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Amor secreto 2

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De nuevo ese sobresalto que me acelera tanto el corazón; él me escribe -Me doy un baño y salgo a buscarte…

Nos veremos de nuevo. Pasaré la noche con mi amante, ese hombre casado a quien lleno sus días rutinarios de otoño con mi sol de primavera.
Creo que somos un par de locos jugando a la ruleta rusa, no somos un par de sinvergüenzas usando ante todos un antifaz… La realidad es que somos una pareja sin censura, le apostamos todo a esta deliciosa aventura que nos da realmente el sabor de la libertad que tanto nos aviva el alma.
A veces le pregunto a este amor prohibido, ¿Por qué nos retas tanto?  La respuesta es que nos gusta darle zarpazos a la moralidad falsa…

–DEMONIOS!!  Me tiene a sus pies este hombre. Pienso en cuanto lo veo, al tiempo que me muerdo un poco el labio; sé que por el todo lo que hago vale la pena.

Me enloquece realmente todo de él; no puedo evitar pensar en la esposa y no por ser la “Engañada”, sino por haberse dedicado tantos años a perderlo, y perdido él se sentía en realidad cuando lo encontré yo. Ella será la esposa, pero yo soy su mujer.

Un día leí por ahí una frase que dice así: ¿Por qué no nos conformamos en estar fieles con esa persona que nos dio estabilidad? Sencillo, cuando tienes que elegir entre la opción muy sencilla y aburrida o la muy complicada y apasionante, la respuesta está clara; porque, aunque la cabeza nos pida que no nos compliquemos, el alma del corazón, que nunca se equivoca, siente con más intensidad que lo correcto es lo contrario. Hay compañeros que solo deben llegar con nosotros hasta cierta parte del camino, para después emprender en nuevas compañías la aventura más grandiosa " (Plauto, comediante romano).

Las amantes no siempre somos las villanas en este tipo de historias, a veces somos las heroínas que rescatan vidas opacas, llenamos de ilusiones nuevas a quienes se habían conformado con la idea de solamente envejece y dejar que su luz solamente se vaya apagando de a poco, ya sin llegar a ningún sitio; y como también las apariencias engañan más que los actos, en esta vida ¿Quién engaña a quién?

Él es un hombre con el encanto y seducción que da la madurez, esos 15 años que me lleva son una buena ventaja, esa experiencia que ha ganado lo hace un hombre maravilloso, auténtico, irresistible, deseable, es un maestro al hacer el amor… Solo con perderme en sus ojos, siento que mi mundo es perfecto.

Yo soy algo pequeña, él alto y fuerte; sus largos brazos me envuelven con facilidad y me encanta. Por lo pronto busco inmediatamente comerlo a besos, sentir como nuestras bocas transmiten con la lengua deseos y pasiones…

Mi cuerpo ha reaccionado inmediatamente a su cercanía, ya comienza esta sensación de calor a correr por mi piel, la humedad se siente entre mis piernas y eso que solo he podido besarlo un poco… Mi mano es más audaz y ya fue por lo suyo; y ahora voy desabotonando el pantalón, lo bajo un poco para acariciar sus nalgas hermosas. Mis dedos acarician y recorren todo el pene, grande, hinchado, deseoso de recibir mis caricias que lo hacen sentir fuerte y vigoroso, como solo puede serlo conmigo. Lo disfruto, lo deseo, no dejo de acariciarlo y notar como se hincha más.  Él sabe que me abandono a cada roce de sus manos, aun cuando lo hace suavemente, despierta a la hembra que habita mi cuerpo, solo que la puta también muere de ganas por salir a la fiesta.

Mi boca ha comenzado ya a explorar sus hombros, su cuello y  pecho, delicadamente beso y acaricio cada centímetro  mientras desciendo lentamente entre besos y suspiros, pero sin dejar de acariciar su pene que sigue provocándome inmensas oleadas de pasión.

- Quiero que seas mi puta, mi perrita en celo. Dice mientras me hechiza con esos ojos profundos…  - Soy eso mi cielo, soy la más puta de todas las putas, para ti. –Le digo al oído mientras lo acaricio y beso apasionadamente.

Mi amante goza tanto verme desnuda entre sus piernas, donde me desvivo por dejar que mi lengua llene de caricias y placer a mi reyecito, como he dicho que nombré a su pene… Es mi rey porque yo le pertenezco, porque es mi dueño y señor, porque sus deseos los satisfago adorándolo. Cuanto disfruta ver como lleno mi boca con él, cuando se desliza mi lengua por todo lo largo que es, pero yo también obtengo un placer enorme al momento que siento como se va ensanchando y endureciendo cada vez más, me calienta tanto que es inevitable la excitación entre mis piernas, siento que no aguanto más y quiero que me coja.

Cada suspiro, cada gemido de placer que me regala acelera mis movimientos. Miré sus ojos mientras una y otra vez metí su verga a mi boca y no me equivoco, sus ojos me dicen que somos tal para cual.

-¡Nena, para, para, para!!  –Se apresura a decirme cuando siente venir ese orgasmo delicioso, pero es demasiado tarde para eso, yo he decidido no detenerme… Quiero tener su sabor en mí, llenarme de él totalmente, y ahora con más rapidez mi lengua y mi boca se encargan de todo…  Ya no puede detenerse tampoco, le brota la señal del clímax como lava encendida, fluye con fuerza dentro de mi boca, ya siento deslizarse por mi garganta esa lechita, como él le llama a su semen. – ¡Lo tragaste todo muñequita! –Dice aun recuperando el aliento. –Yo solo puedo asentir con la cabeza, en mi boca aún está su verga recuperando la fuerza también.  Eso fue suficiente para que mi sexo estallara de placer.  

Ahora con algo de calma, me refugio en su pecho… Es perfecto este momento. Me siento tan mujer a su lado.

Esos instantes para recuperar el aliento son divinos, no dejo de besarlo y acariciarlos… Siempre con la intención de excitarlo de nuevo, lo acepto, soy como él dice, una bandida que lleva secretas intenciones en esas caricias de inocente apariencia. Y lo conseguí.

El lugar de este hombre es definitivamente entre mis piernas y el mío… Fácil de imaginarse.

Yo no he tenido mucha experiencia en el sexo; de hecho, él es el segundo hombre en mi vida, pero realmente es el primero en hacerme sentir mujer, una verdadera hembra deseando ser poseída por su macho, él me ha sacado esa puta que siempre vivió escondida. Lo que he descubierto en el sexo es por él, es con él.

Como un animal en celo lo busco, de nuevo excitado me regala esa imagen donde hace gala de su hombría, es una erección fuerte la que estoy por gozar dentro de mi… Siento como arde mi vagina por recibirlo, por sentirlo hasta el fondo. No hay palabras que describan lo delicioso que es gozar un macho como él.

Cuando esa verga fuerte y endurecida se desliza dentro de mí, siento que le hago cosquillas al cielo… Me siento una hembra satisfecha, me siento una puta deseosa de ser cogida una y otra vez, mi cadera se desvive también por moverse al compás de mi cuerpo caliente. He perdido la cuenta de mis orgasmos a estas alturas. Él sigue dejando que su verga penetre una y otra vez en mí, me enloquece de placer, los besos son ardientes y apasionados, me derriten, pero llegar juntos al clímax es sensacional. Llegar juntos es maravilloso, es tan rico sentir como pulsa dentro de mi toda su virilidad mientras descarga esa miel de pasión, me vuelve loca estar inundada de él, esto no tiene igual. Soy por ese hombre tan perra y tan puta como quiera, soy su mujer dispuesta y entregada.

Él sabe que mi ser le pertenece, que soy como un lienzo en blanco para que él pinte lo que su inspiración le dicte, cuando sienta ganas de poseer a la musa de sus deseos. Quiere explorar más de mi cuerpo y ya ha comenzado… NO LO DETENDRÉ.

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