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Una noche como otras

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Era una noche, normal como todas, habíamos quedado en vernos para pasarla bien sea durmiendo o jugando un poco. Él es lujurioso, me come, en la mirada se le nota que me ama, Yo fielmente me entrego a él, no sólo en cuerpo sino en alma dándole todo el amor y placer posible. 

Es cierto lo que dicen "El mejor sexo es cuando se hace con amor", vimos unas películas y ya eran más de las 11, estaba cansada, me volteé y lo abracé, cerré mis ojos deseando dormir, no tenía ganas de hacerlo (aunque no tengo problema si él me dice que quiere), empezó a hacerme mimos en el brazo, me tocaba los senos, la cara y yo empecé a cerrar mis ojos dejándome ir. 

Me acariciaba las manos y volvía a los brazos, ya estaba dormida prácticamente solo que el sonido del tv no me dejaba dormir... Luego puso su mano sobre mi hombro, lo apretó con fuerza, eso me hizo abrir los ojos y con un "¿ya tienes sueño?" Me despertó, solo asentí con la cabeza, le di un beso en la boca, de esos besos que enamoran de nuevo, que te hace entregar un poco de ti y recibes algo al mismo tiempo. Así que me volteé dándole la espalda, tocó mi cabello, apagó el tv. 

Me dijo buenas noches y yo le dije que lo amaba, pasó su mano por mi culo, yo estaba mojada, ya es costumbre que con sus caricias me pongo así.

Me dijo voltéate, yo sabía a qué íbamos. Le di un beso a oscuras, y él empezó a tocarme mi vagina recién depilada, metía sus dedos en mis labios como dibujándome una sonrisa, luego metía dos dedos, los sacaba y lubricaba todo al rededor. 

Yo solo lo besaba y estiré mi mano hacia su pene, estaba durísimo, que delicia, me encanta ese pene, me vuelve loca, sus venas, su grosor, su glande y ese par de bolas que cuelgan "Jodeeerrrr que delicia".

Empezó a gemir, silenciosamente y detenía sus dedos para deleitarse sintiendo como le movía la polla. 

¡lo deseo dentro de mii!!! pensé.

Me incorporé, y besándole el cuello empezó la acción, quería durar toda la noche besándolo, tocándolo, pero mi vagina estaba apretándose, más bien alistándose para la cogida....

Besé su cuerpo y el quedo desnudo debajo, le toqué el pene ¡no aguantaba más! Tenía que chuparle o me iba a paralizar.  

Luego él me tumbó en la cama, y me dejó debajo, que rabia sentía, quitó mi camisa, empezó a besar mis senos, mis pezones estaban duros, bajó por mi abdomen, y abrió mis piernas (sabía lo que venía), tocó mi ropa interior y los retiró bruscamente (dejándolos tirados quién sabe a dónde de la habitación), acercó su boca, dejándome sentir su aliento caliente así que él empezó deslizó lengua por la entrada de mi vagina, con un dedo empezó a dibujar las curvas que tiene mi clítoris. Sin decirlo y sin avisar, introdujo su lengua en mi vagina, sentía como se contraía mi vagina de tantas emociones y sensaciones que sólo él sabe cómo hacer y cómo ponerme, así que empezó de arriba y hacia abajo como una especie de vaivén, era como si no me estuviera haciendo el amor con la boca.

Él sólo se deja llevar y yo sólo acariciaba su cabello impulsando su cabeza a estar más adentro de mí, ¡quería tenerlo adentro! no quería que acabara la noche quería sentirlo...

Había llegado mi orgasmo, el segundo en la noche, así que ya no podía más, necesitaba tenerlo adentro y sentir como mi estrecha vagina abrazaba su miembro y empezaba a dejarse llevar por la acción del momento, así que le dije que se acomodara a mi lado, se acostó boca arriba y vi su pene erecto pidiendo que lo chuparan.

Puse mi lengua sobre su glande y empecé a deslizarla como si fuera un helado y sólo escuchar los gemidos que emitía. 

Me lo tragué todo literalmente y empecé a succionar, como solamente le gusta y empezó a volverse loco, diciendo que parara, que se va a correr en mi boca, así que ya no aguantaba más y me subí y lo cabalgué sintiendo como mi vagina abrazaba su pene y lo jalaba, así duramos un par de veces hasta que llegué a otro orgasmo más fuerte y tuve que detenerme, mis piernas se quedaron entumecidas. 

Solo escuchaba el Ahh Ahhh, de los dos, nuestros gemidos hacían una melodía, nos acomodamos sin sacarlo...

Ahora era yo la que iba a sentir sus embestidas. 

- Ahhh Ahhh si así ¿te gusta?

- Si si, respondía con la voz entre cortada mirándome la cara y las tetas, cerrando los ojos y abriéndolos mientras mi vagina se contraía.

Llegó el otro orgasmo, y volteó sus ojos, me estremecí y entumecí toda.

Me volteó y me dejó boca abajo. 

- Si si Ahh Ahh "decía yo mientras me embestía" 

- Ahh Ahhh ya casi llego. 

Ese "ya casi llego" me puso a mil, cuando sentí sus embestidas y su semen saliendo, mojando mi vagina, en ese momento yo me corrí, los dos al mismo tiempo, sentir como mi vagina ordeña ese pene sacándole hasta la última gota de leche. 

 

Acabamos abrazados, exhaustos, riéndonos del momento, besándonos, descansando uno sobre el otro.

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