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La soledad de los llanos (Capitulo 5)

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CAPITULO V

VISITANDO VIEJOS AMIGOS. LA MAQUINA JUSTICIERA

El cuartel estaba repleto de asesinos sin escrúpulos ni corazón. Había pasado un mes desde una masacre donde mataron a 15 agricultores que se habían apoderado de tierras que no les correspondían. Este grupo de mercenarios, ex –revolucionarios y combatientes de cristeros[1] se les conocía como La Cordada. Ante la prensa eran simplemente una especie de Policía que se encargaba de mantener el orden social con métodos dudosos. La Cordada era liderada por Tadeo Jiménez. Un experimentado militar originario de Matamoros Tamaulipas. Fue encargado de un sin número de ejecuciones y asesinatos a nombre de sus jefes; El General Lucio Blanco y el Coronel Francisco Mujica. Estos dos oficiales de alto rango fueron encargados de hacer el primer reparto agrario en el país en 1913. En decenas de ocasiones enviaron a Tadeo Jiménez a desalojar los antiguos propietarios de esas tierras. Esto desencadenó una ola de homicidios los cuales jamás salieron a la luz pública. En 1914 Tadeo conoció a Rafael Garza Cantú y juntos fueron delegados en diversas campañas armadas por Aguascalientes, Puebla, Oaxaca y Veracruz. Una vez terminada la Revolución, Tadeo y Rafael encabezaron un proyecto que tenía como plan establecer un grupo de “limpieza” llamado La Cordada o Acordada. Esta se encargaría de componer situaciones que afectaran a los Gobiernos Municipales, Estatales, y en algunos casos a nivel Federal. Fueron conocidos como “la mano de hierro”. Aplicaban su método peculiar de justicia donde sea y contra quien sea. La Cordada puso un alto total a todos los bandoleros que acechaban el norte del país. Si había algún grupo de alborotadores que amedrentaban a la ciudadanía. La Cordada los visitaba y curiosamente desaparecían. Si en un baile se desató una balacera y la Policía Local no podía con los envueltos en el pleito. La Cordada llegaba y arrasaba con todos los implicados. Era tal el impacto de este grupo que cada vez que llegaban a un pueblo buscando objetivos, el resto de los ciudadanos corrían despavoridos y se escondían en sus casas. Aun y cuando Los Cordados eran ordenados no atacar ningún civil. Sin embargo, la respuesta singular de Tadeo sobre dicha orden era la siguiente:

-cualquier persona que porta un arma “no es civil”-

Para 1929 “la mano de hierro” dejo de hacerse cargo de casos de menor importancia. Por más de 5 años habían puesto las cosas muy claras, “EL QUE SE PORTA MAL SE MUERE” ¡así de simple! En ese momento El Gato se separó de Tadeo y se dedicó a trabajar por su cuenta.

***

El encuentro no fue nada amistoso. El Gato tenía más de 3 años de no ver a su ex-amigo y compañero Tadeo Jiménez. Pero ésta vez, la situación lo ameritaba.

-así que le dijiste al huerco quienes mataron a su apá- preguntó serio Tadeo.

-ehi-  afirmó El Gato de manera relajada mientras comía una naranja.

- ¿y le robaste el dinero me imagino?- agregó Jiménez.

-¡así es¡- contesta sarcásticamente Rafael.

-nunca se te quitó lo collón[2]-exclamó Tadeo.

El Gato lo observó retadoramente. Segundos después le regaló una falsa sonrisa.

-debe ser muy miserable deberle la vida a un collón, ¿o qué?..¿ya no te acuerdas que te

salve en Oaxaca y Veracruz?-

Tadeo cambió su semblante y fastidiado le contestó:

-¿otra vez la misma canción?.. ¿no te sabes otra con cuál joderme?-

-no pos... nomás me quedo pensando que tal vez no debí hacerlo- sonrió Rafael mientras despellejaba una pequeña mandarina.

Este sarcasmo causó que Tadeo sacara su AS bajo la manga. Creía que El Gato siempre quiso ser el líder absoluto de La Cordada. Entonces hizo referencia a su poder.

-mira Gato, para ser el líder de La Cordada se necesitan “Huevos”… muchos “Huevos”, se necesita tener lealtad..¿ y tú?.. bueno, tú no tienes nada de esas dos cosas, ni Huevos, ni lealtad-

Garza lanzó una mirada penetrante y solo se limitó a contestar con una palabra. Sin un parpadeo replicó lo siguiente:

-Puebla-

-¿Que tiene?- respondió Tadeo.

-también te salve en Puebla- sonrió nuevamente Rafael.

El líder de La Cordada recordó aquellas viejas anécdotas y no le quedó otra opción más que aceptar los hechos históricos. De todas maneras, Tadeo le hizo saber al Gato quien mandaba.

-eso ya paso, ahora yo soy el jefe te guste o no… así que no me canses, no te aproveches de mi agradecimiento-

Garza rápidamente le contestó a su más puro estilo.

-¿agradecimiento?... ¿Huevos?... ¿Lealtad?... ¿qué chingaos es eso?...  ¿con quién te estas juntando?... ¡ah ya se!... ¡ya deja de fumar mariguana cabrón! -. El Gato carcajeó por unos segundos.

-¿Que vas a saber de esas cosas tú?- contesto sereno Tadeo.

La carcajada de Rafael se transformó en ira.

-¿Qué voy a saber de eso?..¡no me hables como si fuera un pinche niño!.. yo no soy uno de tus pendejetes que se tragan todo lo que les dices. Tu y yo pasamos por las mismas circunstancias, nos la rifamos y aquí estamos dando lata todavía… ¿y tú?... tú estás dando lata gracias a mí, ¡que no se te olvide!-

Tadeo tomó su arma mientras el Gato siguió hablando.

-¿Huevos?...¡Pancho Villa y Zapata eran de muchos huevos y mira como terminaron!.. Felipe Ángeles era el hombre más leal que he conocido y también se lo cargo la chingada… ¿y el agradecimiento?... bueno, ese te lo puedes meter por donde quieras, tus ojos dicen cualquier cosa menos que están agradecidos-

El líder Cordado contuvo su rabia con mucha dificultad, no obstante hizo planes a futuro.

-tus palabras son de poco vivir Gato, y pareciera que quieres vivir poco porque hablas mucho, por menos de eso he matado a más de uno-

Ante estas palabras, El Gato volteó a su alrededor. Se percató que estaban solos dentro del cuartel, y entonces regresó su mirada a Tadeo.

-buena suerte que no me escuchó nadie- El Gato se levantó de la silla y se dirigió a la puerta de salida.

-no me mataras Tadeo, yo soy el único que sabe para dónde arrancó el huerco-

-lo puedo averiguar- exclamó Jiménez mientras acariciaba su pistola.

-pos sí, pero te vas a tardar mucho tiempo… ¿y sabiendo cómo eres de desesperado?-

Los dos pistoleros salieron echando chispas de aquel pequeño cuarto. El Gato montó su caballo mientras Tadeo alcanzó a dos de sus hombres y les comentó su plan.

-tan pronto jallemos[3] al huerco.. matan al Gato-

-ta bien jefe-

***

UN VIAJE LARGO

 

La muerte de Adolfo Villarreal causó gran revuelo en todo el noreste de México. La cabeza del joven bandido ya tenía precio. El mundo civilizado lo explicaba de la siguiente manera:

Se ofrece la recompensa de $5,000 pesos a quien de información que nos lleve a la captura de Juan “Chacho” Garza, buscado por asesinato y robo a mano armada en la región de Reynosa Tamaulipas

Mientras tanto, en el “bajo mundo” se corría la voz de manera diferente. Se comentaba una recompensa de $10,000 pesos por la cabeza del muchacho. Los asesinos a sueldo de Tamaulipas y Nuevo León ya estaban en la búsqueda. Para estas alturas ya iba muy lejos. Fuera del alcance de la autoridad, pero cerca de los cuatreros y matones. La información que se conocía del joven bandido era errónea. Los medios que cubrieron la nota se basaron en los testigos del suceso. ¿Juan “Chacho” Garza? ¿de dónde sacaron ese nombre? Tal vez sus compañeros de trabajo lo conocían por Chacho, y al momento del asesinato varios testigos lo escucharon mencionar algo parecido a Juan Garza.  La prensa supuso que ese era su nombre. Sin embargo, la afirmación sobre su estatus de bandido, aparte la confirmación de varios “robos” a mano armada fueron una vil mentira. Una estrategia mediática para darle más relevancia al malhechor y al suceso.

***

La negra noche cayó mientras el joven buscaba donde conciliar el sueño. 5 días de cabalgar eran demasiados. Tanto para él como para su corcel aliado. Después de tanto buscar, el jinete divisó una loma la cual le pareció perfecta. En caso de ser buscado el sería el primero en ver a sus perseguidores desde lo alto. Tendría el tiempo para planificar un escape. Cabalgó lentamente hasta arriba para después bajarse de su caballo. Le quitó la montura y trató de dormir, pero no lo consiguió. En la quietud de la noche se sintió completamente solo. Reflexionó sobre lo sucedido. Contempló los llanos sentado debajo de un árbol mientras calentaba sus manos en una tibia fogata. El frio de la madrugada lo obligó a taparse con su sarape e intentó dormir nuevamente. Había que levantarse con mucha energía. Les esperaba un viaje largo hasta tierras jaliscienses; Antes de cerrar sus ojos por completo, el joven sintió la presencia de alguien. <<me pareció ver una sombra>> Se levantó de inmediato con pistola en mano, pero después de cerciorase que no había nadie se acostó. Esta vez sí quedo profundamente dormido.

***

En aquel preciso momento Luis se encontraba en Villa de Padilla. Intentaba llegar hasta Matehuala. Supuso que sería un camino más largo, pero también sabía que no corría riesgos tan grandes como por otros senderos. Cabalgó entre veredas y atajos. Siempre trató de sacar la vuelta a los pueblos grandes. Era probable que la gente estuviera mejor informada y lo identificarían de alguna manera. Evitó pasar por San Fernando y por Ciudad Victoria. Tomó la ruta de pequeños pueblos y ejidos donde a veces pedía posada para quedarse a dormir. Cruzó llanuras y veredas hasta llegar a San Luis Potosí. No pudo evitar sentir nostalgia. Por cada galope de su caballo recordaba a sus amigos potosinos. Al llegar la noche el muchacho galopaba a paso lento. Iba serio y pensativo. No podía quitarse de la mente la imagen del asesinado. En voz baja y sollozante se decía a sí mismo: <<¡Mate un Hombre! >>. El sentimiento de culpa lo embargó, pero después de recordar la razón de su salida su pena disminuyó. Esa noche no pudo conseguir posada en ningún lugar, así que tuvo que acampar otra vez a la intemperie. De nueva cuenta la soledad de los llanos se apoderó del joven vengador. Definitivamente no le gustaba el estilo de vida de los mercenarios. Más él se diferenciaba de ellos por una fuerte razón. No buscaba dinero sino revancha. Antes de que la obscuridad lo cegara por completo, el joven se dispuso a construir un refugio para descansar. No pudo cazar ningún animal comestible por lo que se aguantó el hambre y se fue a dormir.

***

EL ENEMIGO NOS ACECHA

-¿Esteban?.... ¿Esteban?... ¿Amalia no has visto a tu hermano?-

-si mama, creo que está en el estudio… ¡ESTEBAN!- gritó estruendosamente la

adolescente.

-¡no grites niña¡- reprimió su madre.

-¡mande¡-respondió el hombre a la distancia.

-¡te busca mama¡- vuelve a gritar Amalia ante el desapruebo de su progenitora.

-aquí estoy, ¿qué paso madre?-

-¿ya supiste lo que pasó en Reynosa?- pregunta sumamente preocupada la señora.

El hombre cambió su semblante repentinamente y le pidió a su hermana que los dejara solos.

-no, no se…. ¿Qué pasó?-

-asesinaron a Adolfo Villarreal- expresó la señora con asombro.

-no me extraña, era un hijo de puta... perdón por la palabra madre-  agachó su cabeza avergonzado.

-El periódico dice que fue un muchacho llamado Juan Garza, yo creo que se equivocaron como siempre, debe ser el hijo de Juan de la Garza- La señora azotó el periódico hasta el suelo.

-madre, no tiene de que preocuparse, Adolfo Villarreal tenía muchos enemigos, pudo haber sido cualquiera-

-de todas formas, prepárate- exigió la señora.

-está bien, madre- asintió Esteban.

***

EL SEGUNDO EN LA LISTA

UN HOMBRE VALIENTE

El frio empezaba a hacerse notar en las tierras que pisaba el vengador fronterizo. Este joven no se acostumbraba a la nueva temperatura. Venía de tierras extremadamente calurosas. Las dos semanas cabalgando y el intenso cambio de clima le confirmaron al vaquero que estaba muy cerca de su destino. Al fin había llegado al Estado de Jalisco. Tierra donde se encontraban otros dos rivales de su lista. Su aspecto era descuidado, su barba estaba crecida y la suciedad era palpable. Toda la gente en su camino lo identificaba plenamente como un fuereño[4]. Más aún, norteño. Su atuendo no era común por aquellos lugares. Vestía con mezclilla, cuera tamaulipeca, sarape y sombrero estilo tejano. El joven bandido se encontraba en la tierra de los Charros. La topografía era diferente. Pisaba tierra fértil, los magueyes eran más abundantes que los nopales tuneros de San Luis Potosí. Estas características anunciaron al muchacho que había arribado a su destino. Al pasar una carreta, el fuereño les pregunta:

-Buenas tardes-

-buenas tardes joven-

-¿me podría decir cuánto me falta para llegar a Jalisco?-

-en Jalisco ya esta joven-

-¿de veras?-

-sí, ¿a dónde quiere ir?-

-pos viera que lo que quiero ahorita es un lugar donde pueda descansar-

-¡ah¡ ..mire, si se va por la brecha del Maguey, unas 7 leguas va a llegar a la Tinaja. Allí puede descansar, ora[5] que si no encuentra en la Tinaja, pos sígale hasta Bajío de San José. Allí es el pueblo grande, allí si tiene que encontrar-

-Magueyes ahí por todos lados... ¿Tinaja? ¿Bajío de San José? ..... usted me disculpará, pero yo no soy de aquí, no conozco-

-no sé apure, ve esa brecha de allí, -apuntó con la mano-..  por allí todo derecho, son 15 leguas[6] a la Tinaja y otras 20 para Bajío de San José-

-pos así sí.... oiga... ¿y cuánto me falta para San Miguel el Alto?-

-¿hasta San Miguel??..¿a caballo? … ¡uuuh pos como día y medio!-

-ta bueno, pos muchas gracias... ¿Cómo se llama usted?-

-Dionisio-

-una última pregunta Don Dionisio-

-claro muchacho, adelante-

-¿porque me topo tanta gente?, hay mucho alboroto, ¿Qué fecha es?-

-hoy se cumplen 12 años que acabó la Revolución, es 20 de noviembre-

-muchas gracias Don Dionisio- <<llevo 18 días cabalgando>>

El vaquero no se detuvo hasta Bajío de San José. Una vez allí, buscó una fonda para comer y también se quedó a dormir. Limpió su ropa y bañó su caballo. Después prosiguió su camino hasta San Miguel el Alto donde visitaría a su segundo rival. Don Agapito Ramírez.

***

El Joven Pistolero llegó a San Miguel el día 22 de noviembre de 1933. Tenía la intención de conocer a fondo a su enemigo. ¿Qué hacía?, ¿A qué se dedicaba?, ¿A dónde salía?, ¿Con quién se relacionaba?, ¿Dónde vivía?, ¿tenía familia?. Por una semana investigó todo acerca de Don Agapito Ramírez. Le hizo creer a la gente que buscaba trabajo y le habían recomendado al mencionado hombre. De nueva cuenta aprovechó la franqueza de la gente en la cantina para obtener la información que requería. El muchacho visitó también varias fondas y restaurantes en el pueblo. Recolectaba información acerca de su enemigo y después se regresaba a una pequeña pensión[7] a dormir. El dinero se acabó. Así que pronto se puso a las órdenes de la familia Domínguez. Eran dueños del jacal donde pedía posada y también poseedores de un pequeño rancho en San Miguel. Los Domínguez necesitaban un caporal que pudiera amansar potros salvajes. Este era el trabajo perfecto para Luis. De esta manera laboró con familia hasta días antes de navidad.

***

BUSCADO POR “LA MANO DE HIERRO”

-¿ya se te pasó el coraje?-

-ya no le busques Gato-

-ta bien, entonces… ¡manos a la obra!-

-¿si tu fueras el muchacho para donde arrancarías primero?- cuestionó Tadeo.

El Gato sopesó las opciones por un par de segundos. No quería mencionar toda la información. Desconfiaba totalmente de Tadeo. Sabía que una vez revelados los poblados donde se encontraban los objetivos, iba a ser asesinado cruelmente. Sin embargo, pronto resolvió la situación.

-¡si yo fuera el huerco iría tras Agapito Ramírez!-

-¿y donde esta?- preguntó con fastidio el líder Cordado.

El Gato sonríe y le contesta.  -creo que me tendrán que seguir-

Tadeo no dio importancia a la respuesta y prosiguió con el plan. Ordenó a su pelotón que se alistaran. Dentro de poco tiempo emprenderían el tour extenso para aprehender al joven asesino de Adolfo Villarreal. Había 3 recompensas por el muchacho. La oficial por parte del gobierno, la cual brindaba $5,000 pesos. La personal que había sido ofrecida por los hermanos del difunto. Ellos pagarían $10,000 pesos por su captura o asesinato; y por último. La recompensa externa que era financiada por un anónimo. Este otorgaba $5,000 pesos por su muerte. Las cantidades eran extremadamente altas para un joven que acaba de comenzar su carrera criminal. Solo llevaba un asesinato. Sin duda la prensa lo infló para así llamar la atención pública.

***

Un regimiento de 60 hombres con historial militar fue comandado por el “General” Tadeo Jiménez. Entre sus abastecimientos contaban con arsenal militar de infantería. Este se almacenó en 5 camionetas Chevrolet Modelo 1930.  También contaban con 3 vehículos Ford modelo 1933. En ellos viajarían Tadeo y sus escoltas personales. El resto del escuadrón iría a caballo.

-pos tú dirás Gato… ¿pa dónde?-

-dale pal sur-

-muchachos… ¡pal sur¡-

Los pistoleros gritaron a todo pulmón. Provocaron un ruido ensordecedor tras las órdenes del jefe.

-más vale apurar el paso- exclamó Rafael El Gato.

-¿porque?- preguntó curioso Tadeo.

-uno de los matones es el Lobo y pos… no quisiera que se lo hallara primero-

-¿Lobo Rodríguez?- cuestionó sorprendido el líder criminal.

-el mismo- respondió el Gato.

-¡que huerco tan huevudo[8]¡- exclamó Tadeo con una sonrisa aprobatoria.

-eso no sirve de mucho contra el Lobo...  si se lo topa primero, el será quien cobre la recompensa- finalizó el pistolero. El Gato daba por sentado que Luis sería presa fácil para el matón de Arandas.

Próximamente Capítulo 6...

 

 


[1] Grupo armado que surgió durante el conflicto de la guerra cristera (1926-1929) donde el Gobierno Mexicano restringía la participación de la Iglesia Católica sobre los bienes de la nación; Esto desencadenó castigos masivos por el oficio de misas y cualquier otro servicio religioso.

[2] Cobarde

[3] Del verbo hallar, significa encontrar.

[4] Extranjero, de las afueras de la región.

[5] Ahora.

[6] Antigua unidad de longitud que expresa la distancia que una persona –a pie o cabalgando- puede andar durante una hora. En términos numéricos, una legua es igual a 4-7 kilómetros.

[7] Lugar pequeño donde se da el servicio de hotel a un costo menor

[8] Palabra proveniente del coloquial “Huevos/Guevos”, se refiere a una persona valiente, osada e intrépida.

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