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Así fue como perdí mi virginidad

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Tengo 27 años, alto y dicen que muy simpático. Me consideraba hetero hasta que un día, pasó lo que siempre había soñado que pase... fui penetrado por otro hombre. Todo comenzó navegando por Internet, poco a poco me interesaban los sitios de transexuales y gays, hasta que un día entré a una comunidad gay y me inscribí, era hermoso entrar ahí y ver fotos de hombres penetrados por unas vergas grandísimas y mi sueño era poder hacerlo así.

Había una sección de fotomensajes, pero todos me parecían demasiados fuertes y morbosos, decían que tenían unas súper vergas, etc... eso me asustó, pues yo me auto penetraba como máximo con 2 dedos en mi culo y me dolía, imagínense con pensar con vergas de ese tamaño me destrozarían y no sería lo que siempre había soñado, hasta que leyendo mensaje por mensaje encontré algunos y les envié emails, las respuestas eran inmediatas, pues ofrecía mi virginidad, pues exigía que no sean sádicos, tenían que ser tranquilos, limpios, buen carácter y no desesperados.

De tantos emails me convenció uno, era un chico francés y así comenzamos, me pidió fotos, le mandé de mi cuerpo, mi verga y muchas de mi culo, pues era lo que le interesaba, así que quedamos en vernos un día en su apartamento que estaba como a media hora de mi casa.

Cuando llegué, me sentía muy nervioso, no veía la hora de hacerlo, pero tenía mucha vergüenza en pedirlo rápido, aunque primero habíamos hablado por teléfono unos 3 días antes y le dije que me tenga paciencia y él me dijo que sería su tercera experiencia, así que también estaría nervioso.

Cuando llamé en la puerta de su casa, créanme estaba temblando de los nervios, tartamudeaba, etc. y de pronto me abrió. Me desilusionó un poco su físico, estaba panzoncito, pero era lo de menos, me habrá visto un poco pálido y enseguida nos pusimos a conversar. Su habitación estaba llena de fotos de todo un poco, hasta que fuimos a su computador, él estaba viendo fotos gays, así que le dije que siga, que quería ver yo también, así lo hizo. Después de unos minutos empezó a acariciarme mis piernas hasta que llegó a mi pene y entonces, en ese momento le dije que si podía tomar una ducha (pues fue una reacción a los nervios).

Cuando terminé mi ducha, él me había dejado colgada una bata de salida, así que me la puse, cuando salí, él solo tenía puesto una camiseta de algodón y calzoncillos... y había puesto música suave, me recibió con una cerveza y un cigarrillo y empezamos a charlar un poco, así me relajé. Él me dijo de soltarme el cinturón de la bata para poder ver un poco más y así lo hice, mientras hablamos él me recorría con su mirada, la bata se me había corrido para un lado o sea se veía toda mi pierna, parte de mis bellos púbicos, mi cintura y el pecho, yo también lo miraba, pero me fijaba solo en el bulto que se empezaba a inflar.

En un momento me dijo: “¿Bueno para que estamos aquí?" y se levantó y me dio la mano, me abrazó y me cogió el culo (no me gustó, fue muy grosero) y sentí como esa verga estaba bien dura, eso si me gustó. Me guio y me llevó a la cama, se puso encima de mí y me quería besar (cosa que no se lo permití) pero si me besó todo el cuello, bajó a mis tetillas, bajaba por mi barriga hasta que llegó a mi muñequito, me lo chupó muy rico como pocas personas lo han hecho. Yo ya desnudo, disfrutando de una buena mamada, se detiene se alza y me dice: ¿Y tú que me harás?

Pues él se puso en pie al lado de la cama y me senté, su bulto daba justo a mi cara, mi sueño estaba a punto de realizarse, iba a mamar por primera vez una verga, y así fue, le bajé el calzoncillo y vi una linda pieza blanca, gorda y no tan larga, pero muy bien, y comencé con mi obra, comencé con chupar solo la cabecita tan rosadita y gordita, hasta que poco a poco me la empecé a meter en mi boca, llegué hasta más de la mitad y el tipo se retorcía de placer y decía: "mmmm... sabes nunca me la han mamado así de bien te lo juro que bien lo haces"... y por supuesto, me dejo hacerlo por mucho tiempo pero al primer contacto que tuve de mis labios con su pene sentí ese olorcito que me pareció asqueroso pero que después lo olvide que existía.

Después de varios minutos con su linda verga dentro de mi boca probé meterla hasta el fondo fue lindo pensar que me la metí toda pero que fea las ganas de vomitar que me vino... bueno así es eso. Hasta que me dijo bueno quiero darte tu regalo, me dijo gírate... y empezó a besar mi espalda, la cintura y hasta llegar a mi ano, nunca olvidaré la sensación de su lengua en mi virgen culo, sentí solo con su aliento un mordisqueo en mi cuerpo y a la vez imploraba que no se detenga, hasta que sentí su lengua en mi ano, que bella sensación, me dieron escalofríos no de miedo sino de placer era hermoso, maravilloso, lo hizo casi por 4 largos minutos, para mí era una eternidad hasta que se alejó y entendí enseguida que llegaba el momento de más espera.

Me giré para ver lo que estaba haciendo y se estaba poniendo el preservativo, una vez que se lo puso vino hacia mi otra vez, se puso detrás de mí y me metió un dedo en mi culo, créanme que me dolió mucho, pensé inclusive decirle que basta, pero quería sentir lo otro, así que me dijo: “Estas listo”... le dije que, por favor poco a poco, quería sentir cada pedazo entrando y así lo hizo, la verdad es que no sentí cuando entró la cabeza, sentía un pequeño dolor nada más, seguramente estaba mi ano muy relajado, pero después empezó a empujar más y más, eso si me causó dolor y me decía al oído “relájate, relájate...” y así lo hice.

El dolor era muy intenso, era brutal, pero el hecho de saber que tenía metida esa linda verga rosadita en el hueco de mi culo me excitaba, hasta que sentí llegar sus bolas en mis nalgas, solo ahí comprendí que me lo había metido todo, era maravilloso ese momento, y empezó a sacarlo poco a poco, debo decir que fue lo que había soñado, todo fue perfecto, él me lo hacía despacio, con calma, hasta que le pedí de moverse poco a poco más rápido.

Él no dudó ni un segundo en hacerlo, empezó a meterlo y sacarlo cada vez más rápido, hasta que el ritmo era como cuando me aventaba mi novia, claro, me dolía tanto, tanto que quería decirle de parar, pero me puse macho y dejé que se divierta, es más, cuando comenzó a moverse rápido me advirtió que él se venía rápido, cosa que me agradó. A un cierto momento de su salvaje penetración, sentía que me partía en dos, nunca he sentido un dolor así, pero ahora entiendo a las mujeres, gritan que les duele, pero que no lo saquen... Entonces me dijo que me empiece a masturbar, que así me pasaría un poco el dolor y fue así.

Me empecé a pajear con mi verga que estaba dura como una roca y él me la cogía de rato y me pajeaba también, hasta que me vine, fue maravilloso y después de unos cinco segundos, él también...

Me gustó tanto el escuchar el gemido de placer que él dio al eyacular, nos quedamos pegados por un rato, hasta que sentí como su verga disminuía de volumen y así me la saco junto al preservativo que tenía. Me quedé un rato descansando y el culo que me ardía y dolía, él se fue al baño y después yo... Esta es mi historia de mi primera vez.

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