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Obsesión

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19 de marzo del 2010

6:40AM

Despierto y lo primero que veo es la espalda de mi madre, mareado cierro los ojos e intento dormir de nuevo, pero la curiosidad y morbosidad no me deja, abro los ojos otra vez bajando la mirada; admirando su trasero redondo, respingón, bien torneado. Por instinto y excitación estiré mi mano y postré sobre el glúteo de arriba dejando ahí mi mano por unos segundos, con mi corazón al 100 por los nervios decido quitarla, pero el placer es mucho así que estiro mi mano de nuevo y tocó el glúteo de abajo sólo con las yemas de mis dedos, pero esta vez los muevo intentando masajearlo. Repentinamente sentí húmedo mi pantalón y una sensación nueva y exquisita. Después de esto, logre dormir.

20 de marzo del 2010

2:10AM

Yacíamos en la cama, mi madre dormía, su cobija se había recorrido hacia abajo dejándola descubierta su espalda y parte de su trasero.

La excitación del recuerdo sobre lo sucedido la mañana anterior y la perspectiva que tenía en el momento no me dejaba dormir; sólo pensaba en el cuerpo de mi madre, entrado profundamente en mis pervertidos pensamientos. Levante mi mano y acercándola a su trasero, paseándola por la vereda que divide el cuerpo. Esa noche unas horas antes, mi madre había mojado su pijama con agua, así que uso un mini short deportivo que dejaba notar que no tenía puesto panties y una blusa larga que tapaba el short. Su blusa se había recorrido hasta la mitad de su espalda dejándola desnuda en esa parte.

Yo con mi mano en su trasero me veo cautivado por su espalda y su tersa piel, entonces subo mi mano y acarició con mis dedos esa piel pálida y hermosa, pero decido parar, había pasado un rato tocándola así que podía despertar en cualquier momento.

Teniendo una erección, dirijo mi mano hacia mi bóxer y lo bajo hasta las rodillas, cuidadosamente quito su cobija para poder ver todo su trasero, en ese momento ella se mueve, me hago el dormido. Sólo había cambiado su posición, ahora estaba boca abajo, con su cobija hasta las rodillas, dejándome ver la forma perfecta de su trasero iluminado por la luz del exterior que entraba por la ventana que teníamos enfrente. Tomé mi pene y comencé a masturbarme hasta que éste explotó sacando largos chorros de semen manchando su short. Acerco mi cabeza a las manchas lamiéndolas para limpiar mi desastre olfateando su trasero que olía a crema y dejándome con ganas de lamer todo su cuerpo.

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