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Día de Partido

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Estoy en casa, tirado en mi sofá viendo un capítulo de la segunda temporada de Daredevil en versión original y agudizando mi oído para entender el inglés británico de alguno de los personajes principales. El día pasa lento y me encuentro en un semi letargo, con una lata de coca cola sin cafeína en la mano, simplemente dejándome llevar hasta que suena mi móvil. Lo veo perezosamente y me encuentro un mensaje de un colega: " voy a pillar cervezas para el partido". Me quedo pensativo y a los pocos segundos reacciono. ¡Es el partido clave de baloncesto para ver si pasamos a la siguiente ronda y había quedado en verlo con unos colegas antes de salir de copas ese día!

Miro mi reloj y veo que tengo el tiempo justo para llegar a su casa. Me visto apresuradamente, me pongo los audífonos y sigo con el podcast sobre Los Últimos de Filipinas que estaba escuchando. Voy a un trote rápido a la estación de metro y tengo la suerte de pillarlo sin espera alguna. Me apoyó distraídamente contra la puerta a pesar de que hay asientos vacíos, no me gusta sentarme por si algún señor mayor o una embarazada entra y no me doy cuenta. Mi mirada recorre el vagón y veo una chica con el cabello anaranjado largo, una falta corta con medias abajo y unas converse moradas que va leyendo un libro: "Dune". No puedo evitar esbozar una sonrisa al ver ese libro, lo leí hace años y me encantó.

Ella se da cuenta que me quedo mirando el libro y nos damos una sonrisa cómplice, con un tonto gesto de cabeza le doy mi aprobación por el libro y ella se ríe. La siguiente es mi estación y salgo sin pensar mucho más, estaba llegando tarde y aunque me hubiera gustado entablar conversación seguro que ella preferiría la tranquilidad para seguir leyendo. Voy a paso firme, salgo de la estación aún con mis audífonos y me dirijo al portal que se encontraba muy cerca y maldigo en voz baja al ver que hay un papel pegado diciendo que el comunicador no funciona. En ese mismo momento me doy cuenta que ya no sonaba nada en mis audífonos y veo que se me ha acabado la batería del móvil. ¿Ahora cómo diablos voy a poder subir a la casa del colega o a avisarle que me abra?

Todo está saliendo mal hoy, debería haberme quedado en el metro con la chica. Me doy la vuelta aireado y pensando en devolverme a mi casa de mal humor y me doy de bruces con ella, haciendo que el libro salga volando hasta caer encima de un coche que estaba estacionado en la calzada. Me disculpo profusamente y me doy cuenta que es ella y que el libro que había volado era ¡Dune! Sin poder ocultar mi rubor busco el libro y se lo doy, lamentándome por el susto y el golpe que le he dado. Ella me da una de sus mejores sonrisas y me dice que no pasa nada. Me pregunta qué hago allí y le explicó mi situación, a lo que me responde que me puede ayudar ya que vive en ese mismo edificio. Abre la puerta y en los pocos segundos desde la puerta exterior del complejo de edificio al de su edificio hablamos de su libro y de mi podcast que estaba escuchando. Le explicó que su libro lo leí hace muchos años y fue el primer mundo de ciencia ficción que me encontré y que me encandiló.

Ella está comenzando su recorrido y me da sus opiniones y cómo cree que terminará. No puedo evitar reírme y decirle la cantidad de libros de continuación que tiene. Nos quedamos parados enfrente de la puerta sin abrirla, cambiando la conversación que se inició con Dune a nuestros libros favoritos, las series que estamos viendo, la última película que vimos en el cine y los países que hemos visitado. El tiempo continúa su paso inexorable y cuando veo mi reloj me doy cuenta que el partido que iba a ver estaría por la mitad y que mi colega estaría muy mosqueado, pero no podía cortar la candidez y el tono melodioso que tenía ella. Mi vista paseaba sin mucho disimulo desde su cabello a su cuello a su tímido escote y sobre todo a su falda.

Ella me lee el pensamiento y me dice que me estarían esperando así que entramos. Llama el ascensor y nos montamos, al cerrarse las puertas se acerca a mí y me dice mirándome a los ojos que espera que nos podamos seguir la conversación eventualmente. No puedo aguantar y sin pensarlo me lanzo a besarla. Ella no esperaba eso, aunque tampoco se aleja y pasa a corresponderme el beso, mordiéndonos los labios, saboreándonos.

El ascensor sigue su inminente marcha hasta que mi mano presiona el botón de detener y se para en seco entre dos pisos. La pasión aumenta, el ritmo cardiaco se acelera, el cerebro se desconecta y los instintos más primordiales de buscar satisfacción se apoderan de nosotros. Le quito su camiseta y mis manos buscan desabrocharle el sujetador. Nos seguimos besando y sus manos buscan abrir la hebilla de mi correa y mis pantalones. Mis manos después de lograr su cometido la cogen del pelo para que suba su cabeza y pueda morderle el cuello como me gusta. Bajo lentamente desde su cuello hasta sus pezones, los cuales lamo fervientemente y muerdo al notarlos duros y excitados. Sigo bajando paseando mi lengua por su estómago, su ombligo. Bajo su falda lentamente a la vez que la sigo besando en cada centímetro que queda libre de piel. La falda cae al suelo y es el turno de las medias, que voy bajando lentamente a la vez que la miro a los ojos. No tiene bragas por debajo de las medias así que tengo el terreno libre ya para pasar mi lengua lenta y suavemente por su coño. Ella se recuesta contra el espejo del ascensor y sube una de sus piernas por sobre mi hombro, mi lengua la lame desde atrás hasta adelante, entrando poco a poco cada vez más y notando su calor y su humedad. Más rápido cada vez, escuchando sus gemidos.

Mi lengua busca su clítoris y lo rodeó con mi lengua, sintiendo cómo se pone cada vez más duro, lo presiono con mi lengua y lo succiono. Mis manos están en su culo agarrándolo fuertemente y acercando su cadera hacia mí para luego llevarlas a su coño y abrirlo para poder lamerlo mejor. Me excita cada vez más sus gemidos y mi polla está cada vez más dura. Meto tres dedos dentro de ella sin dejar que mi lengua deje de presionar su clítoris. La comienzo a follar con mi mano y ella me coge del pelo para enterrarme más la cara en su piel. Mis dedos suenan cada vez que entran y salen por la humedad de mi saliva y de su excitación. Hago que se corra un par de veces y noto como tiemblan sus piernas. Me levanto y la pongo de espaldas a mí, con sus manos contra el espejo. Bajo mi ropa interior y meto mi polla dentro de ella hasta el fondo sin contemplaciones. Nos vemos en él espejo del ascensor mientras la empotro salvajemente, mi polla entra fácilmente y suena cada vez que choca mi cadera contra su culo. Muerdo su oreja y le digo que me encanta verla correrse al momento que ella grita y muerde su labio.

Sigo fallándola deleitándome en sus expresiones y su calor hasta no poder más y saco mi polla y me corro en su culo y en su espalda, disparando mi semen sobre su piel para que se deslice por sus piernas hasta llegar a sus medias y su falda que se encuentran en el piso. Nos reímos viéndonos en el espejo sin creernos lo que ha pasado. Nos vestimos lentamente y el ascensor sigue su camino. Me bajo en el piso que me corresponde y salgo con su número de teléfono anotado y pensando que visitaré a este colega más frecuentemente.

 

¿Qué le diré a mi amigo al llegar ahora que se ha acabado el partido?

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