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Tocando a mi tía Laura por las noches (2): Ahora más bien ella me toca a mí

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Al otro día por la mañana cuando desperté, ella ya no estaba acostada, de hecho, yo estaba solo en el cuarto, ya todos se habían levantado. De nuevo tuve miedo de que todos se enteraran, pero esta vez no por mi tía, no, ya no más, yo sabía que ella lo disfrutó tanto o más que yo, pero si me preocupaba que una de tantas personas hubiera escuchado o visto algo.

Cuando bajé a desayunar todo parecía normal así que me relajé un poco y traté de estar lo más normal posible, ella estaba en la cocina e hizo como si no me viera. Yo me la pasé buscando la ocasión de encontrármela para platicar de lo ocurrido, saber si le diría a alguien y sobre todo saber si se repetiría. Ya en la tarde por fin conseguí un momento a solas con ella para hablar, en cuanto me acerqué ella me sonrió perversamente, lo cual me confirmo que todo estaba todo bien entre nosotros por lo cual me acerqué y le agarré las nalgas y ella no me rechazó, pero tampoco hizo nada, solo me dijo:

—esto no está bien, tú no sabes lo que puede pasar si alguien se entera.

—¿Qué acaso no te gusto?

—me encantó, pero ya no lo podemos hacer, entiende soy tu tía.

—pero es que me gustas mucho.

—¿si? (no pudo ocultar una sonrisa) y desde cuando te gusto.

—desde que tengo memoria me he imaginado poder tocar ese trasero y ahora que lo logró no quiero dejarlo tan fácil —me sonrojé al darme cuenta de mi atrevimiento.

Yo no podía creerme lo que estaba diciendo, nunca he sido del todo tímido, pero tampoco soy muy hablador y menos con las mujeres.

—¿entonces solo te gusta mi culo?

—noooo, claro que no, me gustas toda, pero eso es lo que más me he imaginado.

—tú eres joven y agradable además no eres nada feo, ya ve a conseguirte niñas de tu edad y olvídate de esto que es una locura y no sé cómo permití que pasara.

—no, yo no me rendiré tan fácil.

—¿no cambiaras de opinión?

—no.

Se escucharon ruidos de que alguien venía y fingimos que nada pasaba.

Fue todo por ese día, me fui a mi casa como si nada.

Un par de semanas después nos invitaron a el cumpleaños de mi prima, la hija de Laura y sería en casa de ella, yo tenía claro que probaría suerte. Ya en su casa yo no sabía qué hacer ni cómo actuar, pero pasada un poco la tarde fui tomando confianza y aprovechaba cada ocasión para arrimarle un poco el paquete o rozar con mi mano su trasero. Cada vez que se iba la cocina yo también iba con algún pretexto para ir y tocarla, ella no decía nada, no decía que sí, pero tampoco que no. Ya llegada la noche todos se fueron a sus casas, pero como yo me llevo muy bien con mi prima me quede con el pretexto de estar con ella y me toco dormir en el sillón.

Los cuartos están en el segundo piso y yo me quedé a dormir en la sala que está en la planta baja, yo no sabía cómo hacer para subir sin levantar sospechas, pero de cualquier modo no serviría pues estaba acostada en su cuarto con su marido, mi tío. Así pasó un rato, se me ocurrió subir al baño a ver que sucedía y lo hice, pero no pasó nada, parecía que todos estaban muy dormidos así que bajé decepcionado, me acosté en mi sillón y me bajé mi short hasta las rodillas, comencé a masturbarme pensando en Laura, en esas nalgas que me ponían como toro y en todos esos roses que tuve durante la noche, me imaginaba cogiendo con ella como en las miles de películas porno que había visto, imaginaba todo lo que le haría si pudiera, me la jalé como nunca hasta mas no poder y me corrí como loco hasta que me venció el sueño.

Es de madrugada, lo sé por qué se ve todo obscuro aun, algo me despertó, pero aun no distingo bien lo que pasa, espera hay alguien aquí sentado a mi lado y me está tocando el paquete, me está acariciando los huevos y por fin lo noto, es ella y NO es mi imaginación. Laura está a mi lado agarrándome el pene y ella está solo cubierta por una toalla (ya había comentado que duerme desnuda por lo que se pone una toalla cuando se levanta al baño). Le sonrío y ella me devuelve la sonrisa y me da un pequeño beso en los labios el cual se convierte en un beso profundo, húmedo y caliente, ella mete su mano bajo mi short y me empieza a hacer una paja de ensueño sin dejar de besarnos, yo jalo su toalla para ver sus tetas y por fin la veo, por primera vez la veo desnuda completamente, es una visión increíble entre la obscuridad logro ver su cuerpo desnudo, cada pliegue, esas tetas pequeñas pero hermosas, con pezones grandes y muy parados como dos pivotes de valón, y paso mi mano por detrás para sentirlas de nuevo, esas nalgas duras y frías, las aprieto, las pellizco, quiero sentirlas mías y jamás soltarlas, seguimos besándonos pero yo me siento como niño en juguetería, no sabía que más hacer y me alternaba besándola, chupando sus tetas, mordiéndolas y noto que le excita que se las muerda, también lamo su cuello pero eso si jamás suelto su culo, ella continua masturbándome con gran experiencia.

No hemos cruzado palabras pero no hace falta, usé mi mano y despacio, disfrutando el momento la bajé poco a poco, recorriendo su cuerpo, tocando sus pechos, su ombligo y al fin llego a su rajita, la roso por fuera, la acaricio con calma, sintiendo cada pliegue aunque con gran inexperiencia tal vez hasta con torpeza pero muchas ganas, ella me toma esa mano y con un movimiento brusco me hace que le meta un par de dedos, cada sensación es nueva para mí, esa sensación de calor y humedad tremenda, esa carne y todas esas texturas, ella lleva el rito de las dos manos, la que me masturba a mí y la que está penetrando a ella, yo seguía acostado boca arriba en el sillón, ella en la orilla sentada de lado con mi mano dentro de ella y sentía que el clímax estaba por llegar así que chupe su teta y me aferre a ella, a mamarle el pezón como bebe, metiendo mis dedos hasta adentro y sintiendo que ella acelera la paja que me hacía, sentía como me la jalaba más y más fuerte y seguí chupando su teta, su cara era de placer absoluto, soltó mi mano para que yo siguiera solo metiéndole los dedos y utilizo su mano libre para tomarme de la nuca y pegarme más a su pecho, apretándome yo metía mi mano más y más rápido ya no podía más, un gran cosquilleo me invadía los huevos hasta la punta del glande y por fin solté el gran chorro de leche, ella tomó mi mano y la empujó para que mis dedos la penetraran hasta lo más profundo y dejándolos ahí adentro, sentí como un pequeño apretón, como si su vagina latiera o palpitara, lo único que escuche fue un leve gemido ahogado y una sonrisa se dibujó en su rostro, solo me dio un piquito en la boca, se levantó, recogió la toalla y se fue caminando desnuda, mostrándome las nalgas al subir las escaleras y meneándolas como perra en celo, yo pues sobra decir que estaba feliz y no pude más que tomar mi mano que había estado dentro de mi tía y la lleve a mi nariz, era la primera vez que olía ese perfume de mujer, incluso chupé un poco mis dedos para probar esos jugos nuevos para mí que ese momento me volvieron adicto…

Yo seguí otro par de días ahí y les seguiré contando lo que paso esos días, pero en la próxima ocasión…

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Les agradeceré los comentarios para saber que debo mejorar o que detalles les gustaría saber.

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