Elena se quitó el strap-on y decidió tragar lascivamente con su bocaza de zorra en celo, toda mi verga de semental.
-Ahora que te he "enculado", quiero tragar toda tu caliente masculinidad -afirmó Elena.
Me tumbé en la cama, me abrí de patas para que dispusiera de mi carnal caramelo y disfrutara y gozara a tope y se adaptara a hacerme una mamada.
-¡slap!, ¡Slap!, ¡slap!- yo estaba con los ojos en blanco del gustazo que ésta sucia cerda de Elena me estaba dando.
-Eres una cerda lasciva, me estás matando de gusto -opiné yo.
Elena tragaba y succionaba con verdadera maestría sexual cual loba lasciva y se deformaba los carrillos por dentro con mi verga.
La sola visión de mi polla deformando sus bonitos pómulos me enardecía y calentaba mucho más y me hacía ver lo maestra sexual y lo puta que era esta loba de Elena.
Me metió lentamente un dedo en el ojete para que se me pusiera más dura aún mi polla y volvía a caer en un cúmulo de placeres sexuales y volvía a poner los ojos en blanco de placer sexual, me quedé groggy durante 30 segundos y oía y veía los rechupeteos y lamidas que daba a mi polla y volvía a entonarme.
Mientras observaba como Elena me comía el rabo, alejaba mis pensamientos para que yo aguantara sus embestidas bucales a mi rabo.
Finalmente, me hizo una seña.
-si te vas a correr, avisa -expresó Elena. Yo le tiré un poco del pelo para que se sacara mi rabo de la boca y al final me corrí en sus tetas como Elena quería.
-¡eres un cabrón, menudo rabo tienes! ¡me has hecho gozar como una zorra en celo! -expuso Elena.
Se marchó a limpiarse la lefa de sus soberbias tetazas y regresó.
-Me ha encantado comerte el rabo, espero que pronto podamos joder otra vez -comunicó Elena.
-Claro que sí, amor, después de esta "jodienda" tan morbosa, lo volveremos a hacer -observé yo.
Me vestí y Elena me acompañó a la puerta y me largué. Me marché a casa algo dolorido en el ojete a pesar de que me lo había preparado a conciencia, pero feliz y contento de la libidinosa mamada que esta puta loba de Elena me había metido.