¡Hola de nuevo!
Ahora quiero contarles mi primer trío. Como ya saben empecé una serie de encuentros sexuales con Agustín, el que atiende el almacén de mi barrio. Al principio nos veíamos casi todos los días, con el pasar de los días y el estudio en la universidad, empezamos a vernos menos.
En cada encuentro disfrutábamos más, pero se empezó a hacer monótono el sexo. Él me quería desvirgar el ano, pero yo no me dejaba… creía que me iba a doler mucho y que no me iba a dar tanto placer. Él se enojaba, pero yo le mamaba la verga y se le pasaba...
Un día, después de cerrar el negocio al mediodía empezamos a besarnos y a sacarnos la ropa. Hacia una semana que no nos veíamos y realmente estaba sedienta de sexo, así que le saqué rápido la verga para empezar a lamérsela. Agustín me agarraba la cabeza y me empujaba para metérmela toda (20 cm) esto me arqueaba al mismo tiempo que me gustaba. Cuando estábamos en eso, escuchamos un ruido... Aparece su jefe un hombre de unos 50 años, algunas canas, pancita, pero bien parecido. Como si cuando era joven hubiera sido todo un galán. ¡Al principio me ruborice! Tenía miedo que nos retara o que despidiera a Agustín por tener sexo en el almacén, además me daba vergüenza que me viera desnuda alguien que es más grande que mi padre.
Sin embargo, se empezó a desabrochar la camisa que tenía puesta y dijo "¿puedo unirme a la fiesta?" Yo no sabía qué decir, una parte de mí no quería, pero ¡la otra deseaba saber que era ser deseada y follada por dos hombres a la vez! Aun así, Agustín fue el que respondió por mi "claro jefe" (yo creo que lo hizo por miedo a que lo echaran).
Sin más ni más, se sacó todo y dejo ver una verga más corta que la de Agus, pero mucho más ancha. Me la puso en la boca sin pedir permiso, mientras mi amigo me empezaba a follar. El jefe me apretaba las tetas como si nunca hubiese tocado unas, ¡esto me excitaba! No quiso que siguiera mamándole, sino que me dio un beso mientras seguía amasándome las tetas, le encantaban.
Este maduro que no conocía, al que ya le había hecho una paja, ¡quería metérmela por el ano! Yo no quería y Agustín dijo "yo quiero metérsela hace un montón, así que yo se la voy a meter por atrás" sabía que ya no podía negarme, así que solo le dije que lo hiciera con cuidado que él sabía que era la primera vez. Así que empezó a meterme un dedo, después dos, hasta tres... mientras el otro se dedicaba a mis tetas, ya les dije, ¡le encantaban!
Si bien estaba un poco negada, empecé a disfrutar que me tocara el culo, con la lengua con los dedos, era una forma diferente, pero que me hacía gozar también. Fue entonces cuando sentí que me empezó a meter su polla. ¡Me dolió! ¡Grité! Le dije que la saque, pero él la siguió metiendo, solo me dolía, pasó solo un minuto, pero solo sentía dolor... De a poco fue cuando empecé a disfrutarlo. Y ahí fue, cuando le dije al jefe (a ese que ni conocía su nombre) "si vas a hacer algo ¡follame ahora!" Ni yo me reconocí, pero me dieron unas inmensas ganas de convertir en realidad eso que tantas veces había leído... ¡tenía dos pollas dentro mío! Me dieron dos orgasmos casi seguidos, ¡disfruté como nunca! A todo esto, no paraban de tocarme y besarme, me sentía tan deseada, ¡tan puta! Me gustaba.
Al rato, se vino Agustín, me llenó el año de su leche calentita. Estaba tan feliz de haberme desvirgado el culo que se quedó un rato prendido ahí. El otro seguía aguantando. Me puso en cuatro, aprovechando que Agustín había salido y me manoseaba las tetas, me vine otra vez y el dentro mío. Sentí como corría su leche... ¡Y ahí me di cuenta que no habíamos usado preservativos! No me importó. Estaba disfrutando tanto... Nos besábamos como locos. Ya estábamos exhaustos, al menos yo... Había pasado como una hora y yo ya me tenía que ir. Me despedí de los dos y quedamos en que la próxima vez que nos juntáramos íbamos a invitar al jefe de nuevo.
Ese día cumplí dos de mis fantasías, tener sexo con un maduro, hacer un trio Ahhh y que encima era un desconocido. Cada día me sentía más puta, y eso me gustaba...