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Un día perfecto

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Nervioso, mis venas eran ansia pura y mi corazón latía a muchas revoluciones. Hoy era el día en el que conocería a esa chica con la que llevaba meses hablando y chateando. Hoy todo eso quedaría de lado y nos veríamos por fin. Para ser sincero ya la conocía, el Skype suele ayudar bastante en ese tema y el quedar para mí, era genial.

La chica era morena, sexy y de unos ojos resultones, ella tenía un pearcing en la nariz y media sobre 1.60 -1.65. Ella tenía buen cuerpo y cada vez que imaginaba el estar con ella me ponía enfermo, pero hoy no, hoy no tendría que imaginar nada porque habíamos quedado y en cuestión de minutos la vería aparecer.

Quedamos en una plaza céntrica para así no perdernos ya que yo no conocía la ciudad y ella sería la que me guiaría. Los planes eran quedar e irnos a un bar donde tomaríamos algo y así romperíamos el hielo y nos conoceríamos mejor, ¿Qué podría salir mal? Absolutamente nada.

Por fin llegó, llevaba un vestido corto y yo veía sus piernas desnudas, mi mirada subió por aquel cuerpo hasta sus pechos y detenerse en sus ojos. Tenía unos ojos increíbles, sus miradas eran retadoras pero muy sexys y tenía que reconocerlo, esa chica me ponía mucho y ya habían ido muchas pajas a su cuenta, cosa que incluso sabía.

Fuimos a un bar, allí tomemos unas birras y poco a poco la cosa se iba calentando ya que ella hablaba como si nos conociéramos de toda la vida mientras que yo aún seguía tímido y nervioso porque no era lo mismo que en Skype y ahora tenía que verla cara a cara cosa que no me disgustaba.

Terminaron las birras, pedimos otras, pero tenía que ir al baño por lo que me levanté y tras decírselo, ella asintió y caminé hacia él. Una vez allí, comencé a orinar y tras terminar, me lavé las manos y fue justo ahí cuando la vi en el espejo detrás de mí. Sonreí al verla, ya que en una de las conversaciones habíamos hablado el tema, del morbo de follar en un baño y ahora estábamos en la situación, pero no me podía detener así que girándome la tomé y la llevé al primer baño, cerré la puerta y se abalanzó hacia mi lanzándome contra la puerta para así besarme con ansia y deseo ferviente de tantas noches soñando este momento que ahora vivíamos los dos.

Me comenzó a quitar la ropa mientras yo ahora besaba su cuello lentamente disfrutando de su aroma suave, pasaba la lengua rozando su cuello y ella se estremecía debido al contacto. Lentamente quedé sin camiseta y ella se inclinó para bajarme el pantalón dejándome en bóxer.

-Ya veo que te gustaba lo planeado -Dije yo sonriendo nerviosamente al ver a la chica agachada tocando mi miembro por encima del bóxer.

Ella me miró y me guiñó un ojo.

-Un poco solo -susurró mientras tiraba del bóxer hacia abajo y tomaba mi miembro que ya estaba duro debido a los recientes acontecimientos con ella.

–Pues… si quieres probarla -bromeé esperando o más bien rezando que se metiese mi miembro en su boca, siempre había imaginado ese momento y que ahora se estuviese cumpliendo era un placer superior.

La cosa se aceleraba, ella chupaba mi miembro con intensidad, besaba mi glande con cariño y después lamía mi falo con cara de perversa haciendo una travesura.

-Joder… ya sabía yo que debías hacerlo como nadie. -Dije yo entre algún que otro jadeo que se me escapaba debido al placer que ella me daba en ese momento.

-Shh calla y disfruta -Fueron sus palabras mientras se comenzaba a meter en su boca mi miembro chupándola con maestría.

El día sería épico y aún quedaba mucho por delante.

Al ver que me quedaba largo lo dividiré en dos.

 

Dedicado a P.V.

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