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Mi querido Ex-profe II

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Pues espero les haya gustado el relato anterior, fue el primero, así que, si hay errores, discúlpenme y de verdad ¡coméntenme!!!

¡Prometo leer todos y contestarles y hacer que mis vivencias cada vez sean mejor contadas!!!

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Les recuerdo como soy: morena clara, cabello largo negro, atractiva, acinturada, pancita plana, completamente depilada suavecita linda, piernas muy largas y tonificadas (las maravillas del voleibol), bubies sin ser espectaculares, pero de buen tamaño duritas en su lugar coquetonas jejeje, 21 años y soy mexicana.

Ok ¿dónde nos quedamos? ah sí, me acaba de desaparecer al monstruo de mi profesor entre mis piernas en su coche a la lateral de la autopista a la ciudad de la eterna primavera, había logrado hacerlo terminar en mi boca y no había derramado ninguna gota. Como pudimos nos alineamos y acomodamos la ropa y seguimos nuestro camino, hacía calor y no quería más que una bebida fría y claro ya bajarme del coche aun no sabía hacia donde íbamos con claridad.

Pues fuimos a una casa de alguno de sus amigos cerca de Cuautla, era una casa grande, de varias recamaras con alberca, estacionamiento donde cabían muchos coches y claro, fuimos de los últimos en llegar. Me di cuenta que se conocían de varios años, era como una reunión de generación, algo así, algunos iban con sus esposas y otros, como mi guapo, hermoso, monstruo babeador Héctor, que llevaban a sus trofeos como yo. Cabe mencionar que era de las más altas, entonces sentía como todas las miradas se clavaban en mis nalgas, con el short caqui sumamente pegado que me regaló con esa blusita escotada y mis tacones que me hacían lucir esas piernas, como era de esperarse (o presumirse) pues siempre me tenía tomada de la cintura y rozaba mis nalgas con cualquier pretexto, ya sean sobándomelas o parándose detrás de mí.

Esa situación me tenía a mil, me sentía el centro de atención y saberme presumida en medio de todos y miradas cachondas (y de las envidiosas también) sentía como mi cosita completamente depilada se mojaba y reaccionaba a cualquier roce de mi profe, con lo que ya nos habíamos bebido pues me hacía ponerme más caliente, más cachonda, más deseada por todos. Pero yo ya tenía dueño, yo sería su esclava sexual y deseaba que me hiciera lo que quisiera cuando quisiera. Estábamos con un par de amigos suyos y él se colocó tras de mí, haciéndose sentir fuerte, abrazándome y claro, sentirlo detrás de mi con su cosa ya medio dura alojándose entre mis nalgas, pues discretamente movía mi cadera haciéndolo que creciera más y más y dándole a entender que buscara un lugar o ahí mismo dábamos show gratis. -Oye amor voy al sanitario, ¿puedes buscar mi cel. en el coche de favor?  -para que quería el cel.?!?!?!

De malas voy a buscarlo al coche, porque además fuimos los últimos, entonces estábamos hasta atrás lejos de la alberca donde estaban todos. Cuando lo estoy buscando completamente empinada, siento algo por detrás clavado en mi raja, me empapé en un segundo, lo sentí muy directo, muy grande, muy decidido; no me dio tiempo de voltear y ver quien era ya que me había sujetado fuerte para que no saliera, pero su otra mano se había alojado en mi cadera entonces no me podía agachar ni mover ni nada. Sentí tan rico, que quedé inmóvil, solo logré morderme un labio para no gemir como me gusta, sin darme cuenta ya tenía el short a las rodillas y como con su mano hacia mi tanguita rosa de lado, pero le costó trabajo como era súper chiquita y pegadita, ya se había metido completamente entre mis nalgas y mi rajita, mientras su otra mano ya me había subido el bra y me estaba sobando las chichis. Yo seguía sin saber si realmente era Héctor, pero tampoco puse mucha resistencia, yo lo que quería era macho, era alguien quien me cogiera ya en ese momento, así que decidí abrir un poco más las piernas, abandonarme al placer, sentí como su pene grande, grueso, venudo y con una cabeza muy rica, se hacía paso entre mi rajita que ya estaba más que mojada, así que no hice más que cooperar y dejarlo que me penetrara.

Primero empujó y mi panocha empezó a ceder, luego metió la cabeza que mi rajita aceptó, después de unos empujones y conforme se fue lubricando el monstruo, se preparó para partirme en dos ¡AH QUE BUENA COGIDA ME ESTABAN DANDO!!! Él fuera del coche y yo con el culo al aire y las tetas bamboleándose dentro del coche, sentía como cada embestida me llegaba hasta el fondo, estaba disfrutando, en una que pude zafarme me coloqué frente a él, como llevaba tacones no me costó nada, solo hice mi cadera hacia adelante y metí su monstruo con mi mano a mi rajita, de verdad era enorme, grueso y esas venas mmmmmm me vuelven loca. Así de pie recargados en su coche ya no nos importó si alguien nos veía, yo con una pierna en el suelo y la otra rodeándolo tenía toda la profundidad necesaria para sentirlo entrar y salir y rozar todas mis paredes vaginales y sentirlo como me bombeaba. Yo no hacía más que abrazarlo, clavarle mis uñas, morderle los hombros, claro y mordiéndome los labios para no gemir como loca y que todo mundo supiera. Él paradito bombeándome cual máquina, sus manos rodeaban mis nalgas, mi cintura, jugaban con mis tetas, yo me sentía la más buena, la más puta, la mejor cogida del planeta.

En ese momento en que yo cambiaba de pierna, porque ya me había cansado, él colocó su mano entre nosotros haciendo un poco de presión en mi clítoris y me empezó a bombear un poco hacia arriba, tenía mi cadera pegada a él, pero yo estaba recargada en su coche ¡WOW! estaba haciendo un click espectacular lleno de electricidad que empezaba a recorrer mi cuerpo, mi raja se contraía. Ya lo tenía abrazado con las dos piernas, recargada en el coche, ya la blusa desabrochada y mis tetas al aire, ya mis gemidos eran incontrolables... estaba teniendo un orgasmo descomunal ¡HA QUE RICO!!! Yo toda sudada, era su momento porque empezaba a bombearme más rápido y empezaban sus espasmos, le dije que los quería DENTRO... TODOS... EN MI BOCA... me dijo NO TIRES NADA -pues empecé a mamar que, si no lo alcanzaba, así que lo solté de mis piernas, me hinqué ante él, se lo empecé a mamar como a él le gusta, metiéndomelo hasta la garganta, una mano en sus bolas y la otra bien prendida a sus redonditas nalgas. Cuando me sujetó de la nuca para hacerlo más rápido y sentí sus espasmos, volteé a verlo, esa carita de lujuria, de poder, de tenerme hincada con su tranca en mi boca mmmm lo excitó más y sentí su primer chorro de lechita espesa, rica, entrar hasta mi garganta, era mucha, pero no tiré ni una sola gota. Me encanta mamar el sexo oral, es mi fuerte, pero comérmelos solo los de Héctor, esa tranca morena rica venuda se la deje limpia suavecita.

Como pudimos nos acomodamos la ropa, fuimos al baño, mínimo a enjuagarme la boca y lavarme las manos y cuando llegamos nuevamente con ellos, nos recibieron con aplausos y cosas como MATADOR y bla bla bla, yo reía de nervios, de vergüenza y de placer porque alguien nos vio y ninguno de los dos se inmutó en parar...

Y seguimos en el hotel... pero esa ya es otra historia... y si aquí no nos dio pena que nos viera alguien, pues en el hotel menos...

(8,58)