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Vestido de mujer

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Una noche de invierno en que estuve solo en casa, sentí una sensación seductora por un vestido azul de mi mujer que estaba tendido sobre la cama. Lo alcé y me lo medí, como ese día me había depilado todo, pues me gusta estar afeitado en las piernas, brazos, cara, axilas, culito y pene; ya que me siento limpio al andar depilado porque suelo sudar mucho.

Con el vestido puesto caminé hacía el espejo, me miré y moví mi cintura, estuve así por un rato, y después me quité el vestido. Entonces fui al ropero, y saqué una ropa interior de mi mujer color negra y un corpiño rojo. Me coloqué la bombacha. Me quedó algo justa en donde la parte trasera se acomodó deliciosamente en mi ano. Me puse el corpiño y lo rellené con unas medias para darle forma de senos jajaja.

Saqué del armario una bata de seda color negra con flores, y me la coloqué, jajaja me quedó a la medida. Me miré y del mueble busqué unos tacones plateados y me los calcé. Después me pasé lápiz labial color rojo por mis labios y me coloqué un collar plateado. Desfilé por la habitación moviendo mi cintura, cuando de pronto sentí que mi pene se endureció y mi ano fue humedeciéndose.

Me tendí súbitamente en la cama abrí las piernas y me acaricié el pene suavemente y me tocaba con delicadeza el ano hasta introducirme un dedito.

Cerré los ojos y deseé a mi mujer, quería tenerla allí para bailar sobre ella vestido así de mujer y penetrarla con sutileza. Abrí mis ojos y había llegado al éxtasis.

Mis manos chorreaban el líquido blanco que expide de mi interior. Me lo pasé por mi ano y alcancé un orgasmo. Cuando recuperé las energías, me levanté, me quité el vestuario, me di una ducha y me cambié de ropa. Pensé que los cuerpos son un cumulo de sensaciones y que podemos navegar en el mundo sensual, así sea en solitario y fantasear por una vez con diversión y magia.

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