Nuevos relatos publicados: 9

Mi culo ya no es virgen

  • 5
  • 49.828
  • 8,61 (62 Val.)
  • 1

—Dame duro cabrón -Gritaba yo una y otra vez- ¡Reviéntame cabrón! Párteme en dos...

Estaba a cuatro patas sobre el piso, con Jorge arrodillado detrás de mi metiendo duramente su verga grande como un pepino por mi cuevita.

Lo sentía moverse rápida y fuertemente, pero seguía sin ser suficiente para mí, necesitaba algo más, quería más para poder alcanzar la cima una vez más. Llevábamos toda la tarde en esto, cerca de tres horas y todavía quería más, ya había perdido la cuenta de cuantos orgasmos había alcanzado, solo sabía que necesitaba otro, uno más, pero aún con toda su potencia no era suficiente para mí. Me había encargado de darle varios orgasmos a Jorge, varías veces había vaciado su leche en mí, me había tragado varias veces hasta la última gota y con cada envestida todavía salían de mi concha chorros de semen de las anteriores veces que se había corrido dentro de mí, se arrastraba por mis piernas y ya había pequeños lagos en el suelo donde mis rodillas estaban apoyadas.

—Vamos cabrón! Dámelo todo... Toda la fuerza...

—Es toda mi fuerza...

—Ahhhh!!! Haz algo cabrón o no lo voy a alcanzar...

Lo sentí salir de dentro de mí y estuve a un par de segundos de darme la vuelta y darle una cachetada, estaba tan caliente que no podía permitir que se detuviera ahora, no me importaba nada, solo quería que me siguiera dando con todo.

—¿Que mierda haces cabrón...?

Mi pregunta quedó inconclusa cuando sentí la punta de su glande presionándose en la entrada de mi ano, haciendo fuerza para entrar, pero mi culito aún virgen no se lo permitía y comenzaba a sentir el dolor.

—Para cabrón! ¡Por ahí no!

Dije intentando retorcerme, moviéndome hacia adelante e intentando alejarme de él.

—Dijiste que hiciera algo zorrita, es lo que estoy haciendo, ¡deja de moverte puta!

Me agarró fuertemente por la cadera evitando que me moviera y presionó más fuertemente su miembro por mi culo, comencé a sentir como entraba cada parte de ella en mí. El dolor ya era desgarrante.

—Hijo de puta! ¡Me vas a partir!

—Callate puta! ¡A menos que vayas a gritar guarradas callate! -Dijo mientras me daba varias nalgadas fuertemente- ¡Muévete puta! ¡Comienza a mover tu culo, zorra! Tiene que entrar todo...

No sé cómo o porque, pero esas palabras me calentaron y comencé a mover mi culito, intentando presionarme más contra él, sentía su miembro haciéndose espacio dentro de mí, pedazo a pedazo, entrando poco a poco, hasta que el hijo de puta de Jorge me agarró por los hombros e hizo fuerza dirigiendo mi cuerpo hacia el de él. Su verga entró fuertemente toda dentro de mí, estaba completamente llena y sentía que se saldría por mi boca, sentí sus huevos chocar contra mi concha.

—Ahhhhhh ¡¡¡HIJO DE PUTAAAA!!!

El dolor fue desgarrador, pero en el momento en el que él se quedó quito esperando que mi cuerpo se adaptara comencé a sentir un poco menos el dolor y más placer, sentía la necesidad de que el cabrón se moviera, necesitaba esa fricción.

—Voy a moverme puta, será fuerte y rápido, como lo pediste, así que aguanta...

Se aferró fuertemente a mis caderas y comenzó a salir, sentía como su enorme verga iba saliendo poco a poco de mí, dejándome vacía. Pero después de salir completamente de mí, entró nuevamente de un solo golpe y repitió varias veces la misma acción, fuerte y rápido.

—Cabrón! ¡Hijo de puta!

—Vamos perra! Si estás disfrutándolo zorrita, tu culo tenía hambre de mi polla... -Mientras hablaba sentí su mano hundiéndose entre mis piernas e introduciendo un dedo en mi rajita.

—Ahhh...

—Ves zorra! estas toda mojada, empapada... -Sacó su dedo y lo introdujo en mi boca, pude sentir el característico sabor de mis fluidos mezclado con su semen de las corridas anteriores- ¡Chupa puta! ‘chupa fuerte!

Cumplí con su petición mientras el seguí taladrando mi orto. Luego arrancó sus dedos de mi boca e introdujo fuertemente tres por mi concha

—Ahhhhh

El gemido que solté fue tan fuerte que estaba segura de que todos los vecinos ahora sabían lo que hacíamos, pero no fue nada comparado con el gemido y la sarta de palabras que solté cuando el hijo de puta metió todo su puño dentro de mi

—Cabrón! ¡Vas a matarme!

—Si puta, pero de placer...

Estaba clavándome su verga fuerte y rápido por el culo mientras se cogía mi coño con todo su puño, no hay nada más erótico que eso y las palabras de Jorge diciéndome puta, perra, zorra en mi oído.

—Dámelo perra! Correte de una vez que no aguanto más, sino te quedarás...

—No hijo de puta! No me dejes así...

—No voy a aguantar más puta!

Sentí como con una última estocada de su verga comenzaba a vaciar toda su leche dentro de mí. Al sentir el calor dentro de mi cuerpo y como poco a poco retiraba su verga de mi orto, sentí como la leche comenzó a salir de mi culo y mientras el cabrón seguía partiéndome la concha con su puño me corrí en medio de un fuerte gemido, como nunca antes me había corrido, el cabrón se acostó debajo de mí y comenzó a succionar todos los líquidos que salían de mi concha, incluyendo los restos de su corrida.

—Hijo de puta... -Susurré mientras caía sobre él, con mi concha sobre su cara, sin duda el cabrón me prepararía para otro asalto...

 

En Facebook me puedes encontrar como Angelique Ficahi, ahí estaré para cualquier cosa.

(8,61)