Amanda me bombeaba y taladraba el ojete, se puso detrás de ella, la agarró de las nalgas e Isabel comenzó a follar a Amanda. Isabel follaba a Amanda y ésta a mí y formábamos un lúbrico sándwich sexual muy depravado. Amanda y yo gemíamos y dábamos mil vagidos sexuales de libidinoso placer anal. Luego, Isabel dejó de petar a Amanda y se puso delante mía para que la comiera y lamiera el coño. Así hizo y mientras Amanda me bombeaba y entaponaba el ojete yo le taladraba el coño a Isabel con mi lengua que gemía como una puerca lasciva en celo y me insultaba sexualmente como una vulgar zorra de lupanar barato. Luego me salí y dejé que Amanda bombeara y taladrase bien a Isabel, mientras yo me pajeaba al ver la lasciva escena, no podía dejar de hacerlo y ambas gemían, jadeaban y exhalaban quejidos de placer sexual. Veía a estas dos putas puercas en celo y me excitaba aún más.
Amanda no pudo aguantar de follar y fornicar por el coño y el ojete a Isabel y le acabó por explotar su transexual lefa en la espalda a Isabel y acto seguido desapareció de escena. Isabel tenía más calentura todavía y me fui junto a ella a comerla el coño, ya que tenía una inusitada calentura y yo le comía el coño sin parar e Isabel sacaba a relucir su sucia lengua de fulana de burdel barato porque sabía que eso me enardecía sexualmente. La estuve petando el ojete con rabiosa sexualidad y yo alucinaba con mi aguante, mientras Isabel me agarraba con fiereza las pelotas, cosa que me encantaba. Le saqué mi muy dura verga del ojete y le forniqué y horadé el chocho con mi vergón y cambiamos de postura y me montaba encima mientras yo le chupaba y mordía sus gordas tetazas, volvimos a cambiar y me dio la espalda y ella poyaba sus manos para que la concupiscente jodienda continuara. Se retiró para que la follada del lado derecho mientras gemía y me contaba lo puta que se sentía y me insultaba llamándome cabrón.
Volvimos a cambiar otra vez, para que la follada del lado izquierdo y continuó insultándome sexualmente mientras ella se tocaba el chocho como una loca y yo la jodía y fornicaba. Ya por última vez, metí mi rabo en su libidinosa bocaza y mientras ella se pajeaba, mamaba frenéticamente mi rabo hasta que la exploté mi lefa de semental en toda su boca de golfa en celo, a medias tragó y la otra media caía lentamente por la comisura de sus labios de zorra. Nos quedamos exhaustos y muy sudorosos de esta depravada jodienda que comenzó siendo un trío. Recobré fuerzas y busqué a Amanda y vi una nota en la cocina diciéndome lo mucho que había disfrutado con esta sicalíptica jodienda brutal. Regresé al cuarto y allí me esperaba Isabel, bien abierta de patas y con el coño exhalando humo después de esta deliciosa follada. Nos fuimos los dos a la ducha, y la muy golfa de Isabel, aprovechó la ocasión para hacerme otra mamada que me dejó más relajada. Posiblemente, quedemos Isabel y yo para otra follada sin igual.