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Enfiestando a mamá

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Hola a todos, mi nombre es Claudia y la historia que voy a contarles me tiene como protagonista... Soy una mujer viuda de 46 años de edad, mi esposo falleció hace 2 años y actualmente vivo con mis 3 hijos varones. Las circunstancias de la vida, han hecho que tras la muerte de mi esposo tenga que dejar mi rol de ama de casa para ponerme a trabajar y así poder mantener a mis pequeños. Me ha costado mucho por mis pocos estudios y día a día la vengo luchando por ellos 3 que son mis soles, actualmente trabajo de limpieza en un hotel alojamiento.

El trabajo me demanda mucho tiempo y por ende no estoy mucho en casa, razón por la cual mis hijos se quedan a cuidado de mi vecina y amiga, su nombre es Marta y vive al lado de mi casa, es jubilada y sus hijos ya no viven con ella así que no tiene problema en cuidarlos hasta que yo regreso del trabajo. Como se imaginarán mi vida sentimental ha quedado totalmente en el olvido, la muerte de mi esposo me ha devastado a tal punto de no querer saber nada con ningún hombre, sobre todo porque una no sabe con quién se mete y porque, además, no quiero dejar de lado a mis hijos por nadie. Se podría decir que me mantengo bien para mi edad y halagos masculinos no me han faltado, pero yo siempre fui reacia a cualquier acercamiento... todavía no pude superar lo de mi esposo, fue muy duro ver que el cáncer lo consumía lentamente sin poder hacer nada para salvarle la vida y viendo que los médicos probaban de todo y nada daba resultado. La realidad es que solo me consolé durante este tiempo en esas noches en las que mi apetito sexual salía a flote, utilizando algunos juguetes para la autosatisfacción.

Pero... hace un tiempo mi vida dio un giro inesperado, todo cambió repentinamente en cambio brusco que jamás imaginé. Esto comenzó un viernes por la noche, yo regresaba del trabajo, eran las 6 AM, había trabajado en turno nocturno. Al llegar a casa abrí con las llaves como de costumbre, las luces apagadas, imaginé que mis hijos dormían, me dirigí hacia el cuarto y me quedé asombrada al ver que el más grande, cuyo nombre es Lautaro, estaba en la computadora.

Ustedes se preguntarán... ¿y eso que? lo que no dije es que estaba mirando porno, sus hermanos dormían, tenía puestos unos auriculares y se estaba masturbando. Me quedé atónita y pálida al ver el contenido de ese video: eran dos muchachitos de edad adolescente teniendo relaciones con una mujer madura de unos 50 años aproximadamente.

Me hice miles de preguntas en la cabeza, pero entendí que es algo normal en los varones e intentando respetar su privacidad me fui a mi habitación y me acosté a dormir. Pasaron un par de días y aproveché mi día franco cuando los chicos se fueron a la escuela, para sacarme las dudas. Entré en la PC de mis hijos y me puse a revisar el historial de internet... me quedé consternada al leerlo: TODAS las búsquedas de google de categoría pornográfica eran con tags como: "madre e hijo, incesto".

No lo podía creer…. ¿a mi hijo le gustaba masturbarse viendo y pensando en una madre teniendo relaciones con su hijo? ¿y si en realidad en el fondo lo quería hacer conmigo? tenía que sacarme la duda. Esa tarde cuando regresaron de la escuela busqué a Lautaro para charlar, le pregunté que eran esas búsquedas en internet, que porque estaba viendo pornografía con esa temática…. y su respuesta me asombró: confesó que lo excitaban mucho las mujeres más grandes, y al preguntarle si tenía algún tipo de pensamiento sexual hacia mi persona, se puso nervioso sin saber que responder, dudó, pero luego lo negó. Algo estaba claro, estaba mintiendo.... y durante días mi cabeza estuvo atormentada pensando en qué clase de pensamientos tendría mi hijo hacia mí, si acaso sentía deseos sexuales, lo cual me generaba una mezcla de vergüenza, pudor y morbo…. ¿cómo podía ser posible que yo le atrajera? ¿su propia madre? lo normal sería que le gusten las chicas de su edad, o en su defecto alguna modelo o actriz porno.

Pasaron un par de días y nuevamente al regresar del turno nocturno de mi trabajo, me acosté.... pero no me podía dormir, así que me puse a jugar con mi vibrador como de costumbre. Pero... no me percaté de que mis gemidos podían escucharse, y ese fue un error que me costó caro.

Ahí estaba yo en mi cama, desnuda y abierta de piernas con un pene de goma en mi intimidad cuando de repente alguien abre la puerta.... quedándome petrificada. Era Lautaro, me había descubierto masturbándome y lo peor es que a través de sus calzoncillos se podía ver un bulto que claramente era un pene en erección.

Intenté de todas las formas explicar la situación, me cubrí con la sabana, me sentía humillada mientras él me miraba.... hasta que de repente se acercó y me dijo: "No te pongas mal mami...si necesitas ayuda acá me tenés a mi..." yo le dije que estaba loco, pero él se abalanzó sobre mí y me besó en la boca, yo intenté resistirme, pero él a la fuerza me destapó y empezó a chuparme los senos, yo no quería gritar para no despertar a mis otros dos hijos mientras Lautaro no paraba de decirme cosas como "te amo mamá" "sos hermosa" y demás halagos que me hacían sentir excitada. Pero yo sabía que eso era algo malo, que éramos madre e hijo, intenté librarme de él, pero me tenía como una serpiente cuando enrosca a su presa, no pude contener el orgasmo cuando metió su cabeza entre mis piernas y me lamió la vagina como un perrito. Mi cuerpo se arqueó, yo jadeaba y de repente ocurrió…. tuve un profundo orgasmo.... y todo por culpa de mi hijo que me había echo sexo oral.

Ya estaba entregada, no había mas nada que pudiera hacer, la lujuria se apoderó de mí, yo era un mar de deseo ardiente de años conteniendo las ganas de que me cojan. Me entregué en un amor incomparable al fruto de mi vientre, a uno de mis 3 amores incondicionales…. y simplemente me deje llevar por sus besos, sus caricias... con una dulzura difícil de describir.

Hasta que lo prohibido floreció, Lautaro tenía la pija dura como una piedra…. y a mí se me hacía agua la boca, no podía aguantar más.... me negué, dije mil veces que eso no podía ocurrir, me decía a mí misma "No Claudia estás loca, esto está muy mal... no podés tener relaciones con tu hijo…" pero... ya no había vuelta atrás. Ver esa verga tan dura me hizo sacar la puta que habita en mi interior y sin pensarlo más tomé un preservativo de mi mesa de luz, se lo coloqué a Lauti y le pedí que me penetre.

Sentí que tocaba el cielo con las manos cuando su verga entro toda hasta lo profundo de mi intimidad, mientras el me besaba apasionadamente. Mis manos apretaban su trasero, sus embestidas eran fuertes y rápidas y la cama se movía para todos lados. Yo contenía mis gemidos para no despertar a Bautista y Dieguito, estaba completamente entregada al placer, era una puta en celo deseosa de verga y el morbo de que ese muchacho fuera mi propio hijo me hacía calentar aún más de lo habitual. Me lo monté como a un caballo tomando totalmente el control de la situación, me excitaba demasiado dominarlo, mirarlo a los ojos y ver su carita de excitación mientras me penetraba. Tuve mi segundo orgasmo y desde esa noche, nada volvería a ser como antes... pero…. esta historia no termina acá.

Yo ya no volví a mirar a los ojos a Lautaro de la misma forma, ese amor genuinamente maternal desapareció, mi ánimo había cambiado por completo al tener otro macho en la casa, me sentía esplendida y no tenía ganas de volver a la vida aburrida y monótona de antes. Esta nueva sensación que estaba experimentando me cambió por completo, y no me importaba lo que piensa la sociedad… sinceramente ya no me importaba. Durante el día solo pensaba en que fuera la hora para regresar a casa y ser garchada por Lauti…. es más, le regalé un celular para estar en contacto. Nos empezamos a hablar por WhatsApp, a decirnos cosas cachondas por texto y audio, e incluso mandarnos fotos…. me hacía mojar toda cada vez que me mandaba fotitos con la pija parada. Yo había vuelto a ser feliz…. y tenía MUY en claro, que no quería volver a la vida de antes.

Pasaron semanas y todas las noches repetíamos el mismo procedimiento: Lauti se venía a mi cuarto cuando sus hermanos se dormían profundamente, y allí nos encerrábamos hasta el amanecer para amarnos mutuamente y con la mayor de las cautelas posible.

Pero.... no nos habíamos percatado de ciertos detalles, los días pasaron y nuestro plan iba de maravillas.... hasta que una noche, ocurrió algo que no teníamos en mente. Bautista se levantó en plena madrugada al baño y obviamente se extrañó al no ver a su hermano en la pieza... Lauti y yo cogíamos como locos cuando de repente la puerta se abrió.

Ambos nos quedamos anonadados, eran Bauti y Dieguito... ¿y adivinen qué? no se querían quedar afuera de la diversión... sus penes también estaban duros y yo…. ya no había nada que pudiera hacer. Me dio pudor, pero…. ¿qué iba a hacer? y a decir verdad, cuanto más pijas.... mas placer. Así que tuve que acceder al pedido e invitar a mis otros dos amores a la diversión, esa noche me convertí en sumisa y dejé que mis hijos hicieran lo que quisiera conmigo, estaba entregada al placer. Me agarraron entre los tres y cada tanto se iban rotando los lugares…. uno me penetraba en la vagina, el otro en el culo y el restante me la metía por la boca. Imaginen esa escena…. yo encima de uno de Lauti con su pene en mi vagina, Bautista encima mío penetrándome al mismo tiempo por el ano mientras Diego me metía la poronga hasta la garganta sin dejarme gemir del placer que me hacían sentir esas dos pijas en mis orificios. Me llenaron de leche, me la tragué toda… mi cara, mi ano…. mi vagina... mis pechos.... todo mi cuerpo bañado en semen.

Los 4 dormimos abrazados y en ese estado de desnudez hasta la mañana siguiente, al levantarnos nos duchamos los cuatro al mismo tiempo y lo volvimos a hacer de nuevo.

Después de unos cuantos años me había vuelto a sentir mujer otra vez, y todo se lo debo a mis hijos…. soy una madre incestuosa y no me arrepiento...

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