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Disfraz de Supergirl

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Mi nombre es Juana X, tengo 34 años. Soy profesora de gimnasia, hace nueve años que estoy casada… Estoy felizmente casada. Soy rubia, caucásica, cuerpo atlético ya que hice natación toda mi vida. En mi cuerpo se destacan mis tetas, muchos me las elogian incluso cuando me quito el corpiño, porque no se caen y son redondas, los pezones son chicos. No puedo quedar embarazada y todavía no nos decidimos adoptar.

Esto ocurrió hace tres años, la verdad que en ese momento mi relación no pasaba por un momento, estaba como en una guerra fría. No teníamos grandes guerras, pero sí pequeñas batallas. En fin, hacia octubre aquí en Argentina empieza la época de calor, y tenemos un amigo que festeja siempre esta temporada (por cuestiones que no tienen importancia en este relato) y casi siempre la temática es fiesta de disfraces. No es un dandy, pero sí un intento, tiene una casa en un barrio privado, siempre coloca una mesa grande al lado de una cancha de fútbol, y la pista de baile siempre está puesta en la mitad del campo de fútbol.

Ese año quería esforzarme en el disfraz ya que el año anterior había sido un desastre, me disfracé de maestra jardinera y la verdad es que el resto de los invitados estaban mucho más producidos. La verdad que andábamos bastante mal de dinero, pero también queríamos una distracción, necesitábamos cambiar el aire.

Fui a una casa de disfraces me atendió un chico encantador, bastante lindo, pelado, alto y de espalda ancha, que cuando le expliqué lo que quería me dijo: «tengo algo perfecto para vos».

Mientras buscaba, sacaba algunos y me los mostraba, por ejemplo: uno de Pocahontas que me gustó, pero él me dijo: «Eso no es para vos, no da con vos, vos sos perfecta para lo que estoy buscando». Mientras tanto me explicaba que él era fanático de las historietas y usó palabras que no sé qué significan, ni recuerdo.

Yo tenía un poco de miedo por lo que me podía mostrar… hasta que vi el traje en azul, rojo… era de Superman… enseguida le dije «Soy mujer», y él se rio y me dijo que se había dado cuenta y que el traje era de “Supergirl” … me sentí una estúpida.

Me dijo que me lo probara, que en realidad tenía más de uno por si ese no me gustaba.

Era un traje sencillo, era una malla normal, una pollera roja y unas botas larguísimas rojas con un borde blanco, muy lindas. Me saqué el corpiño, dudé de sacarme la tanga ya que era azul, por eso de que es un traje alquilado, pero me la saqué… Quedaba bien, y me lo habría llevado… ya casi lo tenía decidido mientras me miraba al espejo y escuche: «¿A ver?» ... Me animé, corrí la cortina y me dijo:

—Woow, ¿viste? sos Supergirl… jajajaja. Te molesta si te saco una foto, la pongo de publicidad.

Me reía nerviosa y le cambié el tema, le dije que me gustaba que estaba bien, a lo que me contestó que tenía otros que ya los había encontrado. «Probate este, probate este».

Entré, me desvestí… este era más sencillo… era una remera mal cortada, que dejaba ver el ombligo y como soy tetona era peor… y una calza azul, muy ajustada y unas botas parecidas a las otras, pero más cortas. No me puse la tanga, me miraba la cola en el espejo y se adentraba mucho, me imaginaba lo que pensaría el vendedor... me sonreí, abrí la puerta dándole la espalda perfectamente al espejo y levanté la cola. Él me dijo no satisfecho: «está bien, está bien» ... le hice un pequeño pucherito… y vi que miró al espejo y sin ruborizarse exclamó: «Ah bueeeeno, ufff» ... y se tocaba la frente. Me sonrojé, pero me gustó.

—Por favor —decía y se agarraba las manos suplicando— dejame sacarte una foto para mi…

Me sonreía y le decía que no… que me diera la última de las opciones.

“Mala” me decía mientras lo agarraba…

Entré y me reía tentadísima, él desde afuera acotaba cosas que no llegaba a entender.

Cuando lo saqué del envase vi que era una remera blanca, pero mucho más corta, con la S en amarillo y una minifalda extremadamente corta y ajustada que dejaba ver el nacimiento de los cachetes de la cola, y unas botas baratas rojas súper altas… Entre risas le dije que ese disfraz era más para un sex-shop, me contestó que sí entre carcajadas, que era para eso… Le dije que ese no, pero me insistía:

“miro un segundo”,

“apenas corro la cortina miró, 3 segundos y cierro”,

 “por favor, por favor”,

 “Te pagaría por verte” ... click, cambió mi cara… entre risas le pregunté: “¿cuánto?”

Lo dudó un rato y me contestó: 200 pesos. Es plata en Argentina 200 pesos, lo dudé, pregunté:

—Y cómo sería? ...

—Abrís, caminas hasta el mostrador, te apoyás y volvés —habría unos 20 pasos hasta el mostrador.

—Bueno, pero me das la plata primero.

Me paso la plata por un costadito de la cortina, lo comprobé, me puse la tanga azul, me saqué el corpiño, tomé coraje y abrí la cortina… intentaba disimular, pero no podía estaba muy nerviosa. Me miraba la parte inferior de las tetas que no llegaba a cubrir, estaba enloquecido, no tenía problemas en hablar y expresar su algarabía.

Cuando llegué al mostrador me incliné y sentí como lentamente se deslizó la minifalda, subiéndose y descubriendo medio culo. “Me muero” gritó… mira como estoy, me di vuelta y vi cómo se marcaba su pantalón. Sonreí tontamente y la vuelta fue eterna. El me siguió, hablando sordamente. Me sentí realmente rara…

—Te propongo sacarte fotos con antifaz, pero con todos los disfraces y en distintas poses.

—No hasta acá llegué, gracias.

—1000.

—No, gracias.

—1500.

Asomé por la cabeza y desconfiada le pregunté:

—¿Que tendría que hacer?

—Bueno, dejame sacarte fotos con las poses que yo te diga y mostrar un poco.

—¿Mostrar que?...

—Bueno vos sabes, algo… elegí…

—jajajaja… no nada…

—Pero si me haces poses etc…

—Ok. Con cuál empezamos…

—Con el primero. Cambiate y dame un segundo que cierro.

Se fue y cerró, yo me sentía embriagada sin haber tomado nada, no sé porque lo hacía si por el dinero o por la aventura… me toqué por sobre la tanga la vagina y noté que estaba lubricada…

Me cambié y salí con un aura infantil. Vi que tenía una cámara de fotos importante y se tocaba el pene cada tres palabras. Le pregunté la edad y me sorprendió cuando me dijo que tenía 19 años. Sentí un poco de vergüenza por la diferencia de edad…

¿Que hago?...

Ponete este antifaz, parate y brilla. Me reí. Empezamos y poco a poco me fui soltando al ver su emoción, me sentía llena de vida... después de unos 20 disparos de foto, me dice bueno, ahora cambiate. Cuando dispuse a agarrar el traje dos e irme al probador, me frenó y me dijo que no. Que lo hiciera ahí que él no sacaba fotos, pero que me cambiará adelante de él. Le dije que no era el trato, y sacó un pequeño fajito del bolsito de billetes de 100, y me los acercó… Me sonreí y lo agarré, la verdad que ya no era por el dinero.

Comencé a desvestirme y me quedé en ropa interior:

—Mirá que me saqué la tanga cuando me lo probé antes.

—No hay problema —me contestó— ¿te molesto si me toco?

Le respondí que no con la cabeza, me saqué la tanga y él sacó su pene… Era muy rojo y ancho más que largo, estaba súper peludo y se notaba muy húmedo, se quedó sentado con el pene afuera mientras me miraba. Yo estaba completamente depilada. Me puse la calza y la subí lo más posible, sentí como la lycra me acariciaba las nalgas y los labios vaginales, me recorrió una electricidad, atiné a apretarme las tetas estando todavía en corpiño… Me estaban subiendo los calores… él lo notó y se masturbaba más fuerte, me di la espalda y me saqué el corpiño y en vez de ponerme la remera que correspondía al conjunto, me puse la que dejaba ver la mitad de las tetas. Me puse la capa y recién en ese momento me di vuelta. Con una mano sostenía su pene, y con la otra la cámara.

—Te molesta si grabo - me pregunto…

Sin mediar palabra me fui acercando y me paré delante de él… y empecé a contornearme, le di la espalda y de refilón lo miraba y me mordía el dedo índice. De pronto sentí como su mano entrando dentro de mi cola… tibiamente, le frené la mano y con el dedo le indicaba que no debía hacer eso… seguía grabando y se me paró y me seguía… Yo sorteaba obstáculos sintiéndome una gata y acariciándome las tetas… ya no por fuera de la remera, agarré una teta y me chupé el pezón mientras lo miraba. Notaba su desesperación, su impaciencia.

Se acercó y yo le puse mis tetas en su cara, se puso rojo, cuando se acercó me alejé…

—¿Tenés para poner música?

—No

—Que mal, bueno me la tengo que imaginar.

Seguí bailando y tarareando falsamente, me acerqué y froté mi cola contra su pene, sentí como pasaba por mis pulposos cachetes... cuando atinó a tomarme, me alejé sonriente…

El seguía filmándome con una mano, y con la otra en su pene… fui directo a la cámara y le daba besos a la foto, luego me agaché y quedé delante de su pene, mirando como lo masturbaba. Sentía el calor cerca de mi cara… quiso acercarse y tocarme la cara con su pene húmedo, pero me retiré.

Dándole la espalda, dejé que con su pene recorriera mis nalgas… la cámara la pasó a través de mis hombros y me filmaba intentando ingresar donde no había escote. Hice un movimiento como para mover su pene de mi cola, y la sentí ardiente… juro que quemaba, me sorprendió… él hizo un pequeño rezongo, yo me reí y se lo agarré, y estaba hecho agua, agua caliente… era muy ancho. La otra mano desde mi panza se fue hasta mis tetas… gemí y entregué mi boca, y me besó… apoyó la cámara en dirección a nosotros, me saqué la capa y él bruscamente me llevó hasta la mesa, apoyé mis manos y entregué mi cintura cálida… pasó su mano entre mis piernas hasta mi pelvis, la apoyó y fuerte me frotó deslizándose por mi vagina yendo hasta mi cola… y yo gemía de placer, pedía más… mientras me manoseaba impúdicamente, con la otra mano me la metía en la boca…

y yo gemía.

Notábase que su pulso se aceleraba, e intentaba introducirme los dedos en la vagina por fuera de la calza de lycra… y yo ya estaba toda mojada… hasta que se produjo una fisura y comencé a sentir sus dedos rozándome el sexo entero.

y yo gemía

Comenzó a romper con vehemencia toda la calza…

—Cómo te voy a coger Supergirl… quien podrá hacer justicia… sos una puta nada más. —Me decía mientras me sometía— Decime Luthor, decime Luthor, cogeme…

-Cogeme Luthor haceme tuya…

“Si, Si” fue el grito de guerra y bajó con su cara, se adentró en mi vagina… me lamía con pericia el clítoris y los dedos me penetraban… Sacó un preservativo que le costaba sacar de su envoltorio, me di vuelta y lo ayudé a sacarlo y se lo puse...

Era muy ancha su pija, pero entró perfecto, empezó cogiéndome y balbuceando… mi cabeza golpeaba contra todo lo que había en el mostrador, me iba tirando cada vez más, me agarró del pelo y me cabalgaba…

y yo gemía.

Escuchaba su respiración y el golpeteo de su pelvis contra mis nalgas… Salió abruptamente, y se me acercó al oído y me preguntó si podía hacerme la cola… asentí con la cabeza. Se fue hasta un cajón que había en el mostrador y trajo supongo que un lubricante… Me untó toda la cola y hasta la vagina.

Empezó lentamente a introducírmela en la cola, y sentía que entraba sola, pero dolía. Hasta que entró totalmente y se puso violento, mi cola trinaba, y mientras yo me estimulaba el clítoris. Como una fiera casi pasaba por arriba mío. Le pedí que parara un poco, pero fue inútil… habrá estado quince minutos, yo no daba más. Tuve dos orgasmos, y tenía el cuerpo electrizado.

De pronto paró abruptamente, me imaginé que estaba por terminar, me dio vuelta y me dijo:

—Quiero que ahora te la comas sin preservativo.

—No, ni loca —le contesté.

Con el pene en su mano se fue hasta donde estaba la caja del local sacó una cajita y tenía un fajo, que hoy sé que eran 10.000 pesos. Y me lo pasó por la cara, me sonreí y bajé.

Cuando le estaba sacando el preservativo me pidió que primero se la chupara con el forro puesto, accedí… y después lo sacó y empezó a, literalmente, cogerme por la boca, me agarró la cabeza y me hacía golpear contra su ombligo mi frente… No llegaba al fondo porque era más ancha que larga, pero me hizo tener arcadas un par de veces, los ojos me lagrimeaban… hasta que sentí que aceleró el ritmo y me agarró más fuerte la cabeza... de pronto me ahogué porque una increíble cantidad de semen estaba en mi boca, me salió literalmente hasta por la nariz, tosí y di algunas arcadas y un poco tragué.

Terminamos y me ofreció un baño para limpiarme un poco. Tomamos un café y me fui con el traje número uno… que era más tranqui. Lo usé en la fiesta recordando esa tarde de locura como Supergirl, y lo devolvió mi marido.

 

Juana X

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