Creo hablar por todos cuando digo que llega un punto en la vida donde necesitamos un poco de peligro, un poco de emoción, romper las reglas por el simple hecho de conseguir placer y aunque muy personalmente estoy en contra de la infidelidad como tal (no consentida) no estoy en contra de experimentar nuevas cosas y donde sentimos esto más es en la vida académica, donde solo estamos esperando un primer impulso para darle luz verde a todos nuestros más sucios deseos.
Ella tenía unas increíbles tetas, una cara de ángel y un cuerpo que encendería, aún más, el mismísimo infiern... para sumarle puntos, su olor era casi tan dulce como su personalidad inocente... recuerdo estar ahí en clases, verla a los ojos y sentir que ella me miraba con un poquito de lujuria en su ser, la diferencia de edad no se notaba, ella era joven, de unos veintialgo, me masturbaba pensando en ella pero no podría intentar nada, porque el curioso giro de esto es que ella era mi profesora de Artes Plásticas.
A veces sentía insinuaciones, palabras y gestos que me decían que ella podría tener algo que la atraía hacia a mí a pesar de todo, puedes anular los sentidos, engañar el cerebro y acostumbrar el corazón, pero la verga sabe lo que quiere y no hay manera de trucarla, era mi profesora, pero yo no podía más, quería algo y lo quería con ella.
Me acercaba por detrás y la abrazaba sobando mi parte con sus deliciosos glúteos, sintiendo la tela de su pantalón, otras veces llegaba y le daba besos en la mejilla que se iban acercando cada vez más a su boca, con el paso del tiempo ella se acostumbró y empezamos a intimar un poco más... le arrimaba disimuladamente mi verga en su hombro cada vez que ella me revisaba un trabajo y como yo, en teoría soy bastante bueno en el dibujo, me sobraba tiempo para hablar con ella e incluso tener conversaciones más sexuales, desde relatarme cómo fue su primera vez hasta contarme mil guarradas hechas en su adolescencia (que tal vez algún día llegue a publicar aquí).
Un día, estábamos los dos solos, nos encontrábamos en una clase decorando para una actividad que se haría el día siguiente, ella había pedido que no la molestaran así que estábamos encerrados moviendo mesas y sillas como locos, la conversación se fue elevando hasta que ella llegó a contarme una de sus aventuras sexuales... Un día, tenía tanta calentura que usó el baño de estudiantes y se empezó a masturbar dentro, pensando que en cualquier momento podría llegar alguien y verla, decía que le parecía excitante pensar que la podían encontrar y ver sus partes más íntimas...
Ella se estremecía contando esa historia y por mi parte crecían unas ganas de sobarme ahí mismo, en especial cuando dijo que a veces llevaba vestidos largos sin ningún tipo de ropa interior, sólo para sentir que alguno de sus alumnos podría llegar a notarlo.... incluso me invitó a fijarme bien la próxima vez que ella fuera con vestido, a lo que yo respondí que lo haría con gusto...
Tenía unas ganas de fallármela ahí mismo, pero no se pudo ese día... la presión de terminar y el miedo de ser descubierto pudieron conmigo... aunque creo que ella tenía ganas igual...
Al día siguiente, llegué con unas ganas horribles de hacerla mía… tenía que controlarme, ya que ese día exponía en la "feria de arte" para la cual habíamos estado trabajando. Conforme llegó la tarde, mi profesora llegó a verificar que todo estuviera saliendo bien, para mi sorpresa llevaba un vestido largo con un diseño de flores, lo que significaba que ella había llegado sin usar ropa interior... me sonreía, se notaba demasiado que mi mirada estaba en sus piernas deseando que se tuviera que agachar para poder comprobar por mí mismo su hermosura...
Cuando se terminó todo, los estudiantes debían ir a clases regulares y la profesora guardaría de vuelta todos los adornos y proyectos expuestos... obviamente yo me quede a ayudar, no había problema con eso...
Fue en un momento especifico, cuando noté que ella se inclinó y sus nalgas redondas se notaban por la tela del vestido, pregunté si llevaba ropa interior encima, a lo que me contesto que no.… tras una risa medio nerviosa le pregunté si podía verificar...
Cerré la puerta de la clase, acercándome hacia ella, pasé mis manos por sus caderas, bajando hasta sus piernas y tras sentir el final de su vestido, empecé a subirlo, primero descubrí sus muslos que eran bastante sensuales depilados y un poco gordos, luego seguí subiendo y vi cómo se empezaba a asomar su vagina, subiendo hasta descubrir entero... tenía el corazón latiendo y la verga dura... ella abría las piernas para que viera mejor y su mirada se clavaba en la mía rogando por un beso, mis manos se hallaban levantando su vestido y mi boca se fue encontrando con la suya...
Terminé de despojarla de su vestido y le quité su sostén exponiendo sus hermosas tetas, con miedo a ser descubiertos nos besamos, ella pasaba sus manos por mi cuerpo sobando con su vagina mi paquete, aun dentro del pantalón, fue así como bajando con su boca empezó a liberar mi verga…
Empezó a chupármela y sentía su lengua recorriendo todas partes, la humedad de su boca me hacía sentir un placer enorme, sus tetas rebotaban al compás de la felación y su pelo se movía libre, así durante bastante tiempo, desde arriba podía observar su trasero con esas nalgas enormes, viendo cómo se masturbaba a la vez con los dedos...
No podía aguantar más y le dije que me estaba a punto de venir, pero no quitó su cara, así que me regué en su boca y ella como toda una campeona, lo tragaba entero... sacaba su lengua y la pasaba por sus labios, estaba claro que disfrutaba todo eso... con su boca llena de leche se puso en pie, su abdomen era demencialmente tonificado y sus nalgas redondas, "hay que repetirlo" me decía con una sonrisa en su rostro... mientras se ponía de nuevo el sostén y el vestido...
Desde entonces mis amigos y yo miramos con atención cada vez que ella lleva un vestido, porque sé que le encanta la atención y sé que su placer exhibicionista existe, desde entonces ella levanta un poco su vestido en cada clase...