor nos puedes hacer un favor enorme?

-Yo: si claro, díganme

-Sandra: puedes ir al carro de cesar por un lubricante que tiene ahí guardado

-Yo: a ok

-Cesar: las llaves están en mi pantalón, búscalas cornudo, el lubricante está en la guantera del auto, tráelo lo antes posible si no quieres que tu mujer sufra jajaja –después de este comentario le doy unas cuantas embestidas a mi mujer estando por debajo de las sabanas.

-Sandra: apuraateee a buscarlas amoooorr

-Cesar: y de paso traes un par de condones mas

Encontré el pantalón de mi jefe y por consecuencia las llaves de su auto, salí de la habitación con dirección al auto de mi jefe, al entrar en el empecé a buscar en la guantera y lo encontré, ahí estaba el lubricante que me indicaron, me quedé impactado cuando vi que se trataba de un lubricante anal, Salí del auto y me dirigí de nuevo a la habitación sin creer lo que estaba a punto de suceder, mi mujer nunca me había permitido tener sexo anal con ella.

Llegue nuevamente a la puerta de la habitación y se escuchaban los gemidos de mi mujer, que no se detuvieron para dejarme entrar

-Sandra: pasaaa, cornudooo

Esta vez mi mujer se encontraba a cuatro patas sobre la cama mirando hacia la puerta y mi jefe detrás de ella metiéndole toda la verga,

-Sandra: que bueno que llegaaasteee.

En ese momento mi jefe dejo de montar a mi mujer, se bajó de la cama y se acercó a mí para pedirme el lubricante, por primera vez veía la verga que le entraba a mi mujer con mi consentimiento, estaba totalmente erecto y apenas si le quedaba el condón

-Cesar: si gustas te puedes quedar a observar el espectáculo, no me gustan los espectadores, pero por ser por ti puedo hacer una excepción.

No sabía qué hacer, estaba muy nervioso y excitado a la vez que no pude pronunciar una sola palabra

-Sandra: si cornudo quédate a ver cómo me encula mi macho

-Cesar: que puta eres Sandra, ¿no te da vergüenza estar a cuatro patas esperando la verga de otro hombre en tu casa y con tu marido enfrente?

-Sandra: no, no me da vergüenza y sé que él está disfrutando mucho este momento incluso más que yo jajaja, ha esperado mucho verme con otro, verdad mi amor?

-Yo: si, así es.

-Cesar: cuantas veces haz visto enculada a tu mujer por otro hombre

-Yo: ninguna

-Sandra: obvio que ninguna vez, jajaja esta es la primera vez que ve a su esposa con otro hombre

Me senté al borde de la cama a observar el espectáculo, mi jefe destapo el envase del lubricante y empezó a ponérselo al trasero de mi mujer la cual se encontraba a cuatro patas mirando a un costado de la cama.

-Yo: ¿cuantas veces has tenido sexo anal Sandra?

-Sandra: ay tontín pues esta es mi segunda vez que lo hago, la primera fue la semana pasada cuando tú mismo nos llevaste al hotel jijiji

Mi jefe termino de ponerse un nuevo condón y empezó a penetrar el trasero de mi mujer, la escena era de lo más épica, mi mujer hacía gestos de dolor que poco a poco fueron desapareciendo mientras pasaba el tiempo y se adaptaba a la verga de mi jefe

-Sandra: Ayyyyyy Ayyyyyyyyy!!!!

-Cesar: relájate para que tu ano se acostumbre al tamaño de mi verga, cornudo dale ánimos para que aguante la enculada

-Yo: vamos amor resiste, yo sé que tú puedes lograrlo

A mi mujer se le salían las lágrimas del dolor sin embargo poco a poco se fue adaptando y hasta disfrutar de la enculada que duro aproximadamente 15 minutos en los que mi jefe no saco en ningún momento su verga del culo de mi linda esposa

-Sandra: Ayyyy no pares continua, esto me está gustando cada vez mas

-Cesar: que culo tan apretado tiene tu esposa, Saúl, me la estoy pasando de lujo

-Sandra: Ahhhhhhhh

-Cesar: Ahhhhhhh, - dando un fuerte empujón se vino dentro del culo de mi mujer

MI jefe se quitó el condón manchado por fuera y lleno de semen por dentro, se acostaron en la cama agotados de la cogida.

-Sandra: Ahhh que buena cogida me acabas de dar, me encanto todo, me estoy volviendo adicta a ti

-Cesar: jajaja siempre pasa eso, pero no te preocupes conmigo nunca te hará falta una buena cogida.

Mi jefe le dio unos buenos besos a mi mujer en forma de agradecimiento por la cogida

-Cesar: bueno creo que es hora de dormir, por hoy ha sido suficiente

-Sandra: cornudo, encárgate de limpiar los condones del suelo y vámonos para la habitación para que mi macho pueda descansar.

Hice lo que mi mujer me pidió, recogí los condones usados del suelo manchándome un poco del semen y los tiré por el baño, nos despedimos de mi jefe y nos marchamos para nuestra habitación.

-Sandra: mi amor, estoy muy agradecida contigo, he disfrutado muchísimo todo lo que hemos pasado, nunca pensé que esto me gustara me estoy volviendo adicta a ponerte los cuernos y cada día quiero más, espero que entiendas que esto es solo placer sexual y que mi amor por ti sigue intacto incluso crece cada día mas.

-Yo: me agrada mucho lo que piensas, y quiero que sepas que yo también disfruto mucho estas situaciones al igual que ti mi amor crece cada día más por ti, cada que tu disfrutas yo disfruto contigo, me gusta ser tu cornudo.

-Sandra: bueno pues a dormir.

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